Cobranzas: estiran los plazos de pago de 30 a 60 días para poder vender
Los plazos de pago se duplicaron ante la necesidad de no perder ventas. La extensión incluso hace que los cobros se terminen efectivizando a los 75 días, por lo que surgen beneficios para pagos a término
Los meses de estricto aislamiento para contener la pandemia de coronavirus continúan golpeando a la economía real. Hasta que el Gobierno dispuso el confinamiento, los plazos de pago eran en promedio de 30 días. Pero ahora esa extensión se duplicó, pasaron a 60 días con el objetivo de incrementar las ventas, aún a sabiendas de que se terminará cobrando recién a los 75 días.
Así lo pudo corroborar, según pudo constatar este diario por fuentes involucradas en forma directa, la Asociación del Crédito Industrial Argentino tras diversas reuniones virtuales que mantuvieron con sus socios.
Hay sectores de consumo masivo, como el caso de los minimercados, en donde incluso los plazos de pago pasaron a ser de 75 días, que en la práctica se transforman en pagos a los 90 días, ya que siempre se dan un pedal de 15 días más.Es por ello que, estratégicamente, para las empresas se ha vuelto clave poner 15 días menos en la factura del plazo máximo de pago, ya que si pusieran 90 días les pagarían recién a los 105 días.
También por eso es que hay quienes introdujeron bonificaciones que van atadas al pronto pago. A quien paga en término, entonces, les dan un descuento. Dentro del sector, también señalan que cuando las compañías están muy necesitadas de efectivo se apuran a ofrecer una bonificación extra para cobrar a tiempo. Según pudo averiguar El Cronista, dichas bonificaciones oscilan entre el 8% y hasta el 15%.
Lo que sucede, a entender de los especialistas en esta materia, es que se ha vuelto muy difícil dejar de vender. "Tenés que aprovechar la venta generada para poder seguir haciendo caja. Antes estaban más dulces las compañías y podías pararte y decirle que si no te pagan a los 30 días no le vendías más, pero hoy ante la falta de ventas no queda otra que aceptar plazos de pago de hasta 90 días", revelan en el sector de las cobranzas.
La buena noticia es que, en este último tiempo, la cantidad de cheques rechazados se ha reducido. La mala, no obstante, es que el mercado está mucho más medido. Es decir, ya no hay revoleo de mercadería y sólo se le vende al que se sabe de antemano que va a cumplir.
Antes de la pandemia el volumen de ventas era tan grande que el incobrable no se notaba. En cambio hoy si llegara a producirse una incobrabilidad, repercutiría mucho. Incluso, hay hasta cada vez más seguros de crédito, de modo de estar protegido en caso de que el cliente no pague.
En el sector de las cobranzas hablan muy bien de los comercios que pagan a término. Los pequeños supermercados de barrio, por ejemplo, suelen pagar en el momento y hasta con anticipación para conseguir mejores precios, en especial en cuanto a vinos se refiere.
Además, las compras las hacen en pool, de modo de tener un mayor poder de negociación, y así pueden vender los vinos más baratos que los grandes supermercados. "Te endulzan con la plata fresca", es la frase que se suele escuchar entre sus proveedores.
"Los grandes supermercados, en cambio, te pueden pasar un cheque para 30 días más adelante sin darte explicaciones. O te hacen notas de crédito donde te devuelven mercadería por faltante, porque estaba rota o vencida, y nosotros no tenemos forma de comprobarlo, pese a que tenemos el remito de entrega que estaba todo en perfectas condiciones.
Deberíamos duplicar el equipo de gente en la calle para mandar personal que controle eso, pero con la pandemia nos resulta imposible", protestan los proveedores.
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