En esta noticia

Alejandro Cacace es una de las principales espadas económicas de Juntos por el Cambio en Diputados. Su nombre trascendió las barreras del Congreso cuando, hace un año y medio atrás, presentó el primer y único proyecto que propone dolarizar la economía argentina.

Se trata de la propuesta que, tiempo después, tomó como principal propuesta de campaña el libertario Javier Milei. Aunque, alerta Cacace, una dolarización desordenada como la que promueve el líder de La Libertad Avanza podría derivar en un escenario similar al que atravesó Venezuela pre dolarización "de facto".

En un mano a mano con El Cronista, el referente de Evolución Radical que peleará por su reelección en la lista de Horacio Rodríguez Larreta, encabezando la lista, habló sobre la situación económica actual y sobre los desafíos que deberá afrontar el próximo gobierno.

Además, dio su mirada sobre el triunfo de Claudio Poggi en San Luis y destacó que su gobierno, que será de coalición, tiene un mandato predemocrático. Este es: "formar las instituciones".

Por último, habló del Congreso que se viene y de las alianzas que deberá tejer Juntos por el Cambio, en caso de ser electo gobierno, porque no sería mayoría en ninguna de las dos cámaras. "Quien hoy tenga la idea de que vamos a ganar y que se va a imponer sin conversación con otras fuerzas políticas, no es realista", advirtió.

¿Dolarización sí o no?

-Es el primer y único diputado que presentó un proyecto para dolarizar la economía. ¿Sigue sosteniendo que es la manera de terminar con la inflación?

-Lo sostengo en la medida en que veo que no tenemos la conducta institucional para dejar de emitir. Tenemos una adicción a la emisión de dinero y esa adicción nos lleva a devaluar la moneda constantemente. Yo presenté el proyecto hace un año y medio y Milei lo tomó como bandera: es parte de su propuesta presidencial. Lo he escuchado decir cosas muy distintas sobre la dolarización. Y eso no es menor porque si vas a dolarizar, tenés que saber el cómo.

-¿En qué sentido?

-No es lo mismo la libre competencia de monedas, que te llevaría a una dolarización espontánea: si yo mañana libero el cepo, quito los controles de cambio y las restricciones, todo el mundo va a salir a comprar dólares. Y, con eso, habría un salto discreto del tipo de cambio, y se podría acelerar la inflación también. No es lo mismo que hacer una dolarización ordenada, como hizo Ecuador, que es dispuesta desde el Estado, con el Banco Central y poniendo un tipo de cambio de conversión. Esta idea de Milei de que hay que "meterle una bomba al Banco Central" o la libre competencia de monedas puede llevar a una dolarización desordenada. Como fue en Venezuela, que se dolarizó de facto. Logró estabilizar, pero en el medio hubo una hiperinflación. Eso es lo que habría que evitar. Sí veo importante que toda esta discusión por el tema emisión ha llevado a compromisos muy firmes en JxC.

-¿De qué tipo?

-Si bien mi propuesta no es parte de la plataforma del frente, sí está en la plataforma, y firmado por los dos candidatos, que tiene que terminarse con el financiamiento monetario del Banco Central. Entonces, hay un compromiso para terminar con la raíz de la inflación, que es la emisión que el central hace para financiar al Tesoro. Hay un compromiso firme de que el Banco Central sea independiente para que ese canal de financiamiento monetario no esté. Hay un compromiso firme en decir que hay que ir al equilibrio presupuestario para que no haya que emitir para financiar el gasto. Entonces, son tres compromisos importantes que han surgido en la plataforma de JxC y que aparecen a partir de una discusión que está muy instalada.


El fin de los Rodríguez Saá

-Con el triunfo de Claudio Poggi se instaló que "quedó atrás la dinastía de los Rodríguez Saá": ¿Es así, teniendo en cuenta que Poggi fue funcionario y gobernador de los Rodríguez Saá y considerando que Adolfo se haya sumado a su frente?

-Las provincias que han tenido regímenes muy hegemónicos, como San Luis, siempre tienen transiciones. No se puede esperar que los giros sean de 180°. Fue gobernador de los Saá, pero también tomó la decisión de apartarse de ese proyecto. Y, en 2017, pasó a la oposición. Que se llegue al gobierno desde otra fuerza política, que hemos estado en la oposición estos 40 años, marca que hay una genuina alternancia. Hicimos un frente en el que estaba la UCR, el PRO, Avanzar, Libres del Sur, los libertarios, el partido Demócrata. Más allá de la variedad de los partidos, la consistencia se da a partir de entender que es una alianza antihegemónica: cuando uno no tiene democracia garantizada, como en Formosa o en las provincias con regímenes feudales, lo previo es generar la institucionalidad. Después de eso podemos discutir ideologías o políticas. El mandato es predemocrático: formar las instituciones. Y, dentro de todos estos partidos, está también Todos Unidos, que es el partido que lidera Adolfo Rodríguez Saá, que hicieron su contribución. Hay que poner todo en la justa medida: nuestro lema ganó. Dentro del lema, el que más votos sacó fue Poggi. En segundo orden estuvo la UCR, tercero, la fuerza de Adolfo Rodríguez Saá. Hay que poner todo en su justa medida, pero todos aportaron. Entonces, ya dijo Poggi, va a ser un gobierno de coalición, que surge de las fuerzas de oposición. Es una etapa distinta a la de los 40 años pasados.

