En una entrevista en el programa “Domingo 107.9” por El Observador 107.9, el economista Martín Redrado analizó el reciente acuerdo entre Argentina y Estados Unidos y delineó los desafíos estructurales que, a su juicio, el país debe encarar para consolidar un sendero de desarrollo. El exfuncionario definió el entendimiento bilateral como “desbalanceado en lo comercial y prometedor en materia de inversiones”, y sostuvo que su impacto dependerá de la capacidad del Gobierno para complementar la agenda externa con un programa interno de reformas.

Redrado explicó que el acuerdo presentó una asimetría clara. “De los 16 puntos del acuerdo, en 12 Argentina cede mercado —ya sea en estándares técnicos o aranceles— mientras que Estados Unidos sólo se compromete en cuatro de ellos, y con un lenguaje ambiguo”, afirmó. Indicó que las ventajas para el país se concentraron en un capítulo poco frecuente: “El beneficio para nuestro país aparece en el capítulo de inversiones, un punto poco habitual en este tipo de acuerdos”.

El economista vinculó la dinámica bilateral con movimientos más amplios en la región. Señaló que “Estados Unidos firmó en los últimos días acuerdos similares con Guatemala, El Salvador y Ecuador”, aunque diferenció el caso argentino por la inclusión de inversiones. También atribuyó las flexibilizaciones agrícolas a un factor político doméstico en Washington: “El alivio en aranceles agrícolas responde a una necesidad interna de Estados Unidos, que enfrenta un problema de precios de alimentos tras las últimas elecciones”.

En esa línea, Redrado destacó que los minerales críticos podrían transformarse en un eje estratégico si el país logra capturar más valor en la cadena. “Argentina debe negociar para que las inversiones en litio, cobre o manganeso no sean extractivas, sino con valor agregado local y generación de empleo”, sostuvo, al mencionar un punto central para la agenda industrial.

El economista trazó luego cuatro ejes para “revolucionar” la economía local. “Argentina necesita cuatro ejes para despegar: necesita una revolución impositiva, una revolución en infraestructura, sobre todo en materia logística. Una revolución de las tasas de interés y una verdadera revolución federal, para que las provincias también puedan crecer. Con esas cuatro reformas, podemos pasar del orden fiscal al desarrollo”, expresó.

Planteó además la necesidad de eliminar tributos que desincentivan la formalización: “Hay que eliminar impuestos distorsivos y bajar la carga sobre el trabajo formal. Si el descuento salarial bajara del 18 % al 9 %, el salario real crecería sin inflación”.

Redrado cuestionó el esquema financiero vigente y consideró que el Banco Central mantiene restricciones excesivas. “El Banco Central mantiene encajes del 52 %, lo que restringe el crédito. Reducirlos permitiría más préstamos a tasas razonables para producción, hipotecas y consumo”, argumentó.

También sostuvo que el debate sobre las reglas laborales debe darse con la actividad en expansión: “Los cuatro ejes mencionados, el tributario, de infraestructura, tasas de interés y el federal, deben impulsarte antes incluso que la reforma laboral que tanto le interesa al Gobierno. La modernización laboral se debe llevar adelante con la economía argentina creciendo”.

Por último, el economista subrayó que el vínculo con Estados Unidos no debe ocupar el centro exclusivo de la estrategia comercial. “Estados Unidos no debe ser el único acuerdo. Argentina debe diversificar vínculos con Europa, Asia y América Latina, proyectándose como proveedor confiable de energía, químicos y alimentos de baja huella de carbono”, afirmó. Y cerró con una advertencia sobre el acuerdo recientemente firmado: “Si este acuerdo con EEUU es el inicio de una política comercial multipolar y de una agenda de desarrollo interna, puede ser una oportunidad. Pero hoy, tal como está, es claramente desequilibrado”.