En una semana, el ministro Martín Guzmán viajará al Fondo Monetario Internacional (FMI) para seguir negociando un nuevo programa de facilidades extendidas y refinanciar los u$s 44.000 millones que otorgó el organismo al gobierno argentino anterior.

La idea que predomina en el mercado es que el acuerdo no llegará antes de octubre para permitirle al gobierno evitar un ajuste en época de elecciones. Sin embargo, en medio de la presión por las legislativas, en Economía insisten en "no dar por muerto un principio de acuerdo" en los próximos meses que permitiría despejar dudas y garantizar la estabilidad de una variable clave: el dólar.

El Gobierno aspira a bajar el ritmo de devaluación del peso para que funcione como ancla contra la suba de precios, que está por arriba de lo esperado en el primer bimestre del año. Con cerca de un 12% en el primer trimestre, la inflación ya pone en riesgo la meta del 29% para el año. Este fin de semana, el titular de la UOM, Antonio Caló, uno de los gremios que apoyan la proyección oficial, advirtió en declaraciones a FM La Patriada que "la situación se puede desbordar" por el cuadro que anticipan los precios.

La señal de un acuerdo con el FMI podría generar calma frente a un mercado financiero que anticipa dificultades en el frente cambiario si no hay perspectivas de acuerdo. Por eso en Economía insisten en que "a partir del viaje a Washington, puede haber precisiones" sobre la hoja de ruta de la negociación. El vocero del FMI, Gerry Rice, anticipó la semana pasada que el acuerdo "llevará tiempo".

Pese a que la retórica oficial marca que "no habrá más ajuste", Guzmán mantiene los aumentos en tarifas, aunque estarán por debajo de lo necesario, mientras que en el frente fiscal, apuntan a los ingresos extraordinarios para compensar medidas de bolsillo, como la rebaja de Ganancias de la cuarta categoría y un plan de contingencia ante un eventual rebrote de la crisis sanitaria, en medio de la preocupación por la suba de casos en región y en particular en Brasil.

Además de la asistencia del FMI para la crisis del Covid-19, una línea a la que Argentina no apeló todavía, el Gobierno trabaja con el BID y el Banco Mundial para ampliar el financiamiento. El titular del BM, David Malpass y el vicepresidente para América latina y el Caribe, Felipe Jaramillo, señalaron que la situación de la Argentina "es difícil por el lato nivel de deuda y es muy importante que alcancen un acuerdo con el FMI este año". El banco puede otorgar "financiamiento no inflacionario" para servicios básicos, transporte y transferencias sociales para el sector más vulnerable.