

Los últimos días de noviembre han sido particularmente calientes para una política bonaerense que, por estas horas, deshoja la margarita para saber si tres iniciativas centrales de Axel Kicillof llegan a las cámaras legislativas y son finalmente aprobadas.
En juego están el Presupuesto, la “Fiscal-impositiva”, y la habilitación del financiamiento externo, una toma de deuda de casi 3 mil millones de dólares que el gobierno provincial prevé utilizar, en gran medida, para afrontar los pagos de la deuda tomada por la exmandataria María Eugenia Vidal y, además, para dar cuenta de los requerimientos de políticas sociales cada vez más acuciantes en el golpeado conurbano.
Estaba previsto que esta tarde, apenas después del mediodía, se realizara la reunión de Labor en la Cámara baja, que a las 15 se iniciara el tratamiento y que el Senado tomara la posta a continuación. Las sesiones en espejo son práctica conocida en la Legislatura, pero nada de eso sucedió.
Labor parlamentaria pasó de las 14 a las 15, luego a las 16 y, por ahora, está fijada a las 17. Aunque en el oficialismo hay voces optimistas, también están quienes ya piensan en dividir el temario o posponerlo.
Cerca del gobernador creen que han cedido lo suficiente, pero la oposición sigue reclamando más concesiones.
La semana pasada, la Comisión de Presupuesto de la Cámara de Diputado dio dictamen a la mal llamada Ley de Leyes y a la Fiscal, dos normas que propios y extraños, oficialistas y opositores, creen necesario aprobar después de dos años de intentos malogrados.
La presión para los legisladores no sólo llega desde el Ejecutivo: sectores empresarios piden la aprobación para tener previsibilidad respecto, por ejemplo, de las alícuotas de impuestos y tasas.
Sin embargo, la misma Comisión dilató para el tratamiento del proyecto de endeudamiento, aquel que muchos señalan como el talón de Aquiles de este paquete legislativo. El año pasado, ante el mismo temario, todo quedó en la nada, en medio de acusaciones cruzadas sobre de quién era la responsabilidad por el naufragio.
Algunos creen que, este año volverá a suceder lo mismo.
En la noche del martes Kicillof consiguió el despacho para el endeudamiento. El dictamen se logró con los votos del oficialismo (todos los sectores del peronismo en unidad) más Gustavo Cuervo (Bloque Nuevos Aires). No tuvo votos en contra ni rechazos.
Pero hoy miércoles, el oficialismo -que ni siquiera cuenta con quorum propio en ninguna de las cámaras- debe conseguir los muy esquivos dos tercios parlamentarios. Son muchos planetas que deben alinearse y entre los negociadores del oficialismo reina el hermetismo.
“El gobierno bonaerense tomó el compromiso de oficializar los cargos que siempre ocupa la oposición y respecto de los intendentes, garantizarles el 8% del total de endeudamiento requerido y un tercio de eso se efectiviza más allá del ritmo en que pueda colocarse la deuda para que los municipios puedan planificar. Esta propuesta supera a todos los fondos que se hayan entregado en los años anteriores”, señalaron fuentes del oficialismo.
Aunque se cree que hay consenso para aprobar el presupuesto y la fiscal impositiva, el fondo para los intendentes es el que seguiría funcionando como impedimento: “Los radicales y el PRO quieren todo, y todo no se puede”, comentaron cerca de un diputado kicillofista en diálogo con El Cronista.
Según se explica desde el oficialismo, esos dos bloques están en la búsqueda de conseguir la mayor cantidad de puntos para sus intendentes y de cargos en diversas entidades públicas ya que, después de diciembre, habrá un menor número de representantes de esos partidos y mayor cantidad de libertarios que son “más duros para negociar”.
El endeudamiento planteado se traduce en dos partidas, una por U$S 1.045 millones y otra por U$S 1.990.
Mientras la rosca encuentra su punto más álgido, algunos opositores afirman que “el paquete no está cerrado” y que el Ejecutivo podría verse obligado a dividir el temario.
En ese mismo sentido, decenas de organizaciones sociales y sindicales insistieron sobre la necesidad de aprobación de las normas. Buena parte de lo que pueda otorgarse en materia paritaria y para planes sociales de todo tipo dependen de lo que suceda mañana en la legislatura.
Dejar para más adelante el endeudamiento es algo que no se quiere ni mencionar cerca de Kicillof. El recambio parlamentario el 10 de diciembre podría complejizar aún más el tratamiento de cualquiera e las iniciativas.














