¿Por qué los bancos centrales están comprando cantidades "colosales" de oro?

Las consecuencias de las sanciones de Estados Unidos a Rusia contribuyeron a un aumento del 18% de las compras por parte de los bancos centrales en 2022.

La demanda de oro alcanzó en 2022 su nivel más alto en más de una década, impulsada por las "colosales" compras de los bancos centrales, que subrayaron el atractivo de este activo de refugio en tiempos de agitación geopolítica.

La demanda anual de oro aumentó un 18% el año pasado, hasta las 4741 toneladas, la mayor cantidad desde 2011, impulsada por un máximo de 55 años en las compras de los bancos centrales, según el Consejo Mundial del Oro (WGC, por sus siglas en inglés), un grupo respaldado por la industria.

Los bancos centrales acapararon oro a un ritmo histórico en la segunda mitad del año, un movimiento que muchos analistas atribuyen a un deseo de diversificar las reservas por fuera del dólar después de que Estados Unidos congelara las reservas de Rusia denominadas en esa moneda como parte de sus sanciones contra Moscú. Los inversores minoristas también invirtieron en el metal amarillo para protegerse de la elevada inflación.

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Las compras de oro de los bancos centrales alcanzaron las 417 toneladas en los tres últimos meses del año, unas 12 veces más que en el mismo trimestre del año anterior. El total anual fue de 1136 toneladas, más del doble que el año anterior.

Krishan Gopaul, analista principal del WGC, dijo que las "colosales" compras de los bancos centrales son un "muy positivas para el mercado del oro", aunque el grupo del sector predijo que sería difícil igualar las compras del año pasado debido a la ralentización del crecimiento total de las reservas.

"Desde 2010, los bancos centrales han sido compradores netos de oro tras dos décadas de ventas netas. Lo que hemos visto recientemente en este entorno es que los bancos centrales han acelerado sus compras hasta un máximo de varias décadas", dijo. Añadió que la falta de "riesgo de contraparte" era un atractivo clave del metal para los bancos centrales, en comparación con las divisas bajo control de gobiernos extranjeros.

Sólo una cuarta parte de las compras de los bancos centrales en el cuarto trimestre se comunicaron al FMI. Las compras notificadas en 2022 estuvieron encabezadas por Turquía, que adquirió casi 400 toneladas, China, que declaró haber comprado 62 toneladas en noviembre y diciembre, y los países de Medio Oriente.

Los analistas de la industria del oro creen que el resto corresponde a bancos centrales y organismos gubernamentales de China, Rusia y Medio Oriente, que pueden incluir fondos soberanos.

James Steel, experimentando analista de metales preciosos de HSBC, afirma que "la diversificación de carteras es la principal razón" para que los bancos centrales, expuestos a los dólares estadounidenses, compren oro. Añade que "una razón clave para elegir oro es que los bancos centrales están limitados en cuanto a los activos que pueden poseer, y pueden ser reacios a comprometerse con otras divisas".

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La demanda de lingotes y monedas por parte de los inversores minoristas también se disparó en 2022 a su nivel más alto en nueve años, por encima de las 1200 toneladas, con una fuerte demanda en Europa, Turquía y Medio Oriente que contrarrestó la debilidad en China, donde los compradores se vieron confinados debido a los cierres por Covid.

Los precios del oro cayeron desde el máximo histórico alcanzado el pasado mes de marzo, por encima de los u$s 2000, hasta justo por encima de los u$s 1600 por onza troy en noviembre, ya que la suba de las tasas de interés provocó salidas de fondos cotizados en bolsa (ETF) respaldados por oro equivalentes a u$s 3000 millones a lo largo del año. El oro no produce rendimientos, lo que reduce su atractivo para los inversores cuando suben las tasas de interés de los bonos de bajo riesgo.

Sin embargo, la demanda de los bancos centrales y los inversores minoristas ayudó a evitar que el metal amarillo siguiera cayendo y preparó el terreno para una fuerte suba desde noviembre.

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En esos tres meses, el oro ha aumentado casi una quinta parte, hasta los u$s 1928 por onza troy -su nivel más alto en nueve meses-, ayudado por la Reserva Federal de EE.UU., que señaló que ralentizaría el ritmo de subas de tasas.

El WGC espera una reactivación de la demanda de oro por parte de los inversores institucionales este año, a medida que las tasas de las principales economías se acerquen a su nivel máximo, mientras que la caída de la inflación podría frenar la demanda de lingotes y monedas.

Como consecuencia de las excepcionales compras de los bancos centrales y del retorno previsto de los ETF respaldados por oro, UBS elevó su objetivo de fin de año para el metal precioso a u$s 2100 por onza troy, frente a los u$s 1850 anteriores.

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