

La economía argentina mostró en el tercer trimestre de 2025 una expansión interanual de 3,3%, según el Informe de avance del nivel de actividad que difundió este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El dato confirmó la continuidad del crecimiento frente a igual período del año anterior, aunque con un desempeño moderado en la comparación trimestral.

De acuerdo con el organismo oficial, el producto interno bruto (PIB) avanzó 0,3% en términos desestacionalizados respecto del segundo trimestre del año, lo que reflejó una desaceleración frente a los registros previos y dejó en evidencia un comportamiento heterogéneo entre los distintos componentes de la demanda y los sectores productivos.
El avance del tercer trimestre se produjo luego de la primera caída trimestral que la economía registró en el período abril-junio, cuando el PIB retrocedió 0,1% frente a los primeros tres meses del año. Ese resultado marcó un quiebre en la secuencia de crecimiento que se había iniciado en la segunda mitad de 2024 y encendió señales de alerta sobre un posible agotamiento del impulso expansivo, en un contexto de fuerte efecto base favorable.

Desde el enfoque del gasto, el mayor incremento interanual se observó en la Formación Bruta de Capital Fijo, es decir la inversión, que creció 10,3%. El resultado se explicó principalmente por el aumento en maquinaria y equipo y en el componente de equipo de transporte, con una fuerte incidencia de los bienes importados. En contraste, en la comparación desestacionalizada trimestral, la inversión cayó 6,0%, lo que marcó un freno en el ritmo de acumulación de capital.
El consumo privado registró un crecimiento interanual de 5,3% y avanzó 0,2% frente al trimestre previo, mientras que el consumo público aumentó 1,7% en la comparación interanual y 0,5% en términos trimestrales. Las exportaciones de bienes y servicios reales crecieron 10,2% interanual y mostraron un fuerte repunte desestacionalizado de 6,4%, en un contexto de mayor dinamismo del sector externo.
Al igual que en los trimestres previos, el crecimiento interanual continuó influido por el bajo nivel de comparación de 2024, cuando la actividad atravesó una fase contractiva. Ese efecto base explica en parte la magnitud de algunas variaciones anuales, aunque los datos desestacionalizados mostraron un desempeño más acotado y confirmaron un escenario de crecimiento con menor tracción en la comparación de corto plazo.
Por el lado de la oferta, la expansión del PIB estuvo liderada por algunos sectores específicos. La intermediación financiera encabezó los incrementos, con una suba interanual de 28,4%, y fue el sector de mayor incidencia positiva en el resultado agregado. También se destacaron la explotación de minas y canteras, que creció 10,3%, y hoteles y restaurantes, con un avance de 7,1%, asociado a la actividad turística y de servicios.
Otros sectores mostraron desempeños más moderados. El transporte y las comunicaciones crecieron 1,8%, la construcción avanzó 1,0% y el comercio mayorista y minorista aumentó 0,6%. La agricultura, ganadería, caza y silvicultura registró una suba de 0,8%, mientras que las actividades inmobiliarias y empresariales crecieron 3,7%.
En contraste, algunos rubros cerraron el trimestre con caídas interanuales. La industria manufacturera retrocedió 2,4%, la pesca se contrajo 20,2% y el sector de electricidad, gas y agua disminuyó 0,8%. También cayó la actividad de la administración pública y defensa, con una baja de 0,6%.

En términos acumulados, el INDEC informó que el PIB creció 5,2% en los primeros nueve meses de 2025 respecto de igual período del año anterior. El dato consolidó una recuperación sostenida en la comparación anual, aunque con señales de menor impulso en la dinámica inmediata, en un escenario donde la evolución de la inversión y la industria aparece como uno de los principales desafíos hacia el cierre del año.
Con este resultado, la economía acumuló un crecimiento de 5,2% en los primeros nueve meses del año, aunque los indicadores de corto plazo sugieren un escenario de mayor fragilidad hacia el cierre de 2025. La evolución de la inversión, la industria y el consumo privado será clave para determinar si el crecimiento logra sostenerse o si se consolida un período de estancamiento con oscilaciones trimestrales.
















