Tres propuestas de economistas para desarmar la bola de nieve de las Leliq

Alcanzan el 5% del PBI y dada la elevada tasa de interés, resulta clave encarar una solución a esa problemática ya que genera un elevado deficit cuasifiscal y presión sobre los pasivos del Banco Central.

A diferencia de lo que ocurrió en la crisis de 2002, actualmente los bancos muestran una exposición baja en títulos públicos. Esta ronda el 9,5% del activo mientras que en 2002 era del orden del 49% del activo. De todos modos, en donde mayormente sí se muestran vulnerables los bancos es en su exposición a las Leliq y pases pasivos del Banco Central. 

Tras el reperfilamiento de las letras del Tesoro nacional, y aun sin una resolución sobre una posible reestructuración de la deuda, entre los especialistas abundan las especulaciones alrededore de que el Gobierno actual o el que viene busquen solucionar la "bola de nieve" de las Leliq.

El problema de la Leliq no es principalmente su tamaño sino el impacto que le pueda generar a los bancos, primero, y a los depositantes, luego. Concretamente el tamaño de las Leliq alcanza un monto de u$s 18.000 millones, lo que significa un 5% del PBI  Esto representa la mitad de lo que era la bola de nieve de las Lebac.

Las Leliq son utilizadas por los bancos para responder a los depósitos. Con el crédito en retroceso, los bancos colocan los depósitos a la tasa de casi 85% que paga la Leliq y con eso sostienen el rendimiento de las colocaciones de sus clientes. Por eso, una solución abrupta podría implicar un problema para el sistema financiero.

Pero a su vez, resulta importante resolver el problema cuanto antes ya que las altas tasas de interés generan un déficit cuasi-fiscal importante que, si bien se licua con las sucesivas devaluaciones, genera costos por el traslado de la tasa de referencia al resto del sistema y la potencial expansión monetaria que significaría un desarme de esos papeles.

“El problema de las Leliq radica en su alto costo y la capitalización semanal de los intereses. En los últimos años ha sido la principal fuente de creación de pesos (como continuidad de las Lebac), por ese motivo es deseable encontrarles una solución. El temor en el mercado es que esta solución venga dada por un bono que reprograme los vencimientos y saque esos pesos de circulación , sostuvieron los analistas de Quinquela Fondos.

Posibles soluciones

El objetivo para plantear sin dudas es lograr que los pesos que hoy la economía no necesita se vayan volcando al mercado de manera gradual y puedan ser fuente de crecimiento del crédito, y el cual hoy se encuentra sumamente retraído.

Experiencias anteriores como el Plan Bonex de 1989 o el Corralón de 2002 se produjeron en escenarios con bancos que afrontaban serios problemas de calidad de cartera, por alta exposición al sector público. Desde el mercado consideran que esta no sería una buena alternativa ya que generaría un deterioro de la liquidez de los bancos y por consiguiente una probable corrida bancaria, es decir crearía un problema donde hoy no lo hay

Una solución en tres pasos

El economista Federico Furiase, director de la consultora EcoGo y profesor de la maestría en Finanzas de UTDT sostuvo que el riesgo de las Leliq está en la estabilidad de los depósitos a plazo fijo y en la incapacidad de financiar la brecha fiscal en los mercados, situación que podría forzar cierta monetización del Banco Central.

A su vez, Furiase entiende que para evitar un problema por el lado de las Leliq se tienen que dar tres procesos con diferente ´timing´.

Lo que debe ocurrir a corto plazo, es que se despeje incertidumbre política y que la estabilidad cambiaria modere las expectativas de inflación. A partir de allí podríamos esperar una moderación en la baja del riesgo país y de la tasa real requerida a la que crecen los pasivos remunerados del BCRA", dijo Furiase.

Dentro de su hoja de ruta, Furiase entiende que a mediano plazo tiene que haber una recuperación de la demanda real de dinero a partir de consistencia monetaria y fiscal que permita absorber cierto desarme gradual de Leliq sin generar presión en el tipo de cambio e inflación.

Finalmente, a más largo plazo, el economista de EcoGo entiende que el Tesoro debe lograr un superávit fiscal primario para precancelar letras intransferibles y que eso le dé espacio al BCRA para desarmar Leliq sin efecto en la base monetaria, las expectativas de devaluación e inflación.

En su propuesta, Furiase hace referencia a la necesidad de retomar cierta confianza sobre los activos locales.

Mismo foco realiza Eric Ritondale, director de Econviews quién explicó que para que las Leliq no se conviertan en un problema lo que hace falta es que vuelva la confianza en los activos locales, no sólo en la moneda, sino en toda la deuda pública.

“Las Leliq son, en realidad, la consecuencia de un problema mayor, que es la falta de confianza", comentó.

Volver al plan original del FMI

Propononiendo una solución más ortodoxa, Leonardo Chialva, director de Delphos Investment agregó que para solucionar el problema de las Leliq se debería recurrir al plan original del FMI para recomprar la deuda en pesos del BCRA.

“Regresaría de alguna manera al plan monetario original con el FMI en el que usan parte de los dólares para rescatar las Lebac, en este caso las Leliqs. Es decir, dado el repefilamiento y reestructuración de la deuda en el que pueden llegar a sobrar dólares, estos se pueden usar para lo que era el plan original con el Fondo en el que se rescata la deuda en pesos emitida por el BCRA , sostuvo Chialva.

Según el plan de Chialva, a modo de ejemplo, si se llega a rescatar la mitad de las Leliq contra dólares, estos billetes se les entregan a los bancos, quienes luego deberían dolarizar plazos fijos. En paralelo, la otra mitad de las Leliq se deberían buscar resolver en base a un aumento gradual la demanda de pesos y vía encajes no remunerados.

Encajes automáticos sobre pesos no colocados

Un esquema alternativo que se podría aplicar es el mismo que se utiliza en el segmento de dólares y es propuesto por los analistas de Quinquela Fondos y en el cual proponen establecer un encaje automático por todo peso captado no colocado, y dejar la tasa de interés como herramienta para lograr retener depósitos o fomentar el desarrollo del crédito.

“Hasta esta semana este esquema era inviable, porque una baja en la tasa de interés hubiera generado una demanda creciente de dólares y un rápido shock inflacionario, pero una vez decidido el control de capitales, estas opciones vuelven a estar sobre la mesa , sostuvieron desde Quinquela Fondos.

Los riesgos detrás de esta propuesta están la baja de tasa en si misma que perciben los depositantes, sumado a que la oferta de pesos se acelere mucho más que la demanda y eso resulte inflacionario. Entro otros riesgos se desprende la necesidad de sostener rígidos controles de capitales y que este contexto promueva la colocación de créditos a tasas reales negativas, obligando a los bancos a ser cuidadosos en la selección de sus riesgos.

Para atenuar estos riesgos es necesario administrar el ritmo de expansión de pesos -liberación de encajes- para evitar que sobren pesos en la economía. Tienen que ir acompañando al crecimiento de la demanda de dinero y de la demanda de crédito , dijeron los analistas de Quinquela.

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