"Horacio (Rodríguez Larreta) no fue porque no fue invitado", juraron cerca del Jefe de Gobierno porteño. Para verificarlo, un dirigente larretista mostró el chat de la mesa ejecutiva del PRO, con nueve integrantes, donde no están incluidos ni Mauricio Macri ni María Eugenia Vidal. Pero ellos sí fueron invitados, dijeron.
En Uspallata, la sede del gobierno de la Ciudad, dicen que la reunión de hoy fue una jugada de la presidenta del PRO. "Un circo para mostrar una traición que no fue tal", se quejaron. Y agregaron: "Patricia (Bullrich) invitó a todos menos al protagonista. Solo para después tener material para salir a instalar que están todos contra Horacio".
Los nueve integrantes de la mesa ejecutiva son Bullrich, Federico Angelini, Laura Rodríguez Machado, Eduardo Machiavelli, Diego Santilli, Cristian Ritondo, Jorge Macri (ausente con aviso por viaje al exterior), Omar De Marchi (suspendido por la crisis internista en Mendoza, reemplazado por su interventor, Humberto Schiavoni) y Fernando de Andreis. También fue invitado Federico Pinedo, mano derecha de Bullrich.
Del bunker de Bullrich aseguran que no era necesario invitarlo a Larreta, que le tendrían que haber avisado Santilli y Machiavelli, que más bien el Jefe de Gobierno quería victimizarse y evitar dar personalmente la defensa de la posición que hizo conocer ayer, pero que tenía grabada desde hacia una semana, tal como lo informó El Cronista. Una discusión casi infantil.

El enojo de Macri
Macri, por lo que se sabe, fue el que estuvo más duro con Larreta. Dijo, por ejemplo: "¿alguien puede creer que Lousteau y Yacobbiti pueden gobernar la Ciudad mejor que nosotros?". Y se quejó amargamente porque su ex heredero no le haya avisado antes de sus próximos pasos. "La decisión no fue discutida con nadie del partido", se dijo en el encuentro virtual.
En una postura más equidistante, un dirigente del PRO le reconoció a este diario: "hay una pelea entre Mauricio y Horacio que es muy peligrosa. Para mí, ambos están actuando mal. Y, obviamente, Patricia aprovechó la situación para llevar agua para su molino. Están jugando con fuego. Es todo lo que tenemos por ahora, pero confío en que se ordene".
En el larretismo, como un mantra, repiten que "en el PRO estamos más unidos que nunca". Es lo que viene asegurando el propio Larreta ante cada consulta. Además, reafirmaron que "nuestra vocación porque haya un solo candidato del PRO en CABA está intacta y apoyaremos a ese candidato. ¿Por qué habría de romperse el partido?".
En el bullrichismo piensan parecido. "No hay nada por fuera de Juntos por el Cambio", dijo una de los participantes. Consultado para esta nota, Pinedo aseguró que "Juntos por el Cambio tiene una misión que cumplir y la vamos a cumplir, vamos a darle a los argentinos una salida para la Argentina".
Más o menos, todos coinciden, pero igual no logran ponerse de acuerdo.

Qué pasa, por fuera del PRO
Mientras tanto, cada mesa política de la coalición opositora es fuego a la espera de novedades y discusiones sin fin acerca de cuál es el mejor camino para posicionarse, para evitar la caída en la confianza del electorado de la "marca" (Juntos por el Cambio), para aprovechar las hirientes grietas de la interna y encontrar una ventaja competitiva.
En la UCR, hay entusiasmo porque creen que por primera vez tienen chances reales de recuperar el gobierno porteño. Dudan en cómo jugar la presidencial, lo que tiene frenados los movimientos de escala nacional. Cada uno mira lo que hace el otro para encontrar las pistas que lo lleve al bando ganador.
"En todas las reuniones critican a Horacio y elogian a Patricia, nuestro temor es quedar del lado equivocado de la historia", contó un dirigente radical vinculado a Gerardo Morales, que en junio va a definir si continúa con su candidatura presidencial o acompaña en la fórmula a Rodríguez Larreta.

El intendente Gustavo Posse, por su lado, elogia a la presidenta del PRO para explorar posibilidades de acompañarla en la fórmula. La posibilidad es concreta y podría darse ya que otros amigos radicales de Bullrich están enfocándose a otros compromisos: Cornejo se encamina a gobernar de nuevo Mendoza, Carolina Losada competiría como gobernadora en Santa Fe y Gustavo Valdés difícilmente renuncie en forma anticipada a la gobernación de Corrientes, donde tiene dos años más de mandato.
Bullrich, de hecho, hoy estuvo en San Isidro. Pero antes estuvo en Vicente López, donde realizó actividades con la intendenta en ejercicio Soledad Martínez. Fue un gesto hacia Jorge Macri, que anoche mismo partió a la ciudad de Nueva York por cuatro días para analizar alternativas de tratamiento para la discapacidad de su pierna y pensar sus próximos pasos.
La reunión entre el primo de Mauricio y Rodríguez Larreta no anduvo bien. El actual Ministro de Gobierno porteño no estuvo de acuerdo con las explicaciones que le dio su jefe en la Ciudad, y el tono de la discusión fue bastante fuerte en algunos tramos de la conversación.
Agobiado por las presiones, y con las encuestas a su favor, prefirió tomar algo de distancia para reordenar su futuro. Es que esperaba una definición a su favor para esta época y luego comprobó que las cosas se le complicaron más de la cuenta.
¿Eso quiere decir que renuncia a competir por la Ciudad? A su lado dan un enfático no. Hay quienes ven nuevos aprestos en el muy profesional equipo de comunicación de María Eugenia Vidal. ¿Será, finalmente, la candidata porteña del PRO? Siempre es una opción, pero a esta altura no parece viable. Entre otras cosas, porque ella no quiere.
Como sea, una dirigente del PRO del interior aseguró que "hubiera creído que nunca tendría que contestar una pregunta acerca de la ruptura del PRO". Pero así son las cosas cuando el poder está cerca y las pasiones se agitan. Aunque tampoco hay que descartar que los sueños de la oposición se terminen diluyendo como agua entre las manos.
Ahora habrá que ver la reacción en el electorado del PRO. ¿Se impactó con estas noticias? ¿O está enfocado en sus propios problemas? El asunto se analizará en la próxima reunión de la mesa del PRO, que será presencial. Esperan que allí los ánimos estén más calmados.















