Renovables y comunidades originarias, la apuesta de Jujuy
Si las energías renovables son el futuro, la provincia de Jujuy ya está adelantada. Mientras la Argentina apuesta al gas y al petróleo de Vaca Muerta como un "nuevo campo" que traerá divisas al por mayor desde la provincia de Neuquén, en mayor medida, y en Río Negro, La Pampa y Mendoza, marginalmente, gracias a los fósiles; en el extremo norte del país, Jujuy es "Energía Viva".
La provincia gobernada por el radical Gerardo Morales apostó fuerte a la generación solar, con la construcción de tres parques fotovoltaicos en plena Puna, allí donde se encuentra una de las mayores radiaciones solares del planeta.
En Cauchari, al sudoeste de Jujuy (cercano al límite con Salta y al Paso de Jama, que linda con Chile), la empresa estatal Jujuy Energía y Minería Sociedad del Estado (Jemse) instalará 300 MW de potencia, que deberían despachar energía al Sistema Argentino de Interconexión (SADI) a partir del 11 de marzo de 2019.
Lo novedoso de este proyecto, a diferencia de otros, es que las comunidades originarias del lugar participarán en el 2% de las ganancias de Cauchari, que, según Morales, serán de u$s 25 millones por año. La comunidad Puesto Sey agradece la posibilidad que le brindó el Gobierno.
Cauchari producirá 230.000 MWh anuales a u$s 60 /MWh, según se comprometió en la ronda 1 del programa RenovAr, a fines de 2016. Su energía abastecerá de electricidad a unos 120.000 hogares. De acuerdo a lo que pudo saber El Cronista, uno de los principales problemas de los jujeños es la baja tensión eléctrica: este proyecto podría ayudar a solucionarlo.
Los 965.000 paneles que ocuparán 600 hectáreas (sobre un total de 800 que tiene el parque) son importados de China, país que también financiará el 85% del proyecto que demanda una inversión cercana a u$s 400 millones a través del EximBank. China también colabora a través de Talesun Energy (fabricante de paneles solares) y PowerChina (desarrolla la ingeniería y construcción).
Los paneles llegan desde los puertos de Chile en el Océano Pacífico en camiones, por lo que Aduana montó una oficina especial en Cauchari, una localidad que está en el departamento de Susques, en plena Puna, a unos 300 kilómetros de San Salvador de Jujuy, la capital provincial. Se encuentra a 4020 metros de altura sobre el nivel del mar y eso resulta una clara preocupación: escasea el oxígeno, las temperaturas son muy bajas en la mayor parte del día y, a partir del mediodía, el viento puede superar los 50 kilómetros por hora. Por eso, en verano, según comenta Guillermo Giralt, director Técnico de los parques, los operarios (se estima que serán 900 en el pico) pueden trabajar entre cinco y seis horas, aunque les pagarán ocho, mientras que en invierno solo se pueden desarrollar dos horas de tareas, con paga completa.
Otra de las condiciones de Cauchari que generó polémica fue que el proyecto es 100% estatal. Según denunciaron fuentes ligadas a los parques solares, funcionarios del Gobierno nacional "pusieron trabas" e intentaron obstaculizar su desarrollo por una visión liberal. Si funciona, Jujuy demostraría que el Estado también puede invertir y entregar energía como lo haría un privado.
La obra civil de Cauchari está en un 93% completada. Ahora empezó el montaje de los paneles y la construcción de la subestación, una de las razones de la demora del proyecto, que originalmente estaba previsto para completarse en mayo de este año.
Los tres parques de Cauchari tienen un factor de capacidad del 32%: entregarán electricidad al SADI en unas 2800 horas equivalentes o, por ejemplo, casi cuatro meses. Así, se impone la inversión en baterías de litio que almacenen la energía.
Jemse se asoció con el Grupo Seri para fabricar baterías de litio con una inversión de u$s 60 millones. La firma estatal también participa con el 8,5% de las acciones en el proyecto Sales de Jujuy, con la australiana Orocobre y Borax. El proyecto produce unas 14.400 toneladas de litio en el salar de Olaroz, cercano a Cauchari, en la Puna.