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Los niveles de cumplimiento tributario mostraron una mejora sorprendente, impulsados por una variable que mostró una mejora inédita en el último año fiscal analizado.

Se trata de la caída en la evasión del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que se acercó al 40% y alcanzó su nivel más bajo en dos décadas, según el último informe del Centro de Estudios Tributarios (CET) de la Universidad Austral.

El estudio, titulado “Diagnóstico de informalidad de la economía en Argentina”, indicó que la tasa retrocedió 7 puntos porcentuales respecto al año anterior para ubicarse en 42%, marcando el valor más bajo de toda la serie histórica iniciada en 2004.

Este patrón, que consolidó el fenómeno descendiente que comenzó el año anterior, también se extendió a diferentes sectores de la economía, donde 2023 fue el segundo año consecutivo en el que ninguno presentó un incremento de la evasión.

Al respecto, los investigadores destacan que esta tendencia fue impulsada por los procesos de digitalización tanto en empresas como en operaciones comerciales. Dentro de este panorama, el agro, y el comercio fueron los sectores con caídas más significativas, con -66 y -14 p.p. respectivamente.

El costo fiscal: un agujero de una quinta parte del PBI

Pese a la mejora en los índices de cumplimiento, el costo de la informalidad sigue siendo devastador para las arcas públicas. El informe del CET estima que, por la evasión, el Estado deja de percibir recursos equivalentes al 21% del Producto Bruto Interno (PBI).

El desglose sectorial marca que la mayor parte de esta pérdida no se distribuye uniformemente, sino que se concentra en tres grandes sectores que combinan una mayor participación en la recaudación potencial del IVA con niveles elevados de evasión:

  • Servicios: Es el rubro con mayor peso en la pérdida de recursos, representando por sí solo un 11% del PBI no recaudado.
  • Comercio: Aporta un 4% a esta pérdida.
  • Construcción: Representa un 3%.

La tecnología como fiscalizador involuntario

El informe es contundente al señalar a la digitalización de la economía como la causa principal de esta mejora.

Las estimaciones señalaron que la recaudación creció a un ritmo mucho mayor (167%) que la actividad económica gravada (139%). “Podemos inferir un mayor cumplimiento tributario atribuible a esta baja de la evasión”, sostuvo el informe.

El reporte se apoyó además en datos del “Índice Interbanking” para ilustrar el impacto de la digitalización sobre el cumplimiento fiscal: entre 2019 y 2023, las cuentas bancarias de empresas crecieron un 42,6% y los CUITs jurídicos registrados en el sistema financiero un 15,3%.

“La digitalización parece ser un factor fundamental en la caída de la evasión que venimos observando”, señaló CET.

Evasión y empleo no registrado: dos caras de la misma moneda

El estudio analiza la relación entre evasión impositiva y empleo no registrado y ratificó que los sectores con mayor evasión tendieron a exhibir mayores niveles de informalidad laboral.

A excepción de la situación coyuntural del agro y la construcción en 2023, el resto de la economía muestra que la informalidad laboral y la fiscal van de la mano.

En el caso del agro, la caída abrupta de su evasión no tuvo un impacto significativo en la disminución del empleo no registrado. Los investigadores plantearon en este punto la necesidad de avanzar en medidas tendientes a la formalización laboral, dado que la disminución de la evasión no se trasladó a mejoras en el empleo registrado.