-¿Y a nivel nación, imagina un triunfo de Juntos por el Cambio?

-Sí. Algo que vi en San Luis, más allá de que Poggi era un buen candidato, había sido gobernador y tenía buena llegada a la ciudadanía, y que hicimos un frente amplio, creo que lo más determinante fue la situación económica. San Luis es un reflejo de lo que pasa en la Argentina: la inflación, la pobreza, la crisis... todo eso es un reflejo de lo que pasa en la Argentina. Sólo que separaron las elecciones, para que no impacte la situación económica nacional. Pero impactó igual, porque la ciudadanía dice: los que gobiernan en San Luis son los mismos que gobiernan en nación y así nos está yendo: los castigó.

-Pero eso no pasó en el resto de las provincias, salvo Neuquén...

-Pero hubo otros componentes, como la coalición y el candidato. Pero sí me parece que es importante que en las elecciones del 2017 para acá, San Luis ha tenido elecciones competitivas. Hay provincias en donde la cancha está tan inclinada, como en Formosa, donde siempre ganan más allá de la situación económica, porque controlan todo del Estado. San Luis ya hace años que no es así. De la última elección para acá, lo que cambió drásticamente, es la situación económica. Frente a una situación económica en deterioro, donde la elección es competitiva, como a nivel nacional, que también es competitiva, puede haber una migración de votos importante. Se evidencia que hay un sector de la población que apostó al actual gobierno en 2019 creyendo que iba a cambiar la situación económica. Cambio hubo, pero para peor. Y eso ha generado un voto castigo que estoy seguro que se va a expresar a nivel nacional.

-¿No temen que en lugar de voto castigo, el ciudadano elija no ir a votar?

-No. Esto fue un temor en nuestra elección provincial, pero percibí que cuando el ciudadano sabe que está en juego el futuro y que la elección importa, van. El otro día se eligió gobernador y dijeron: "Esto va a marcar el futuro de la provincia" y fueron. La participación, creo, va a ser alta, porque está en juego el futuro del país. Cuando hay tanto en juego, la gente va y participa.

-Dice que la situación económica fue decisiva en tu provincia. A nivel nacional, pusieron como candidato al ministro de Economía. ¿A qué se lo atribuye?

-Me parece insólito. Primero, porque es una fórmula de continuidad. Ellos hacen una lectura interna, había una fórmula muy propia del kirchnerismo, con "Wado" de Pedro que apuntaba solo a mantener el voto kirchnerista. Lógicamente apuntan a Massa, que en algún momento fue candidato por una tercera fuerza, que apuntó a hacer esa avenida del medio, captar cierto voto independiente. No me queda duda de que entre los kirchneristas es el que más votos puede sacar. Pero en el fondo es una fórmula de continuidad. Uno es el ministro de Economía y el otro el jefe de Gabinete de Alberto Fernández, en un gobierno que hace agua y es un fracaso.

-¿Y por qué dice que es "insólito"?

-Porque en una elección donde el tema central es la economía y la inflación, llevan de candidato al ministro que potenció la inflación. Detrás de Massa y de cómo busca promover su imagen, si vamos a los hechos, desde que ingresó como ministro de Economía, la economía no ha hecho más que empeorar. Él venía a salvar de la crisis y desde que él está, la inflación se aceleró; se deterioraron más las variables de la macroeconomía, se incrementó la pobreza, se profundizó la crisis. Esa es la credencial con la que viene a decir "soy el ministro de la alta inflación". Por eso digo insólito. En cualquier país del mundo, si hay una inflación de más del 100% y el ministro sale a candidatearse no pasa ni de la primera entrevista televisiva. Bueno, acá somos especiales por la configuración del peronismo, por cómo arma sus estructuras de poder. Pero en el fondo es el ministro que potenció la inflación.

-Y hablando de Juntos por el Cambio, se inclinó por la candidatura de Larreta: ¿por qué?

