

Este lunes 21 de abril de 2025, la Iglesia católica y millones de fieles en todo el mundo recibieron una noticia que marca un antes y un después: falleció el papa Francisco.
El deceso del pontífice argentino, de 88 años, se produjo tras complicaciones cardíacas que no pudieron ser revertidas por el equipo médico que lo atendía.
Su muerte marca una etapa reformista en el Vaticano y deja un profundo vacío espiritual, especialmente entre los jóvenes católicos que lo consideraban una figura cercana, moderna y coherente con los valores del evangelio.
Francisco, nacido como Jorge Mario Bergoglio, fue el primer papa proveniente de América Latina y el primer jesuita en llegar al trono de Pedro. Durante más de una década de pontificado, impulsó una agenda enfocada en la inclusión, la justicia social y el diálogo interreligioso.
Su estilo pastoral, más horizontal y austero que el de sus predecesores, le ganó el cariño de millones dentro y fuera de la Iglesia.
Una fecha con fuerte simbolismo: falleció un Lunes de Pascua
El fallecimiento del papa Francisco ocurrió en un día profundamente significativo dentro del calendario litúrgico: el Lunes de Pascua. Esta jornada, que forma parte de la Octava de Pascua, es el segundo día del tiempo pascual y celebra la Resurrección de Jesucristo.
Es un período que la Iglesia católica considera como tiempo de renovación, alegría y esperanza.
Morir durante la Octava de Pascua no tiene un significado dogmático oficial, pero muchos creyentes lo interpretan como un gesto providencial: una partida envuelta en la promesa de resurrección y vida eterna.
Para los fieles, el hecho de que el papa Francisco haya muerto en este contexto puede verse como un último mensaje de fe, coherente con su vida de entrega espiritual y servicio a los más humildes.
El catolicismo sigue creciendo en el mundo: 1.390 millones de fieles en 2025
En medio del dolor por la partida del pontífice, los últimos datos estadísticos muestran que el catolicismo continúa en expansión a nivel global. Según cifras oficiales del Vaticano, en 2022 se contabilizaron 1.390 millones de católicos bautizados en todo el mundo, lo que representa un aumento del 1% respecto al año anterior.

El crecimiento fue especialmente marcado en África, donde el número de fieles subió un 3%, alcanzando los 273 millones. También se registraron aumentos en Asia (0,6%) y América (0,9%), mientras que Europa mantiene cifras estables, en torno a los 286 millones. En Oceanía, el número se mantuvo sin variaciones significativas.












