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Las hormigas argentinas (Linepithema humile) representan un problema debido a su capacidad para formar "supercolonias" que les permiten cooperar entre sí, incluso aunque provengan de diferentes hormigueros. Esto les da una ventaja sobre las especies locales, llevando a la desaparición de muchas de ellas.

Estos insectos, que se cree que fueron introducidos alrededor de la década de 1920, se han expandido ampliamente gracias a su adaptabilidad y agresividad.

Durante años se ha intentado poner a raya esta plaga que afecta al ecosistema español. Y un reciente estudio parece haber dado con un nuevo método que ayudaría a abordar su proliferación: el uso de cafeína.

La solución para la plaga de hormigas argentinas

Un estudio publicado por la Universidad de Regensburg (Alemania) ha encontrado una forma de controlar la plaga de hormigas argentinas. Aunque los cebos con azúcar y veneno son útiles, las hormigas han desarrollado resistencia al no absorber bien el veneno o abandonarlo.

La base del estudio reciente reside en observaciones previas; por ejemplo, se sabe que otros insectos, como los abejorros, han exhibido mejoras cognitivas tras recibir cafeína.

A partir de esa premisa, se esperaba que este estimulante ayude a las hormigas a recordar los caminos de regreso, mejorando así su aprendizaje y navegación.

En el experimento, se utilizaron tres concentraciones de cafeína para observar posibles efectos en la habilidad de las hormigas para localizar y retornar a una fuente de azúcar.

Se diseñó un ambiente de prueba usando un puente de ladrillos Lego y una hoja de papel A4 sobre una base acrílica, colocando gotas de una solución de sacarosa con distintas cantidades de cafeína.

Según los investigadores, la dosis más baja corresponde a la naturalmente presente en las plantas, la dosis media es similar a la de algunas bebidas energéticas, y la dosis alta es la LD50 para las abejas, donde típicamente la mitad de estas mueren. Algunas soluciones no contenían cafeína.

De las 142 hormigas estudiadas, cada una fue probada cuatro veces. Se monitoreó la rapidez y directividad de sus trayectos hacia y desde la fuente de azúcar, permitiendo que las hormigas depositaran la comida recolectada entre pruebas. También se cambió el papel para evitar que las hormigas siguieran su propio rastro de feromonas.

Cuál fue el resultado de las pruebas

Las hormigas con dosis bajas o medias siguieron rutas más directas hacia el cebo, reduciendo el tiempo de viaje en un 28% y 38% respectivamente, lo que indica que recordaron la ubicación de la recompensa. Las hormigas sin cafeína, por otro lado, mostraron rutas más erráticas que no mejoraron con el tiempo.

Contrariamente, la dosis más alta de cafeína resultó ser letal. Los investigadores destacaron que el objetivo no era que las hormigas se movieran más rápido, sino más eficientemente. Este fue un éxito, ya que la cafeína redujo significativamente los giros innecesarios en sus trayectorias.

El estudio sugiere que, dado que la hormiga argentina es una especie invasora costosa y extendida, el uso de cafeína podría ser una valiosa adición a los esfuerzos de control.

Actualmente, se están probando cebos con cafeína en diversos campos de España, con la esperanza de que mejore la capacidad de aprendizaje de estos insectos y, a su vez, permita un control más eficiente usando menos veneno.