¿Por qué España cambia la hora dos veces al año? Esto dicen los especialistas
La adaptación al cambio horario: una práctica centenaria con repercusiones moderadas en el ahorro energético y consecuencias significativas en la salud pública.
España, al igual que muchos otros países, realiza un cambio de hora estacional conocido como horario de verano e invierno. Este ajuste consiste en adelantar los relojes una hora en marzo y retrasarlos en octubre. La razón detrás de este cambio es aprovechar mejor la luz del día.
Durante los meses de verano, al adelantar una hora, se prolongan las tardes con luz solar, lo que supuestamente reduce la necesidad de iluminación artificial y contribuye al ahorro de energía. Además, se argumenta que al tener más horas de luz durante la tarde, se fomenta la actividad comercial y el disfrute del tiempo libre.
Por otro lado, al retrasar la hora en invierno, se busca que las horas de luz coincidan mejor con las horas de actividad de la mayoría de las personas, para que no tengan que iniciar su jornada en completa oscuridad, algo que también podría tener implicaciones en la seguridad vial y en el bienestar psicológico.
Sin embargo, este sistema de cambio de hora ha sido objeto de debate en los últimos años, y existen estudios que cuestionan la efectividad del ahorro energético y señalan posibles efectos negativos en la salud debido a la alteración del ritmo circadiano de las personas. Por estas razones, la Unión Europea ha considerado una propuesta para eliminar el cambio de hora estacional, aunque hasta la fecha de mi último conocimiento, aún no se ha implementado un cambio definitivo en esta práctica.
La evolución del cambio horario
La implementación del horario de verano se remonta a la época de la Primera Guerra Mundial, cuando naciones como Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos lo adoptaron buscando economizar energía. La lógica detrás de esta medida era que al adelantar los relojes, se podría retrasar el uso de iluminación artificial en las noches estivales. Un siglo más tarde, este ajuste horario afecta alrededor del 25% de la población global durante algunos meses al año, de acuerdo a la CNN en Español.
En términos de eficiencia energética, los resultados han sido modestos. Un análisis metanalítico global de 2017 encontró que el horario de verano generaba, en promedio, un ahorro de energía eléctrica del 0,34%.
Impacto en la salud del cambio horario
El impacto de los cambios horarios en la salud humana ha generado amplias discusiones. Pese a que las autoridades han mantenido un enfoque en la economía de energía, los expertos en trastornos del sueño advierten sobre las consecuencias negativas de estos ajustes en el reloj biológico.
Los especialistas de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM) indican que los desajustes en los patrones de sueño pueden tener serias repercusiones en la salud. Entre los efectos adversos reportados se encuentran el aumento de riesgos cardiovasculares, incidencia de accidentes cerebrovasculares y arritmia, errores en la administración de medicamentos, problemas de salud mental y un incremento en la probabilidad de accidentes viales.
En Viena, por ejemplo, un estudio reciente publicado en el International Journal of Environmental Research and Public Health documentó un incremento del 3% en la mortalidad general en la semana subsiguiente al cambio a horario de verano, tras analizar datos desde 1970 hasta 2018.
Sumándose a la voz crítica está el doctor Rafael Pelayo, especialista en sueño del Centro de Medicina del Sueño de Stanford, quien sostiene que, desde un punto de vista científico, el cambio de horario es injustificable.
Pelayo explica que el organismo requiere varios días para ajustarse a una nueva rutina de sueño. "A pesar de que se pierde solo una hora de sueño, el cuerpo tarda aproximadamente cinco días en sincronizarse nuevamente", comenta Pelayo, citado por la CNN. Esta transición, aunque pueda parecer menor, puede perturbar significativamente el ciclo natural de sueño y vigilia.