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La eliminación de la alícuota diferencial entre el poroto de soja y sus subproductos para aumentar la recaudación y con ese dinero financiar el valor de la bolsa de harina de 25 kilos se espera que sea uno de los anuncios que hará el viernes el Gobierno para comenzar la "guerra" y frenar la inflación de los alimentos panificados. Especialistas aseguran que puede tener un impacto en el corto plazo pero el efecto será "por única vez".

El fideicomiso de trigo estará acompañado por una medida que regulará el precio de la papa, cebolla y tomate en el Mercado Central. Anticipan que dado que 0,8 puntos de la suba de lainflación de febrerofue producto de estos productos, puede ser la política que más impacte en el índice de Precios al Consumidor (IPC).

"El problema de estas políticas es su implementación. En el caso de la papa, el tomate y la cebolla existen muchos proveedores y bocas expendio que en general son de canal informal, a lo que adiciona que en la medida que se normalice la oferta, los precios deberían bajar por sí solos", analizó Sebastián Menescaldi, director asociado de Eco Go.

"Más allá de eso, creo que las medidas sólo apuntan a "informar" que hacen algo, aún sabiendo que la efectividad es baja. Creo que post FMI deberían concentrarse en explicar el programa económico y generar expectativas siendo claros con lo que quieren hacer para reducir la inflación en el mediano plazo", dijo el especialista.

"Las medidas sólo apuntan a informar que hacen algo"

El fideicomiso de trigo va a ser administrado por la Secretaría de Comercio Interior y le otorgarían a los socios de la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) un subsidio por bolsa de harina de 25 kilos, con el objetivo de que los panaderos vuelvan a cobrar el kilo de pan $220.

El consumo de cereales y panificados en la Argentina alcanza a aproximadamente 2,6% de la canasta de consumo de los hogares y 10,9% del gasto en alimentos. Por esta razón "la medida podría contribuir en el corto plazo a estabilizar los precios durante la guerra", aclaró Menescaldi.

Para otros economistas, el impacto de una suba de retenciones y mayor intervención produce aun más distorsiones y no va al foco de la cuestión.

"La única manera de empezar a bajar la inflación es encarar el desequilibrio monetario con un programa más sólido que permita ordenar la macroeconomía. Si estas medidas no se hacen en el marco de un programano van a tener impacto en la inflación más allá de alguna repercusión en el corto plazo en las estadísticas", explicó Martín Vauthier, economista de Anker Latinoamérica.

Suben las retenciones al biodiesel:

Además de aumentar los derechos de exportación a la harina y el aceite de soja, se espera que el Gobierno suba las retenciones del 29 al 33% para que queden empatadas con los demás subproductos de soja y se pueda seguir exportando a Europa.