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La invasión de Rusia a Ucrania cumple su día 15. Las tropas de Putin continúan su avanzada. Se registran combates en Kiev y crecen las víctimas fatales en Mariúpol por los bombardeos.

La escalada bélica sigue avanzando y tanto Estados Unidos como la Unión Europea expresan su repudio ante las acciones dirigidas por el presidente Putin.

Pero estos no son los únicos: las multinacionales conforman una extensa lista de compañías de todas partes del mundo y de todos los sectores -desde automotrices hasta proveedoras de pagos digitales, incluso del entretenimiento- que decidieron abandonar el territorio ruso.

De acuerdo a un recuento que lleva a cabo la Universidad de Yale, ya son más de 300 las firmas que decidieron poner un punto final a sus negocios en el país soviético.

LA MARCA QUE MÁS VAN A EXTRAÑAR LOS RUSOS: LEVI'S

Entre las decenas de empresas que anunciaron la paralización de sus productos y servicios, figura una que, por sobre todo, golpea el corazón de los consumidores debido al vínculo que formó desde finales de los años 50 cuando una exposición en Moscú la colocó en lo más alto de las aspiraciones del público joven ruso: Levi's.

"Cuando Richard Nixon inauguró la Exposición Nacional de Estados Unidos en Moscú en 1959, había botellas de Pepsi-Cola, cámaras Polaroid y descapotables Dodge para que el vicepresidente de Estados Unidos los mostrara a Nikita Khrushchev, el primer ministro soviético", señalan Andrew Edgecliffe-Johnson y Matthew Rocco, periodistas del Financial Times que redescubrieron la historia.

Agregan que: "Uno de los mayores éxitos fue un stand de Levi Strauss en el que estadounidenses vestidos de vaqueros cantaban canciones de vaqueros para los moscovitas. La demanda de los vaqueros de la empresa fue tal que la mayoría de las muestras expuestas fueron robadas".

En un contexto de Cortina de Hierro, Guerra Fría y plena represión política de la Unión Soviética, se hacía muy difícil consumir artículos que fueran permitidos por el Kremlin. Fue entonces cuando llegó la emblemática marca Levi 's que provocó un boom inesperado en Rusia, a tal punto que se convirtió en un símbolo durante las siguientes tres décadas. También representaron una forma de disidencia pacífica ante la opresión soviética.

"Esa historia ayuda a explicar el elevado simbolismo de la decisión de Levi 's esta semana de suspender sus ventas en Rusia tras la invasión de Ucrania por Vladimir Putin. La ‘enorme perturbación' en la región ha hecho ‘insostenible' la actividad normal, dijo la empresa californiana, añadiendo que las consideraciones operativas eran ‘claramente secundarias al sufrimiento humano experimentado por tantas personas'", destacaron los periodistas del Financial Times.

Para Edgecliffe-Johnson y Rocco, los emblemáticos jeans eran algo más que unos simples pantalones cómodos para los jóvenes de los años 60, 70 y 80: "Los Levi's 501, los jeans que adornaron la portada del álbum Born In The USA de Bruce Springsteen en 1984, se convirtieron en un potente símbolo de la disidencia en la época soviética. Ya en 1972, la revista estadounidense Life informaba triunfalmente de que ‘los vaqueros que antaño cubrían las escuálidas nalgas de los vaqueros y los mineros del Oeste americano se han convertido en el atuendo estándar de la juventud mundial'. Dada su popularidad tras la Cortina de Hierro, se podía perdonar que los rusos los vieran como una conspiración capitalista".

Los periodistas siguen su explicación del furor de ese atuendo entre la juventud rusa: "En 1984, The New York Times informó de que un lector de Pravda había escrito al periódico del Partido Comunista: ‘Cuando podáis hacer unos vaqueros mejores que los de Levi's, será el momento de empezar a hablar de orgullo nacional'. Régis Debray, el filósofo francés de izquierdas, dijo en 1986: ‘Hay más poder en la música rock, los vídeos, los vaqueros, la comida rápida, las cadenas de noticias y los satélites de televisión que en todo el Ejército Rojo'. Los soviéticos habían replicado la bomba atómica, pero no consiguieron replicar los 501, decía el historiador Niall Ferguson en su libro de 2011, ‘Civilización: Occidente y el resto'".