La pandemia de COVID-19 cambió radicalmente la entrega educativa y las interacciones sociales, impactando la mentalidad emocional de los estudiantes y, por lo tanto, su desempeño en el aprendizaje.
En su mayor medida, el rasgo más importante reside en su capacidad para producir nuevos mecanismos de aprendizaje y transformar los métodos convencionales de recepción de la información y del conocimiento, algunos casos ejemplares son los chat bots, los sistemas de recomendación, realidad virtual y otros. La integración de la IA al entorno digital educativo lo que manifiesta es toda una nueva forma de producción de vínculos comunicantes que hacen posible la evolución del aprendizaje en sociedad por otros medios.
Basado en el reconocimiento de voz anónimo en tiempo real que se puede utilizar en cualquier entorno de e-learning, el proyecto
Philia, liderado por la argentina Belén Prado, plantea que "la inteligencia artificial (IA) de las emociones apoyará e inspirará a los estudiantes a través de recomendaciones personalizadas y mensajes de comunicación que respalden su aprendizaje".
Por medio de un número de identificación individual anónimo, los estudiantes pueden, opcionalmente, iniciar sesión en un tablero integrado desde sus plataformas educativas e interactuar con su asistente de inteligencia artificial que detecta su estado emocional a través del reconocimiento de voz. Esta sencilla herramienta implementa la computación afectiva (inteligencia emocional artificial para la detección en tiempo real) y ofrece, a la emoción detectada, una conversación empática hacia recomendaciones personalizadas (en forma de podcast, conferencias, videos, enlaces externos) ya sea para motivar e inspirar. ellos o para reforzar un resultado positivo.
"El proyecto Philia que armé junto a un equipo internacional, contempla a las emocionescomo un rasgo fundamental a contemplar durante el proceso de aprendizaje y que es fácilmente ignorado dentro de las plataformas de educación digitales", explicó Prado en diálogo con Infotechnology.
La startup ganó el concurso interno de "aprender con IA" en el marco de la competencia de la Comisión Europea, DigiEduHack 2020" y se basa en un sistema de reconocimiento de las emociones a través del uso de la voz en tiempo real, una vez reconocida la emoción, Philia que responde vía chatbot, recomendando al estudiante un video, podcast, artículo o link externo para apoyarlo, motivarlo e inspirarlo así como ofrecerle mayor contacto de asistencia humana con el centro pedagógico responsable. "Todo ello se realiza de forma segura bajo normativas éticas de IA a través del uso anónimo de un número de identificación y el cual el programa detecta las características acústicas, sintácticas pero no el contenido semántico de lo dicho", expresan desde el proyecto.
Es importante remarcar que un proyecto como Philia no deja a un lado ni reemplaza el contacto humano del rol de los educadores y maestros sino que se incorpora como una herramienta beneficiosa no solo para motivar a los estudiantes y fomentar su experiencia de aprendizaje en línea, "sino también que resulta beneficiosa para el trabajo de los profesores/ investigadores, que opcionalmente, pueden tener en cuenta los datos ofrecidos por esta retroalimentación dinámica para realizar investigaciones piloto después de los cursos", concede Prado.
"Philia es un complemento basado en inteligencia artificial, que puede encajar perfectamente en cualquier entorno de enseñanza virtual (Moodle, myStudy, etc.), y en el que los estudiantes pueden, opcionalmente, iniciar sesión en un panel integrado desde sus plataformas educativas. Además, Philia es una asistencia silenciosa que puede recopilar directamente datos de la voz sin interrumpir ni a los estudiantes ni a los docentes. Por lo tanto, Philia es una ayuda perfecta para los estudiantes, especialmente para el estudio en línea en tiempos de pandemia", explica la fundadora del proyecto, que hoy está compitiendo en Naciones Unidas con Philia.
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