El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, minimizó hoy el impacto de la variante Ómicron del coronavirus en el gigante sudamericano e incluso sugirió que es "bienvenida".

"Ómicron ya se ha extendido por todo el mundo,como dice la gente que realmente lo entiende", dijo antes de remarcar que la mutación "tiene una capacidad de propagación muy grande, pero una letalidad muy pequeña".

En una entrevista con la Gazeta Brasil, dijo que la variante "no ha matado a nadie" y que la persona infectada con Ómicron en el estado brasileño de Goiás que murió, ya tenía "problemas muy graves". El fallecido, de 68 años, era hipertenso y padecía enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Opinó que "según algunas personas estudiosas y serias y no vinculadas a las farmacéuticas", la variante "es bienvenida y, de hecho, puede señalar el final de la pandemia". También apuntó a que la variante "incluso podría ser un virus (resultado) de la vacuna", lo citó UOL.

Por otro parte, y en lo que es un nuevo ataque a las vacunas contra el Covid-19, Bolsonaro dijo que le ordenó al ministro de Salud, Marcelo Queiroga, divulgar los casos de efectos secundarios provocados por las inmunizaciones.

Durante la entrevista, volvió a criticar la vacunación infantil, que comenzará en Brasil a fin de enero y reiteró que "casi cero, un número muy pequeño" de niños ha muerto por Covid-19 en ese país. "Y ese pequeño número (...) con comorbilidad", apuntó.

Con respecto a la vacuna, decidió que no se la apliquen a él tampoco, argumentando que tiene suficientes anticuerpos contra la enfermedad porque se la contagió.

Brasil es uno de los países del mundo más castigados por el Covid-19. En las últimas 24 horas, el Ministerio de Salud brasileño registró más de 70.700 nuevos contagios y 147 fallecimientos. Hasta ahora, la pandemia dejado más de 22,6 millones de casos en Brasil, donde más de 621.000 personas han muerto debido a la enfermedad.