En esta noticia

La Rioja ya puso en marcha su cuasimoneda. Buenos Aires descarta hacerlo por ahora, pero avisa que la posibilidad está. Otros gobernadores no quieren ni pensar en emitir sus monedas, pero el gobierno central amenaza con recortar más los fondos a las provincias si no se aprueba la ley ómnibus. "Los voy a dejar sin un peso, los voy a fundir a todos", dijo Javier Milei a su Gabinete, según trascendió. El recorte de fondos ya comenzó: las transferencias de coparticipación caerían 7,5% en enero, según Iaraf, y los fondos no automáticos están virtualmente frenados.

María Julieta Maeso, doctora en Ciencias Sociales y profesora en la facultad de Económicas de la UBA, estudió en detalle la emisión de monedas provinciales (así las llama) durante la crisis de 2001 y 2002. A fines de 2023, publicó en la revista Ciclos, de la UBA, una investigación llamada Pluralidad monetaria en la Argentina de 2001, con foco en la emisión de patacones en Buenos Aires.

-Postulás que la emisión de patacones -punta de lanza de lo que vino después en otras provincias- fue resultado de un largo desfinanciamiento a la provincia y del corsé de la ley de convertibilidad. ¿Encontrás similitudes con el contexto actual y la decisión de La Rioja de emitir una cuasimoneda?

-Si bien son dos contextos diferentes, ambas decidieron emitir en una situación de desfinanciamiento y de caída de la recaudación. La Rioja ha sufrido en los últimos meses una caída de su recaudación por varias cuestiones. Por un lado, la decisión que tomó el actual gobierno nacional de no girarle los fondos extra que recibía desde 1999. Por otro lado, el monto que recibe por la coparticipación se vio afectado debido a los cambios que hubo en el impuesto a las Ganancias y ese ingreso cayó en términos reales. Lo mismo sucedió con la recaudación provincial.

-¿Y qué diferencias encontrás entre aquella crisis y la actualidad?

-En 2001, la Ley de Convertibilidad establecía la paridad cambiaria entre el peso y el dólar y exigía la existencia de respaldo en reservas de la base monetaria. Por eso solo se podía emitir si aumentaban las reservas del Banco Central. Tampoco se permitía la emisión de pesos para financiar el déficit fiscal. Otra diferencia es que en ese momento no había inflación. Además, las características de la crisis en el mercado de trabajo eran muy diferentes. En 2001 el nivel de desempleo era muy alto. Hoy la desocupación es baja pero los salarios han sufrido una abrupta disminución en términos reales, afectando la calidad de vida de la población y generando el aumento del pluriempleo.

-Planteás que, en aquel entonces, la emisión de patacones fue "una herramienta del gobierno provincial para sortear la crisis y para ejercer una mayor soberanía provincial". ¿Por qué?

-Porque la emisión de patacones le permitió al gobierno provincial definir su política monetaria, diferenciándose de la del gobierno nacional, que no tenía poder de maniobra por la Ley de Convertibilidad.

-¿Considerás, entonces, que fue una decisión acertada de la provincia?

-Durante los primeros meses de circulación de patacones, quienes cobraron en esta moneda atravesaron una serie de dificultades. Por ejemplo, en un comienzo los patacones no eran aceptados en todos los comercios, había empresas que sólo los tomaban de tenedores primarios, es decir, de las personas que cobraban en esa moneda, algunos tenían deuda en dólares y con patacones no podían pagarla. Sin embargo, con el pasar de los meses, el patacón logró una amplia aceptación y circulación y pudo sostener su valor, es decir, no se devaluó. Teniendo en cuenta esto, considero que la emisión de patacones le dio a la provincia la posibilidad de cumplir con sus obligaciones, sostener el pago de los salarios de sus empleados, de las jubilaciones y a sus proveedores. De esta forma, pudo sostener el funcionamiento de la economía en el contexto de una profunda crisis.

"Con el pasar de los meses, el patacón logró una amplia aceptación y circulación y pudo sostener su valor"

Presiones del FMI y el Banco Mundial

-¿Conocés experiencias posteriores de emisión de monedas provinciales?

-Posteriores, no. La recuperación económica posterior a la crisis de 2001 puso fin a la última experiencia de pluralidad monetaria del país. En el año 2002 el conjunto de las monedas paralelas al peso - las provinciales más las Lecop, que eran nacionales- superaba la mitad de la base monetaria. Incluso el Banco Central hablaba de "base monetaria ampliada". Luego de la devaluación del peso y con el fin de la convertibilidad, el FMI comenzó a exigirle al gobierno argentino sacar de circulación las monedas provinciales. En 2003, el Banco Mundial ponía como condición para conceder un préstamo al gobierno el rescate de las monedas provinciales. En abril de 2003 se creó el "Programa de Unificación Monetaria" que establecía el retiro de las monedas provinciales y su reemplazo por pesos. Desde entonces no hubo nuevas emisiones.

