

Ciertos hallazgos arqueológicos se transforman en hitos para la ciencia y pueden completar espacios vacíos en la línea de tiempo de alguna cultura en particular y en la historia de la humanidad en general.
La precisión de la información que trae hasta nuestros días un determinado descubrimiento es un elemento preciado a la hora de la reconstrucción de hechos pasados, pero si además el hallazgo es un objeto frágil que sobrevivió al paso del tiempo, lo hace extraordinario.
Esto es lo que sucedió cuando, incrédulos de lo que estaban viendo, los arqueólogos descubrieron en Inglaterra un huevo que sobrevivió con su contenido intacto por casi 2000 años.
Después de diversos estudios se comprobó que el huevo aún contiene la yema y la clara, lo que podría aportar una cantidad de datos únicos para distintas ramas de la ciencia.
A pesar de haber sido encontrado hace unos años, aun este ejemplar se encuentra en estudio y las esperanzas de encontrar información relevante en su interior siguen intactas.
Hallazgo arqueológico: un huevo con muchos años de historia
El hallazgo se produjo en Berryfields en las inmediaciones de Aylesbury en Buckinghamshire, Inglaterra, durante una excavación realizada entre 2007 y 2016, cuando se estaba por realizar una construcción de viviendas.
El huevo fue hallado junto a otros objetos, entre los que se destacaron
- Una canasta tejida.
- Vasijas de cerámica.
- Zapatos de cuero.
- Huesos de animales.
Los objetos corresponden al período Neolítico, y el pozo data del siglo III d.C., cuando Inglaterra era parte del imperio romano.
Oxford Archaeology realizó un comunicado donde explicó detalles sobre cómo era el lugar donde se encontró el huevo originalmente.
"Era un asentamiento de la Edad de Hierro media y el interior agrícola del supuesto asentamiento romano nucleado de Fleet Marston. Estaba situado en una vía importante y alguna vez fue un centro comercial, administrativo y agrícola", explicaron los expertos.
Con el correr de los años, en el sitio se elaboró cerveza, más tarde se llenó de agua y se transformó en un espacio donde las personas arrojaban monedas a los dioses para tener suerte.

Al encontrar el "huevo de Aylesbury" los arqueólogos no dudaron en afirmar que se trataba de un "descubrimiento genuinamente único". Luego de diversos estudios y una micro tomografía computarizada, vieron con claridad que el contenido del huevo estaba completo.
Luego del hallazgo, el huevo se envió al Museo de Historia Natural de Londres, donde los científicos estudiaron distintas formas sobre cómo conservarlo y estudiar su contenido sin romperlo. En la actualidad el huevo está en el Museo en Aylesbury.
Hallazgo arqueológico: el imperio romano, una historia de ocupación
Desde el año 55 a.C. hasta aproximadamente el 410 d.C, el imperio romano transformó gran parte del mundo de entonces. La ocupación del ejército romano a Inglaterra dejó marcas indelebles en la cultura y forjó los cimientos de la actual Inglaterra.
La cultura romana, una de las más avanzadas de la época, construyó caminos que facilitaron el desarrollo uniendo ciudades como Londinium (Londres), Eboracum (York) y Aquae Sulis (actual Bath, en Somerset).

En su expansión el imperio romano arrasó con las pequeñas aldeas e impuso valores y costumbres a los vencidos.
En la sociedad romana, los huevos simbolizaban la fertilidad y el renacimiento, por lo que se cree que el huevo encontrado que marca un hito en la arqueología tiene que estar relacionado con otro objeto de los que se encontraron en el lugar.












