El economista libertario Javier Milei llegó al poder con la rimbombante promesa de terminar con la "corrupta" clase política argentina. Ahora ha recurrido a un miembro de esa clase política de toda la vida para salvar su proyecto.

Milei está a punto de cumplir seis meses de presidencia sin que el Congreso haya aprobado una sola ley. En un intento de cambiar esta situación, la semana pasada despidió a su jefe de gabinete, Nicolás Posse, un ingeniero sin experiencia política, y lo sustituyó por Guillermo Francos, ministro del Interior.

Francos, un político de carrera de 74 años, es considerado el polo opuesto del irascible Presidente: tranquilo, diplomático y con amigos en todo el espectro político. Se ha convertido en el principal negociador de La Libertad Avanza (LLA) de Milei, un papel crucial dado que la coalición -de tres años- controla sólo el 15% de las bancas del Congreso y ninguna de las 23 poderosas gobernaciones provinciales.

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"El Presidente me elige porque se da cuenta que con la política argentina se le hace complicado, porque no la entiende", declaró Francos tras su nombramiento.

Aunque Milei ha reducido drásticamente el déficit público utilizando sus poderes ejecutivos, los analistas, las empresas y el FMI han advertido que las crisis económicas crónicas de Argentina no pueden resolverse sin construir un consenso político y garantizar un cambio legislativo a largo plazo.

En un papel ampliado, bautizado en los medios de comunicación como "superministro", Francos será el enlace crucial entre el gabinete, el Congreso y los gobernadores. Su primera tarea consistirá en eliminar los obstáculos en el Senado que han paralizado dos proyectos de reforma económica, cuyo objetivo es recortar el déficit e incentivar la inversión.

"Milei está en un momento difícil", dijo Eugenia Mitchelstein, profesora asociada de la Universidad de San Andrés, en Buenos Aires. "Necesita un padrino político".

Los colaboradores de Milei reconocen en privado que el ajetreo político diario interesa poco al Presidente, que ha dado prioridad a los viajes internacionales para mezclarse con líderes tecnológicos y hablar en conferencias de derecha.

Su círculo íntimo de asesores tiene escasa experiencia en la negociación con líderes de la oposición. Posse, un amigo de Milei del sector privado, era una figura remota que evitaba a los políticos y a los medios de comunicación. Karina Milei, su hermana y jefa de gabinete, está centrada en el funcionamiento interno de LLA. Santiago Caputo, el estratega estrella de Milei, trabaja para mantener la popularidad del Presidente entre los votantes de cara a las elecciones de mitad de mandato de 2025.

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"Se han dado cuenta de que tienen un grave déficit político y no pueden llegar a las elecciones de mitad de término sin resolverlo", afirma Marcelo García, director para las Américas de la firma de riesgo geopolítico Horizon Engage. "Necesitan un negociador, alguien que se sienta cómodo en el scrum: ése es Francos".

Nacido en el seno de una familia de la marina en Buenos Aires en 1950, Francos asistió a una escuela católica donde recibió clases de literatura de Jorge Mario Bergoglio, el actual Papa Francisco. Participó activamente en la política estudiantil mientras estudiaba Derecho, y ayudó a fundar un partido de centro-derecha tras el retorno de Argentina a la democracia en 1983. Llegó a formar parte del gobierno de la capital y del Congreso.

Pero Francos también ha colaborado estrechamente con figuras conservadoras y moderadas del amplio movimiento peronista, que se ha desplazado hacia la izquierda bajo la influencia de la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. Los peronistas moderados tienen votos decisivos en el Congreso.

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En 2007, dirigió el Banco Provincia bajo el gobernador peronista Daniel Scioli. En 2019, el predecesor peronista de Milei, Alberto Fernández, nombró a Francos representante de Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington.

Francos conoció a Milei en 2012, cuando era director en Corporación América, el conglomerado donde Milei trabajó durante años como economista. Mantuvieron un estrecho contacto. Según Francos y antiguos colegas, fue una de las primeras personas en reconocer el potencial político de Milei, a pesar de sus diferentes estilos.

En una entrevista concedida al Financial Times durante la campaña del año pasado, Francos se definió como "la otra cara de la moneda de Milei". Mientras que Milei, un académico soltero y con el pelo alborotado, es conocido por sus broncas agresivas contra los adversarios, Francos, que se ha casado tres veces y tiene seis hijos, tiene un encanto fácil y un temperamento equilibrado.

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"Guillermo es un eterno optimista", dice un antiguo colega que los conoce bien a ambos. "Si él y Javier tienen un desacuerdo con alguien, Javier probablemente saldrá furioso o diciendo ‘se terminó la conversación'. Pero Guillermo no se llena de energía negativa, dice ‘OK, lo intentaremos de nuevo'".

Como ministro del Interior -una función que ahora se convertirá en una secretaría dependiente de Francos- gestionó la tensa relación del gobierno de Milei con las provincias. Muchos gobernadores, que tienen influencia sobre los legisladores, se han opuesto a la agenda de Milei, mientras que el Presidente les ha recortado la financiación.

Un empleado de un gobernador centrista de la oposición dijo que Francos era "digno de confianza" y "sabía escuchar".

"El problema es que tenía una caja de herramientas limitada para ayudar con sus problemas", añadieron. "En teoría, eso debería cambiar ahora".

Como jefe de Gabinete, Francos es el encargado de gestionar a los ministros de Milei y podría influir en el ministro de Economía, Luis Caputo -primo lejano del estratega de Milei, Santiago-, para que libere fondos que faciliten las negociaciones políticas.

Pero, según los analistas, la magnitud del poder de Francos dependerá de la dinámica entre él, Caputo y Milei. El Presidente ha dado muestras de un apoyo inquebrantable a la disciplina fiscal de Caputo, calificando al extrader de Wall Street de "rockstar".

El equilibrio de poder se complicará aún más con la llegada de Federico Sturzenegger a un cargo ministerial, arquitecto de las reformas económicas previstas.

En febrero, el primer intento del Gobierno de legislar fracasó cuando el Presidente retiró bruscamente su proyecto de ley de la Cámara Baja, borrando meses de negociaciones dirigidas por Francos.

Ahora hay más en juego. A medida que se ha ido alargando el intento del Gobierno de aprobar las reformas, se ha tambaleado la recuperación de los precios de los bonos soberanos argentinos. Los inversores advierten que una derrota sería grave para la confianza en el programa de Milei.

El miércoles, Francos y sus colegas consiguieron finalmente el apoyo suficiente para convocar una votación sobre los proyectos de ley para principios de junio.

Según Mitchelstein, es probable que Milei otorgue poderes a su nuevo jefe de gabinete para que le ayude a alcanzar sus objetivos políticos, al menos a corto plazo.

"A medida que nos acerquemos a las elecciones de mitad de mandato del año que viene, o si la economía mejora, Francos podría perder relevancia", dijo.