La administración Trump mantiene conversaciones estratégicas sobre la expansión internacional del dólar estadounidense. Según reveló el Financial Times este domingo, funcionarios de la Casa Blanca, el Departamento del Tesoro y el Consejo Económico Nacional participaron en reuniones con economistas especializados en dolarización, incluido Steve Hanke, reconocido académico de Johns Hopkins University conocido por sus intervenciones en economías latinoamericanas. Las discusiones surgen en un momento donde Beijing intensifica sus esfuerzos para reducir la dependencia del dólar en los mercados emergentes. China promueve activamente el uso del yuan en transacciones transfronterizas y desarrolla sistemas de pago alternativos al sistema SWIFT dominado por Estados Unidos. Esta batalla por la influencia monetaria global llevó a Washington a evaluar mecanismos para fortalecer la presencia del billete verde. Funcionarios chinos manifestaron su preocupación por el potencial del GENIUS Act -la nueva legislación estadounidense sobre stablecoins- para proliferar el dólar a nivel mundial. Zhou Xiaochuan, exgobernador del Banco Popular de China, advirtió que la dolarización podría traer efectos adversos significativos, destacó el Financial Times. El 13 de agosto de 2025, Hanke fue convocado al Eisenhower Executive Office Building, edificio contiguo a la Casa Blanca, donde se reunió con aproximadamente 15 funcionarios de alto rango de los Consejos de Asesores Económicos, Económico Nacional y de Seguridad Nacional. Durante ese encuentro, identificó a Argentina y Líbano como candidatos principales para una eventual dolarización. ¿Por qué la Argentina? La dolarización fue uno de los ejes centrales de la campaña presidencial de Javier Milei en 2023. Sin embargo, la realidad política y económica moderaron exponencialmente esa ambición inicial. El ministro de Economía Luis Caputo declaró a principios de octubre que "Argentina no cuenta con reservas suficientes" para dolarizar a corto plazo, aunque no descartó completamente esa posibilidad. Es por esto que el Financial Times contextualiza estas discusiones antes del anuncio del swap por u$s 20.000 millones entre el Tesoro estadounidense y el Banco Central de la República Argentina, operación que llegó en un momento crítico tras las turbulencias financieras posteriores a la derrota electoral del Gobierno en las elecciones de la provincia de Buenos Aires. Paralelamente a estas conversaciones sobre dolarización tradicional, Trump promulgó en julio de 2025 el GENIUS Act (Guiding and Establishing National Innovation for U.S. Stablecoins), legislación que establece el primer marco regulatorio federal para stablecoins respaldadas por el dólar. Esta ley exige que los emisores de stablecoins mantengan reservas 1:1 en activos líquidos como dólares o bonos del Tesoro a corto plazo, con divulgaciones mensuales de la composición de reservas. El secretario del Tesoro Scott Bessent proyectó que el mercado de stablecoins podría crecer de u$s 260.000 millones actuales a más de u$s 2 billones en los próximos años. La sincronización entre las reuniones sobre dolarización y la promoción del GENIUS Act no parece casual: ambas estrategias buscan expandir la influencia del dólar por vías complementarias -una mediante adopción oficial en economías en crisis, otra mediante la digitalización de pagos globales. El Fondo Monetario Internacional expresó reservas sobre la dolarización argentina, argumentando que "condenaría al país a un crecimiento lento al obligarlo a adoptar la política monetaria de la Reserva Federal estadounidense". Esta pérdida de autonomía monetaria elimina herramientas clave para enfrentar crisis económicas domésticas. Jay Newman, ex directivo del fondo Elliott Management que litigó contra Argentina, ofrece una perspectiva diferente: considera que la dolarización es la única solución capaz de romper el ciclo de crisis recurrentes del país. Sin una "alternativa estructural", advierte, "cada inyección de dólares termina vaciando las reservas debido a la salida de capitales y la fuga hacia cuentas offshore". El economista estima que Argentina experimentó u$s 238.000 millones en fuga de capitales desde 1995, cifra que explica el 76% de la deuda argentina actual. Este éxodo constante de divisas, producto de la desconfianza crónica en el peso, convierte cada rescate financiero en un "pésimo negocio", según sus palabras. El portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, confirmó las reuniones con Hanke, pero aclaró que no constituyen una política oficial: "El presidente Trump ha reafirmado repetidamente su compromiso con mantener la fortaleza y poder del dólar. La Administración regularmente busca el conocimiento de expertos externos sobre estas prioridades presidenciales. Pero se trata de reuniones de escucha y no deben ser vistas como reflejo de un posicionamiento político oficial". Por su parte, tanto Estados Unidos como Argentina afirman que la dolarización "no está activamente bajo consideración" en este momento. Esta ambigüedad diplomática mantiene abiertas todas las opciones mientras los mercados argentinos se estabilizan tras el resultado electoral favorable al oficialismo en las legislativas del 26 de octubre.