- ¿Una emisión de cuasimonedas en el contexto actual puede cebar la inflación?

- La emisión de una moneda provincial no necesariamente aumentaría aún más la inflación. El alto nivel de inflación que tenemos actualmente es un fenómeno multicausal y no sólo se explica por la emisión monetaria.

Las paridades

-¿Las cuasimonedas se tomarían 1 a 1 con el peso o restringirían el poder adquisitivo de los trabajadores públicos que las reciban como pago?

-Que una moneda pueda sostener su paridad depende de muchas cosas. Durante la crisis de 2001 existieron experiencias como la del patacón, que sostuvo su paridad con respecto al peso, pero también otras como la de la provincia de Corrientes, cuyo valor cayó a prácticamente la mitad. Yo estudié el caso de Buenos Aires. Para entender por qué el patacón no se devaluó recurro al concepto de sincronía. Este refiere a la simultaneidad con la que se dan ciertos fenómenos. Para que el patacón ganara aceptación y pudiera sostener su valor a lo largo del tiempo, debió de tener lugar lo siguiente: en muy pocos meses, empleados públicos, empresarios, comerciantes, industriales, los gobiernos municipales, el gobierno provincial y el nacional aceptaron al patacón como unidad de cuenta. Esto posibilitó que no se abriera una disputa sobre la unidad de cuenta, lo que hubiera puesto en juego el valor de la moneda.

"Durante la crisis de 2001 existieron experiencias como la del patacón, que sostuvo su paridad con respecto al peso, pero también otras como la de la provincia de Corrientes, cuyo valor cayó a prácticamente la mitad."

-¿Creés que las provincias pueden repetir aquella experiencia de 2001 o que explorarán otras respuestas, como un ajuste del gasto o suba de impuestos, ante la restricción del fondeo nacional?

-La respuesta que cada provincia le dé a esta crisis dependerá de la posición política que adopte y de las demandas a las que priorice dar respuesta.

"Papelitos de colores"

- ¿Las monedas provinciales son mala palabra?

-En parte sí son mala palabra. Todas las personas que entrevisté para mis investigaciones recuerdan al patacón de manera negativa, como "papelitos de colores". Sus memorias están vinculadas a momentos muy duros, de una crisis económica, política y social muy profunda. También estudié las representaciones sociales sobre el patacón en el humor gráfico y televisivo en el momento en que se emitió y al igual que las memorias de quienes entrevisté son negativas. El pago en patacones aparece como una forma de violencia hacia el trabajador, también como una vuelta al pasado. Sin embargo, un dato llamativo es que hay recuerdos sobre el momento en que se emitió el patacón, pero las personas no suelen recordar cuándo dejaron de usarlo. Eso invita a pensar que, para ese entonces, ya habían naturalizado su uso.

Un nuevo patacón

-¿Considerando todo esto, qué pensás que ocurriría si, en el contexto actual, Buenos Aires emitiera su patacón?

- Eso dependerá de los acuerdos que logre tejer el gobierno provincial con los distintos actores. En su momento, previo a la emisión de patacones y durante los primeros meses de circulación, el gobierno provincial logró acuerdos con los principales sectores empresarios, comerciantes e industriales con el objetivo de asegurar la aceptación del patacón a su valor nominal. Creo que el gobierno debería preparar bien el terreno en caso de avanzar con una medida como esta ya que necesita de mucho apoyo para que una nueva moneda gane aceptación y logre sostener su valor en el tiempo. En 2001, fue muy importante el rol del Banco de la Provincia de Buenos Aires que recibía patacones por el 100% de los impuestos provinciales (inmobiliario, ingresos brutos, sellos y automotor). También se podían pagar créditos hipotecarios y préstamos personales de la entidad y cancelar deudas impositivas. Además, el gobierno provincial acordó con el nacional el pago de impuestos nacionales en patacones, lo que diferenció a esta moneda de la de otras provincias.

-¿La población lo aceptaría?

-Con respecto a la población, considero que puede generar rechazos ya que la incorporación de una nueva moneda produce un impacto, porque implica cambios en la organización de la economía doméstica. En el caso del patacón, más allá del rechazo que generó, en la práctica las personas pudieron combinar las distintas monedas que usaban - patacones, pesos, y en algunos casos dólares como reserva de valor - para dar curso a sus necesidades. La pluralidad monetaria fue funcional en tanto los distintos dineros trabajaron en una relación de complementariedad. Se necesitó de las distintas monedas para que el mercado pudiera funcionar y para que los distintos actores logren satisfacer sus necesidades. Si, en el contexto de la crisis inflacionaria y de ajuste que estamos atravesando, la nueva moneda provincial posibilita la recuperación de la capacidad de consumo de la población y la dinamización de la economía provincial, creo que a mediano plazo puede ser valorada positivamente por la población.