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El ex funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se ocupó de acordar con el expresidente Mauricio Macri el desembolso de u$s 54.000 en el 2018, Alejando Werner, titular del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI; apuntó contra el entendimiento actual con el Gobierno Nacional para refinanciar el fallido crédito de la gestión anterior.

En diálogo con Infobae en los Estados Unidos, donde Werner trabaja desde hace un año como titular del Georgetown Americas Institute en la Universidad de Washington, el economista nacido en Córdoba fue muy crítico con el acuerdo firmado este 2022 y aseguró que este es "débil" y sólo beneficia al presidente Alberto Fernández, no a su población.

Así lo remarcó: "Se cerró un acuerdo que es extremadamente bueno para el presidente Fernández, pero no para el país". En esta línea, manifestó que se precisa un programa "más amplio y ambicioso", ya que el actual es "débil y mediocre a propósito".

Werner invitó a un ciclo de charlas en la Universidad de Washington al expresidente Macri, evento que se solapó con la asamblea del FMI en la misma ciudad, a la cual asistió el actual ministro de Economía Martín Guzmán. Sin embargo, el antiguo funcionario del Fondo aclaró que se trató de "una casualidad total".

LAS CRÍTICAS Y DEFINICIONES DE WERNER

Tal como explicó en diálogo con Infobae, el ex titular del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI se apoyó en las revisiones del acuerdo que el organismo hará para insistir sobre la necesidad de "afinar el marco" del entendimiento entre la gestión de Fernández y el Fondo.

Según Werner, lo acordado por ambas partes no llegó a incluir las consecuencias de la guerra entre Rusia y Ucrania para la economía mundial y nacional, ya que el conflicto inició cuando las negociaciones estaban ya muy avanzadas: es por esto que el ex FMI apuesta a que este contexto influya con fuerza sobre las primeras modificaciones que tendrá el acuerdo.

"La realidad tuvo un impacto importante en las proyecciones y habrá que afinar el marco", explicó. Pese a esto, no dejó de lado la complicada realidad económica nacional y aseguró que "no es normal el descontrol" de los números de la Argentina.

Así los enumeró: "Los retos que enfrenta la economía por la inflación, la balanza de pagos y, más a mediano plazo, crecimiento, pobreza y una economía que tiene un PBI per cápita significativamente menor al de 2010", repasó.

En este marco, criticó la grieta interna del oficialismo que enfrenta al presidente Alberto Fernández con su vice, Cristina Fernández de Kirchner: "Que el Gobierno no pueda unirse para respaldar un programa económico congruente y consistente, más allá del FMI, es muy preocupante", consignó.

Para Werner, esta situación no se ve en otros países e implica "un deterioro tal que impide que (los políticos) se pongan de acuerdo en medio de desafíos tan importantes".

"Nunca vi un país tan dividido en medio de una crisis tan grande", recalcó el mediador entre Macri y el FMI en el año 2018. Según su visión, el problema "de fondo" actualmente es que la coalición misma no puede resolver su falta de unidad "para adentro".

En otro momento, Werner opinó sobre el rol de Martín Guzmán y destacó que "es una contraparte que el FMI respeta". Además, consideró que la grieta interna oficialista "lo supera", ya que es una cuestión que debe resolver la política en general: "Guzmán fue efectivo en lo suyo, siguió órdenes", alegó.

¿POR QUÉ CREE WERNER QUE EL ACUERDO ACTUAL ES MALO?

Al ser consultado sobre por qué asegura que el acuerdo actual entre el Fondo y el Gobierno es malo, Werner indicó que este "no fortalece la institucionalidad argentina y no tendrá impacto en bajar las trabas y en generar incentivos para que el sector privado invierta".

Respecto a los desequilibrios de la política, el economista dio cierta esperanza al indicar que, en un futuro, "podría haber un mejor contexto". Sin embargo, criticó que "no se construye credibilidad".

"El Gobierno cree en un populismo pasado de moda que ya no se ve en el mundo", disparó. Y resaltó uno de los errores que él observa: "Creen que pueden arreglar las cosas con créditos del Banco Central y eso se abandonó en los años '70".

"El Gobierno quedó anclado en los ‘70 y por eso el programa no tiene una pata estructural seria que reduzca el costo tan elevado de hacer negocios, ni un ajuste macro más sólido, con tasas más altas, aunque no les guste esa palabra", pormenorizó.

En línea con esto, concluyó con un cuestionamiento a la "guerra contra la inflación" que marcó un récord de dos décadas en marzo con un 6,7% de suba de precios mensual: "¿Cómo van a bajar la inflación? No se sabe. Toman medidas aisladas, nada más. El presidente del Banco Central y el ministro de Economía están ausentes en la explicación de cómo van a dejar de subir los precios", cerró Werner.