-En cuanto a la individualidad, lo veo más preparado para ser presidente. No quiero decir que uno tiene gestión y el otro no. Ella ha sido ministro de Trabajo y de Seguridad. Así como también tienen firmeza y coraje para hacer los cambios los dos. Creo que él está más preparado, me siento más próximo a su personalidad porque cuando hay un problema, convoca a todos los equipos y expertos, reconociendo la naturaleza técnica del problema; se fija qué herramientas hay y cómo se puede resolver. Así trabaja en la CABA y me parece que es la actitud adecuada. También tiene disposición al diálogo: escucha a las partes interesadas para ver qué posiciones tienen y cómo amalgamarlas. En definitiva, poder implementar una política pública, pasa por tener una opción que sea técnicamente correcta; que se logre el apoyo político para hacerla, y después que se puede aplicar eficazmente. Él reúne las condiciones para hacer eso. Por eso me convence, además de que creo que hoy el problema central es la economía y, entre los dos candidatos, él tiene mayor formación.

-El próximo Presidente, ¿debería estar preocupado por el país que reciba?

-Sí. Tenemos un país en un mal estado, con las variables económicas profundamente desacomodadas: un desequilibrio en la balanza de pagos enorme; desequilibrio en la política cambiaria que hay que acomodar. En el momento en que esas distorsiones se acomoden, va a haber cosas que van a ser traumáticas económicamente hablando, entonces, el que cómo hacer, el timing, con qué medidas, va a requerir precisión quirúrgica. A quien le toque va a tener que actuar con muchísima responsabilidad, porque va a heredar una situación difícil, que para colmo vemos día a día cómo empeora.


El Congreso que se viene

-Tras el cierre de listas, ¿quedó conforme con los lugares que ocupó Evolución Radical?

-Hay que ver el resultado de las PASO y después de las general, pero se ha hecho un muy buen acuerdo a nivel nacional. Es decir, que nuestro partido esté tan bien integrado dentro de la fórmula presidencial, con Gerardo Morales como vicepresidente de Horacio Rodríguez Larreta, eso ya es muy positivo. La estructura del partido, en sí, diría el 70% de la UCR está en este espacio. Es determinante marcar que hay una apuesta muy fuerte que, como partido y el espacio Evolución podría gobernar, de la mano de Martín Lousteau, Capital Federal. Eso sería un cambio importante dentro de la distribución de poder en el frente. Sobre todo considerando que hoy las figuras políticas se construyen sobre todo a partir del AMBA. Casi que ser jefe de Gobierno -está demostrado con De La Rúa, con Macri, y con Larreta- ya es una plataforma que te posiciona directamente como presidenciable.

-¿Y dentro del Congreso?

-Evolución Radical tuvo un crecimiento muy fuerte del espacio en la elección de 2021: pasamos de ser cuatro a 12 diputados. Eso permitió la construcción del bloque propio. Ahora se renuevan cuatro bancas: la mía es una. No solo va a haber una consolidación de Evolución dentro de la Cámara, hasta puede haber crecimiento. Sino que me parece que hay que ir a una nueva etapa en la que seguramente haya una integración del bloque.

-Entonces, ¿el radicalismo se vuelve a unificar en un bloque?

-Sí, son altísimas las chances. Algunos de los actores que habían generado la disputa no van a estar. Imaginamos un gobierno de Juntos por el Cambio que va a necesitar un bloque con mucha disciplina para apoyar en la Cámara de Diputados, porque va a ser un interbloque en minoría. Somos conscientes que aun si gana JxC, no vamos a tener mayoría en las cámaras, sobre todo en Diputados. Para poder comenzar un trabajo de negociación con otros bloques, como propone Larreta, previamente tiene que haber un orden y una cohesión interna. Eso va a requerir la unificación del bloque de la UCR y volver a una figura de conducción del interbloque, que hace dos años no tenemos.

-Y por fuera de Juntos por el Cambio, ¿con quién se imagina negociando para alcanzar esas mayorías?

-En esto hubo mucha discusión en el cierre de listas, por Schiaretti o Milei. Hay que desdramatizarlo. Cuando uno ve la composición de la Cámara, y sabiendo que vamos a ser minoría, va a ser necesario construir mayorías con todos. Es cierto que hay leyes en las que el schiarettismo ha acompañado al oficialismo, en otras nos acompañaron a nosotros, al igual que el Interbloque Federal en su conjunto. Sobre todo temas productivos, de retenciones, algunos institucionales. Votamos la Boleta Única de Papel. Pudimos establecer alianzas con ellos y va a haber que volver a hacerlas si gobernamos. Y con Milei lo mismo: seguro va a salir de esta elección con muchos más diputados. Se contó con esos votos para avanzar con ciertas leyes y para impedir ciertas iniciativas del oficialismo. Yo imagino un escenario donde va a haber que negociar con esas fuerzas. Por eso no hay que dramatizar ni asustarse con palabras como "acuerdo", "diálogo" o "consenso", porque en verdad no va a ser posible sin eso. Quien hoy tenga la idea de que vamos a ganar y que se va a imponer sin conversación con otras fuerzas políticas, no es realista. No se va a poder hacer.