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En 1974, Stephen Hawking revolucionó la física teórica cuando afirmo que los agujeros negros emiten radiación. En su máxima, toda materia y energía originada del punto inicial del Universo formaba parte de una singularidad.
Por esta razón, el astrofísico británico considera que era fundamental crear una "Teoría del todo" que explicará y conectará, en un esquema teórico, las interacciones físicas fundamentales. Sin embargo, a pesar de no concretarla, logró relacionar la relatividad con la cuántica en la reconocida "Radiación de Hawking".

Radiación de Hawking: la teoría que afirma que los agujeros negros no son tan negros
En su teoría sobre "radicación de Hawking", el científico señaló:
"Los efectos cuánticos hacen que -los agujeros negros- brillen como cuerpos calientes con una temperatura que es más baja cuanto más grande sea el agujero. Este resultado que completamente inesperado y muestra que existe una profunda relación entre la gravedad y termodinámica",
Así, para el físico, si los efectos de la cuántica "hacen que los agujeros negros brillen como cuerpos calientes, perderán su negritud". Es decir, son capaces de emitir energía, perder materia e incluso desaparecer.
"Creo que mi mayor logro es que los agujeros negros no son completamente negros", aseguró Hawking en 2017 en diálogo con BBC.

¿Qué son los agujeros negros?
Un agujero negro es un objeto astronómico con una fuerza gravitatoria tan elevada que nada puede escapar de él. Su superficie, denominada horizonte de evento, define el límite donde la velocidad requerida para evadirlo excede la velocidad de la luz.
Crecen por la acumulación de la materia que atrapan, incluyendo el gas desprendido de estrellas vecinas.














