Prisioneros del agua: los 2 animales que la evolución condenó a una vida marina a pesar de haber sido mamíferos terrestres
La dependencia extrema de los océanos ya es irreversible para ciertas especies que ya nunca volverán a la tierra.
Muchas de las especies acuáticas que hoy vemos en los mares alguna vez fueron terrestres. Algunos animales todavía podrían volver a sus orígenes, pero otros no: ya son prisioneros del agua porque la evolución los condenó a una vida marina a pesar de haber sido mamíferos terrestres.
Según un estudio publicado en Proceedings of the Royal Society B, más de 5600 especies de mamíferos fueron analizadas para comprender cómo la evolución acuática las ha condicionado.
Basándose en la Ley de Dollo, que sugiere que las transformaciones evolutivas complejas no pueden revertirse, los expertos concluyeron que orcas y delfines cruzaron "un umbral" que no les permite regresar a la tierra firme.
Qué dice la ley de la evolución irreversible que se aplica en estos 2 animales
La ley de irreversibilidad de Dollo (también llamada ley de Dollo o ley de la irreversibilidad evolutiva) es una hipótesis propuesta en 1893 por el paleontólogo belga de origen francés Louis Dollo.
Esta ley, en la que se basó el estudio, afirma que "un organismo nunca regresa exactamente a un estado anterior, incluso si se encuentra en condiciones de existencia idénticas a aquellas en las que ha vivido anteriormente". Según Dollo, "siempre guarda un rastro de las etapas intermedias por las que ha pasado".
Por qué las orcas y delfines están condenados a una vida marítima
Alrededor de 375 millones de años atrás nacían los tetrápodos, precursores de los primeros mamíferos modernos. Eran los primeros vertebrados que dejaron el agua para colonizar la tierra.
Luego, unos 250 millones de años después, algunos mamíferos volvieron al agua, convirtiéndose en los actuales cetáceos. Los dos cambios fundamentales que experimentaron fueron:
- Sus extremidades se convirtieron en aletas
- Sus cuerpos adoptaron estructuras hidrodinámicas.
"Una vez que los cetáceos cruzan el punto crítico de adaptación acuática, su evolución sigue un camino sin retorno", explica Bruna Farina, investigadora de la Universidad de Friburgo y autora del estudio.
Pero, si bien la naturaleza es sabia, no todas son buenas noticias para las orcas y los delfines, que pagan un alto precio a esa dependencia extrema al medio acuático.
Al no poder ya volver a tierra, tanto orcas como delfines ya no pueden migrar cuando su hábitat es hostil. Y en el planeta actual, sobran los factores que hacen de los mares un medio hostil para ellos. Los principales son: el calentamiento global, la contaminación de los océanos y la actividad humana.