

Economistas, empresarios y académicos vaticinaron un escenario económico complejo para la Argentina y el resto de la región debido a las limitaciones fiscales, de crédito y la salida de capitales que sufre el país y la mayoría de los emergentes, en el marco del XXIII Encuentro anual de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE) que se realizó virtualmente por la cuarentena del coronavirus.
El economista Luis Secco resaltó que el virus encontró a la Argentina en medio de una crisis económica comenzada en 2011 en la que el PBI, en términos reales no varió, y en la que la inflación se mantuvo en dos dígitos y no parece encontrar un techo en su camino ascendente.
"La pregunta relevante es si Argentina estaba en condiciones de tomar las mismas medidas económicas que se tomaron en el mundo y hasta qué punto sirven para compensar en el mientras tanto las consecuencias de la cuarentena sobre la economia. Argentina es un caso un poco distinto, porque viene de una crisis previa. A fin del primer trimestre de 2019 el PBI de Argentina es el mismo de 2010. Tenemos una tasa de inflación de dos dígitos desde 2016 y una pobreza que permanece estable en torno al 30% más allá de algún altibajo desde 2011", comenzó.

Y agregó: "Hay falta de crédito, desconfianza en la moneda, escasez de divisas, caída de reservas que configuran una crisis similar a la de otros países de latinoamérica pero que se arrastra desde un período más largo."
En ese sentido, Secco consideró que la asunción de Alberto Fernández a la presidencia no alcanzó a quebrar las expectativas económicas, tal como lo ilustran los números del primer trimestre.
"Frente a esto Alberto cuando asume no logra revertir las expectativas y de hecho los datos del primer trimestre del año muestran eso, el PBI cayó 5%, el consumo más de 6%, la inversión más de 10%. El primer trimestre prepandemia la economia no lograba salir de esa desconfianza qeu teinee que ver con cómo va a crecer la Argentina", señaló.
Asimismo, Secco planteó que hay iniciativas del Gobierno que "limitan al sector privado y crean incertidumbre" y un muy acotado margen en el plano fiscal. "La pregunta más relevante es cómo salimos, a qué velocidad podemos salir y hasta dónde esas políticas no se convertirán en un obstáculo para el crecimiento. Algunas leyes que andan dando vuelta que limitan al sector privado y crean una gran cantidad de interrogantes sobre el futuro", dijo.
También participó del encuentro el ex ministro de Hacienda de Chile Andrés Velasco, que sostuvo que los países emergentes en general y naciones latinoamericanas en particular como Argentina, Brasil y México experimentarán un severo shock económico "sin precedentes", dado que además de la parálisis de la oferta sufren una severa caída de los precios de los commodities, una merma total de los ingresos por turismo y remesas y una salida de capitales "inédita".
"Estamos experimentando un shock de oferta negativo, pero para los países emergentes hay una brusca contarcción del comercio internacional, que este año caerá entre 30 y 40%. Hay una baja fuertísima de los precios de los commodities, y caída de ingresos por otras vías como la caída de remesas y turismo, y una significativa salida de capitales de países emergentes, la más grande de la que haya habido registro. Vivimos una crisis sanitaria y de confianza, en estos escenarios los capitales salen de los países emergentes a los más desarrollados", indicó el decano de la Escuela de Políticas Públicas de la London School for Economics.

En ese sentido, Velasco planteó que los gobiernos de la región deben tomar tres bloques de políticas públicas. En primer lugar, de asistencia a los sectores de menores ingresos que se verán severamente afectados tanto por el incremento de la desocupación formal como informal. En segundo lugar, de apoyo a las empresas para que puedan mantener su capital y capacidades para la post pandemia. En tercer lugar, de estímulos a la recuperación tanto a través de alivios fiscales y monetarios.
"Los gobiernos primero deben asistir a las decenas de millones de personas que perdieron sus ingresos. En segundo lugar, debe ayudar a las empresas a que sobrevivan, para lo que los bancos centrales tienen que fortalecer los flujos de crecimiento para que no se produzca un desempleo masivo ni se profundice el colapso económico. El tercer bloque tienen que ser estímulos fiscales y monetarios para la recuperación cuando el confinamiento termine por completo", comentó.
"Esto requiere espacio fiscal y acceso al mercado de capitales, que no todos los paises tienen", dijo, en referencia a varias economías latinoamericanas como la argentina.
Y concluyó: "Los emergentes necesitan u$s 2500 billones de dolares para sortear la crisis, pero hay solamente disponibles u$s 1000 billones, el 40%. Hay países emergentes, en especial los de américa latina, donde la disponibilidad de divisas va a ser insuficiente y el espacio para estimular la economía va a ser muy limitado. Lo más probable es que los efectos de la pandemia perduren."
Desde el sector privado también aportaron su mirada. Fernando Oris de Roa, empresario y ex embajador argentino en Estados Unidos, consideró que Argentina post pandemia deberá reconvertir su economía y orientarla a las exportaciones.
"No vendrá una lluvia de inversiones, ni siquiera un chaparrón. Nos vamos a tener que arreglar con lo que tenemos y para eso necesitamos un cambio de actitud para potenciar nuestra capacidad exportadora. Hoy es el mercado internacional el que determina qué bienes quiere de Argentina y tenemos que aprender a vender lo nuestro".
Y advirtió: "No hay progreso sin ingreso y necesitamos una actitud exportadora con fanatismo a nivel de política de Estado. Argentina necesita un cambio cultural para vender su trabajo, hoy no vende, despacha. Hay que revertir esta apatía competitiva y reentrenar nuestra fuerza de trabajo. Sin libertad y sin respeto a la propiedad privada no hay forma de adaptarse a la realidad: aumentará la pobreza y no se podrá generar riqueza."













