

El papa Francisco dijo hoy que está triste y avergonzado por la incapacidad de la Iglesia Católica para lidiar con el abuso sexual de niños en Francia y que la Iglesia debe convertirse en un "hogar seguro para todos".
"Me gustaría expresar a las víctimas mi tristeza, dolor por el trauma que han sufrido y también mi vergüenza, nuestra vergüenza, por la incapacidad de la Iglesia, durante demasiado tiempo, de ponerlas en el centro de sus preocupaciones", dijo Francisco en su audiencia general semanal.
Un día después de que una importante investigación revelara que el clero francés abusó de más de 200.000 niños durante 70 años, el Sumo Pontífice rogó a los católicos en Francia a asumir la responsabilidad de lo sucedido para hacer de la Iglesia un "hogar seguro para todos".

"Este es el momento de la vergüenza", dijo, y exhortó a los obispos que hagan todo lo posible para garantizar que "tragedias similares no vuelvan a ocurrir".
Jean-Marc Sauve, jefe de la comisión que compiló el informe, dijo que la Iglesia mostró indiferencia hacia los abusos durante años, prefiriendo protegerse a sí misma en lugar de a las víctimas, muchas de ellas de entre 10 y 13 años.
El apogeo del abuso fue entre 1950-1970, detalló la comisión en su informe, con un aparente resurgimiento de casos a principios de los años 90.
El informe que revela los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica de Francia consta de 2500 páginas y fue publicado ayer por Sauvé, presidente de la comisión independiente (CIASE) que lo realizó.












