El apodo de Warren Buffett es el Oráculo de Omaha, y ciertamente hay un fervor religioso en torno a él en las reuniones anuales de su empresa cada año. Los accionistas acuden a rendir homenaje a su capacidad inversora, pero también se venera su frugalidad y su promesa de donar la mayor parte de su fortuna a obras de caridad. Parece el tipo de multimillonario que encajaría bien con los ecologistas. Entonces, ¿por qué Buffett no parece preocuparse por el cambio climático? La empresa de Buffett, Berkshire Hathaway, celebra su junta anual de accionistas el sábado. Suele ser una gran fiesta. Pero este año, Buffett y su equipo están sometidos a una presión cada vez mayor para que aborden los problemas climáticos. El fondo petrolero noruego, el mayor fondo soberano del mundo, declaró esta semana que no apoyará la reelección de ninguno de los consejeros de Berkshire Hathaway este año, en parte porque la empresa no ha divulgado información sobre los riesgos climáticos. El asesor de voto Institutional Shareholder Services (ISS) ha recomendado a los inversores que voten en contra de la principal consejera independiente de la empresa, Susan Decker, por no haber rendido cuentas sobre el clima. "La empresa es un importante emisor de gases de efecto invernadero y no está tomando las medidas mínimas necesarias para comprender, evaluar y mitigar los riesgos relacionados con el cambio climático", declaró ISS. El Sistema de Jubilación de los Empleados Públicos de California y la Caisse de Depot et Placement du Quebec también han presentado una petición que se someterá a votación mañana, en la que exigen a Berkshire que publique un informe sobre el clima. El año pasado, BlackRock y Vanguard votaron a favor de propuestas de los accionistas de Berkshire Hathaway sobre divulgación de información climática y objetivos de reducción de emisiones. Según BlackRock, Berkshire Hathaway no dispone de información adecuada sobre el riesgo climático en relación con los cuatro pilares de la Taskforce on Climate-related Financial Disclosures (TCFD). Buffett controla más del 30% de los votos en Berkshire Hathaway, lo que hace casi imposible que los accionistas externos cambien las cosas. Berkshire no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. El legado de Buffett como sabio inversor es indiscutible, al igual que su humildad y buen humor. Pero, por alguna razón, se muestra intransigente con el clima. Las divulgaciones de la TCFD se han convertido en un requisito básico en Estados Unidos. ¿Por qué Buffett se ha desentendido de las preocupaciones climáticas, aunque sea sólo para servir de ejemplo a las otras empresas estadounidenses? En algún momento, la postura climática de Buffett podría empezar a manchar su reputación. Es probable que la junta de accionistas del sábado sirva para demostrarlo.