

Versátil y deliciosa, la pizza ha sabido adaptarse a comensales alrededor de todo el mundo. Aunque hay una variante de este clásico de la gastronomía que siempre ha sido muy cuestionada por los fanáticos, por cocineros y hasta estudiado por la comunidad científica: la pizza con ananá.
Es que no todos percibimos de igual forma todos los sabores debido a enfermedades, la edad o hasta factores ambientales. Pero hoy les contamos por qué la ciencia afirma que es una buena opción añadirle ananá a tu pizza.
El secreto del ananá y por qué no puede faltar en tu pizza
El ananá resulta mucho más compatible con la pizza que otras frutas debido a que cuenta con bromelina en su composición, una enzima que puede digerir proteínas y que aleja a los insectos de la fruta.

Su inclusión puede mejorar la textura de la base proteica de la pizza, consiguiendo que el queso y los pedazos de jamón o carne sean más tiernos y digeribles.
La reacción Maillard es otra razón para ponerle ananá a tu pizza

Esta reacción química ocurre cuando se combinan tres elementos: proteínas, azúcares y calor. El resultado final es la generación de una concentración de sabores y un tostado superficial del alimento, realzando de manera increíble sus sabores en el paladar.

En una pizza con ananá están todos los ingredientes que se precisan para conseguir una reacción de Maillard que derive en un resultado increíble de sabores, color y aromas.
Cómo preparar una deliciosa pizza de ananá
La pizza de ananá es un tema de debate en el mundo de la gastronomía, pero aquellos que se animan a probarla descubren un fascinante equilibrio de sabores. Acá te mostramos esta receta para prepararla. Seguro te va a encantar.
Ingredientes:
- Masa para pizza (podés comprarla hecha o prepararla en casa)
- Salsa de tomate
- 200 gramos de mozzarella
- 150 gramos de jamón cocido
- Rodajas de ananá, a gusto
- Orégano seco, a gusto
- Aceitunas verdes o negras para decorar (opcional)
- Aceite de oliva
Preparación:
- Prepará la Masa: Si decidís hacer tu masa, mezclá harina, agua, sal, azúcar y levadura. Amasá hasta obtener una textura suave y dejá levar por al menos 30 minutos. Extendé la masa sobre una bandeja para pizza previamente aceitada.
- Agregá la Salsa: Distribuí la salsa de tomate sobre la masa extendida. Es importante que la capa no sea muy gruesa para evitar que la pizza quede húmeda.
- Sumá la Mozzarella y el Jamón: Cubrí la salsa con mozzarella rallada o en rodajas finas. Luego, agregá el jamón cocido cortado en tiras o cubos.
- Colocá las Rodajas de Ananá: Distribuí las rodajas de ananá sobre el jamón. Podés cortarlas en trozos más pequeños si preferís.
- Condimentá: Espolvoreá un poco de orégano seco sobre los ingredientes y, si te gusta, agregá algunas aceitunas.
- Horneá: Cociná en horno precalentado a 220°C durante 15-20 minutos o hasta que la masa esté dorada y el queso completamente fundido
- Serví Caliente: Retirá del horno y serví inmediatamente. Un buen truco es rociar un poco de aceite de oliva sobre la pizza caliente para agregar un extra de sabor.













