
Los inversores parecen haber perdido el apetito por los commodities. En los últimos dos meses, el retiro de dinero de los activos de esta clase alcanzó su ritmo más rápido desde el inicio de la crisis financiera. Barclays Capital estima que los inversores retiraron u$s 6.900 millones de los mercados de commodities en mayo, comparado con u$s 8.000 millones de todo el último trimestre de 2008.
La comparación es notable. A fines de 2008 la economía mundial caía en recesión y la demanda de materia prima perforó el piso. Hoy, pese a que hay preocupaciones económicas en casi todas partes, el consumo de la mayoría de los commodities sigue creciendo.
Sin embargo, los inversores cambiaron la tendencia y su posicionamiento en los futuros de commodities en EE.UU., según la Commodity Futures Trading Commission, es la menos optimista desde julio del año pasado. Comparado con el pico de principios de abril, las apuestas a un aumento en los precios cayeron 37% sobre una base neta.
Además, la tendencia no se limita a los mercados a futuro: los ejecutivos de empresas vinculadas a recursos naturales dicen que los inversores en acciones también redujeron su exposición a todo el sector. Y se recortaron las apuestas al dólar australiano, cuya fortaleza está muy ligada a los precios de los commodities.
En su mayoría, los inversores no apuestan a una caída en los precios, simplemente salen del mercado. En EE.UU., el número de contratos vigentes, o open interest, entre los futuros sobre commodities cayó a su nivel más bajo desde el último verano boreal, según la CFTC. Los datos de otras bolsas, como el London Metal Exchange, muestran una tendencia similar.
Las razones para la cautela son similares al nerviosismo que produjo la reciente retirada de los activos de riesgo en general: la preocupación por las perspectivas para el crecimiento en EE.UU. y Europa, sumada a los temores a que pueda haber aterrizajes difíciles en China y otras economías emergentes. Además, los inversores sufrieron por una serie de inesperados cambios en los precios.
Primero, el precio del petróleo tuvo una de sus caídas más fuertes el 5 de mayo, sin justificación aparente. Luego, en junio, la Agencia Internacional de Energía anunció que liberaría reservas estratégicas de petróleo por tercera vez en su historia, con lo que el precio volvió a caer. Y los que invierten en commodities agrícolas vieron un colapso de 10% en el precio del maíz por las predicciones de EE.UU. sobre plantaciones e inventarios. Lo del 5 de mayo fue una verdadera sacudida. El efecto sobre la confianza fue mucho mayor de lo que se imagina, dijo Fabian Somerville-Cotton, de HSBC.











