

El peronismo bonaerense se juega el próximo domingo su propia batalla después de la amplia victoria que consiguió en septiembre, con el peso de poder hacer una diferencia que incline la balanza del resultado nacional o, en caso contrario, con el de haber permitido la recuperación de la fuerza que lidera Javier Milei.
En los últimos días, ya con la campaña entrando en su recta final, volvieron a aparecer recriminaciones por lo bajo, en especial por parte de quienes enrostran a la gobernación por el desdoblamiento: "No hubo campaña" y "los números no son tan holgados", señalan desde distintos espacios.
Por detrás aparecen dos disputas, una de tono institucional, la otra de carácter simbólico, aunque ambas tengan a los mismos antagonistas. Después del domingo se lanzan dos internas, o tal vez una, según se la mire.
En el plano institucional, el debate es quién conduce el PJ Bonaerense, hoy en manos del diputado nacional y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. En el plano simbólico, lo que continuará discutiendo es quién conduce al movimiento peronista, ese rol que algunos asignan a Cristina Fernández de Kirchner y otros desconocen.
El resultado electoral del domingo no será un dato menor para definirlos pero, de seguro, habrá tantas interpretaciones como intérpretes.
Si hay un triunfo holgado, nuevamente, Axel Kicillof subirá al escenario platense y se volverán a escuchar canciones que lo pidan, directamente y sin escalas, como presidente.
En público y, desde los dichos, él buscará moderar los ánimos, pero se marcará un antecedente: el peronismo no gana una intermedia desde 2005.
Pero si la diferencia con La Libertad Avanza es mucho más chica que en septiembre o si Milei alcanza un empate técnico o gana, allí se asignarán culpas.
Sin embargo, ninguno de esos escenarios dará por saldados los debates. El peronismo bonaerense continuará con la pelea por la conducción y por el control del partido inmediatamente después.
La renovación partidaria del PJ bonaerense ya tendría que haber comenzado en los papeles. Los 60 días de antelación para la elección de autoridades todavía no se inició y los cargos vencerán a mediados de diciembre.
Para colmo, nada hace pensar que todo irá sobre rieles y se conseguirá una lista de unidad. "Ya convocaron dos veces a elecciones y las dejaron sin efecto. El peronismo está fragmentado y, si convocan, indefectiblemente va a haber internas", pronostica -en diálogo con El Cronista- un intendente del conurbano con intenciones de participar de la disputa.

Cerca de Máximo Kirchner se guarda silencio sobre la posibilidad de una continuidad en el cargo. Mientras tanto, cerca del gobernador ya hay un funcionario que no descartó la posibilidad de pugnar por la presidencia.
Se trata de Andrés "Cuervo" Larroque, actual ministro bonaerense, exsecretario general de La Cámpora y opositor declarado a la conducción partidaria de Máximo Kirchner.
"Después, del 27 y sucesivamente vendrán las discusiones del caso. En términos particulares en lo que se referenciaba a mi persona, soy un militante del peronismo, voy a trabajar siempre por el peronismo desde el lugar que sea", dijo en conferencia de prensa y agregó: "Siempre hay una posición para abrir y barrer la básica, hoy soy consejero, el día de mañana dirán los y las compañeras, dirán cuál sea mi lugar".
Una postulación de Larroque sería una puesta en escena bastante explícita de la pugna entre CFK y Kicillof, aun cuando este mantiene en su gabinete a hombres que responden a la expresidenta.
Algunos, en tanto, buscan entre los dirigentes con arraigo territorial. Hay apuestas por intendentes, desde componedores como el lomense Federico Otermin, hasta figuras como la de Jorge Ferraresi, aunque esa opción sería muy controversial, por su cercanía a Kicillof y su rechazo al camporismo. En la equidistancia de ambos se encuentra el jefe comunal de Esteban Echeverría, Fernando Gray.
Alguien que se encuentra a mitad de camino es Verónica Magario, exintendenta de La Matanza, actual vicegobernadora bonaerense y quien encabezó lista en la Tercera Sección Electoral en septiembre, la que sacó mayor diferencia respecto de La Libertad Avanza.
En el acto del 17 de octubre, cuando fue llamada a dar su discurso en la quinta de San Vicente dejó una pista: "Me hubiera gustado que me presenten como vicepresidenta del PJ de la provincia de Buenos Aires, ese es el máximo de los honores y hoy lo quiero reivindicar".
Por ahora, el silencio electoral por las intermedias nacionales se impuso y fue una forma de no dejar que afloren todas las cuentas pendientes entre los sectores del partido. El lunes será otra historia.













