

El virtual congelamiento de los fondos presupuestarios en el gobierno de Javier Milei para el funcionamiento de las universidadesya se está cobrando su primera víctima con una casa de altos estudios con más de 50 años de historia que informó, en las últimas horas, que entra en cesación de pagos antes de lo esperado.
La advertencia la hicieron circular en las redes sociales desde una agrupación conformada por estudiantes, docentes y no docentes de la institución que piden no ignorar el reclamo de ayuda.
"Por favor, no miremos para otro lado. No seamos parte de la generación que deje morir a la Universidad Pública", demandan en un reclamo colectivo quienes integran la universidad cuya continuidad está en riesgo. Alegan que los altos costos de funcionamiento y el presupuesto prolongado de 2023 le dificultan ya abonar las boletas de los servicios que llegan a su administración.
"Defendamos la UNCo", se titula el comunicado que motorizan en el espacio virtual el personal y las y los estudiantes de la institución nacional. Se trata de la Universidad Nacional del Comahue, cuya situación financiera es de tal fragilidad que quedó en cesación de pagos por la imposibilidad de costear el funcionamiento de sus instalaciones, alertaron desde esta organización que se autodenomina Defensa UNCo en Instagram.
En el posteo citan el informe que divulgaron las autoridades universitarias donde se da cuenta de un déficit al que califican como "enorme". Argumentan que desde Nación se transfieren "muchísimo menos de lo que necesitamos (en el año son $57.059.717.760 menos)". Y a esto se le suma la demora en girar los recursos destinados a salarios, lo que impacta directamente sobre el bolsillo de sus trabajadores.
"Es decir, lo poco que habían aumentado los salarios, lo debería afrontar la misma universidad a pesar del déficit. El gobierno no está respetando los acuerdos paritarios", reportaron. La queja rebotó en medios locales de la Patagonia y varios investigadores de renombre de otros puntos del país se hicieron eco de la situación y lo difundieron desde sus cuentas.
En rigor, ya no solo se trata de los programas de investigación que se enmarcaban en la UNCo sino también los gastos de servicios como la electricidad, el gas e incluso la limpieza y mantenimiento de sus oficinas y salones. Como consecuencia, el Consejo de Administración de la universidad formalizó su situación y notificó de manera oficial que ya no puede costear la totalidad de las erogaciones del mes en curso.
"(Se) verá afectado por ejemplo el servicio de limpieza, intensificando la reducción de turnos, quedando establecida la prioridad solo para aulas y baños. Se suspenderán servicios de telefonía, y no habrá manera de poder pagar la próxima factura de luz y menos la del gas cuando venga el frío", alertaron. Desde el Ministerio de Capital Humano, donde se ubica hoy la secretaria de Educación, no se difundió información correspondiente a la situación de la UNCo.
En enero pasado, desde la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) ya habían hecho pública su preocupación por el ajuste en los fondos universitarios del Presupuesto nacional y cómo rápidamente quedarían diluidos al calor de la inflación de los primeros meses del año.
Entonces, sus autoridades expresaron, a tono con otras universidades -como la vecina Universidad Nacional de Río Negro- que solo podían garantizar las clases en el primer semestre del año si no recibían asistencia por parte de los gobiernos provinciales de Río Negro y Neuquén donde se emplazan sus sedes, para compensar de ese modo la merma de recursos nacionales.
"Las partidas son menores a lo que necesitábamos y con la devaluación va a ser mucho menor", indicó entonces Paul Osovnikar, vicerrector de la UNCo. Cuatro meses más tarde, los tiempos parecen haberse acelerado y el horizonte de cesación de pagos se anticipó para las cuentas de la universidad de no revertirse la reducción de fondos o hallar nuevos recursos.














