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El economista Ricardo Delgado, al frente de la consultora Analytica, analizó el presente del programa económico del Gobierno y afirmó que la gestión de Javier Milei encara un punto de inflexión crítico: cómo dinamizar el mercado interno, la producción y el empleo después de casi dos años de ajuste.
“El sector privado perdió 125 mil puestos de trabajo en el año y medio, casi dos, de gestión del gobierno, que fue compensado en parte por trabajo de menos calidad, o más informales”, señaló el especialista en diálogo con La Voz del Interior.
Para el consultor, el eje central del plan pasó de ser la estabilización a la reactivación. “Ahora lo que hace falta es reactivar el consumo. Ese es el gran desafío que tiene hacia adelante”, señaló.
El dilema de la remonetización
Consultado sobre si existe margen para remonetizar la economía sin desatar presiones inflacionarias o recurrir a nueva emisión de deuda para absorber esos pesos, Delgado fue claro: “La contracara de la remonetización es que hay más demanda de pesos, y es necesario que los argentinos quieran tener más pesos en los bolsillos y empiecen a desplazar al dólar como moneda de ahorro”.
En ese marco, no evitó señalar errores previos del equipo económico. “El Gobierno equivocó el camino cuando no compró los dólares de la soja en el segundo trimestre de este año, eso le podría haber dado más espalda para llegar a las elecciones en condiciones financieras más acomodadas”, evaluó.
Sin embargo, advirtió que comprar reservas sin que exista una demanda genuina de pesos generaría efectos contraproducentes: “Comprar reservas cuando la demanda de pesos no está disponible, generaría más presión sobre los precios y sobre el dólar también”.

Cambio de estrategia en el frente cambiario
Respecto a los vencimientos de deuda de enero y la eventual necesidad de acudir al swap con Estados Unidos o buscar un crédito puente, el economista destacó un movimiento reciente del Tesoro. “Es un dato importante lo de comprar reservas. Hay un cambio o un giro en la estrategia, porque el Tesoro ha comprado dólares estos días y eso iría a pagar el vencimiento de enero”, precisó.
Delgado subrayó que esta intervención modificó las coordenadas del mercado: “Ahora tenemos un piso del tipo de cambio a $ 1.400, por lo que el piso de la banda formalmente no existe más. Ahí, los mercados empiezan a decir, bueno, acá hay un tipo de cambio distinto, y eso hace que las expectativas se empiecen a alinear de otra manera”.
Para el titular de Analytica, la presencia de Estados Unidos resulta tranquilizadora. “El frente cambiario siempre es preocupante, pero la presencia de Estados Unidos en el mercado de cambios tranquiliza mucho a los que toman decisiones financieras, porque siempre va a haber algo disponible que evite una nueva crisis”, dijo.
Los riesgos del atraso cambiario
Con el dólar ordenado, Delgado anticipó beneficios en la dinámica de precios. “Eso ya se vio en cierto punto en el índice de precios mayoristas, que subió cerca al 1%, y eso marca que con el dólar tranquilo, los precios de los bienes se pueden tranquilizar mucho y eso ayuda a bajar la inflación”, explicó.
No obstante, alertó sobre el riesgo de una apreciación sostenida: “Creo que no es aconsejable que se siga apreciando, que la inflación esté por encima de la variación del dólar mes a mes porque va a provocar más problemas de empleo o producción”.
El acuerdo con Estados Unidos: luces y sombras
Sobre el potencial acuerdo comercial con Estados Unidos, Delgado adoptó una postura prudente. “Veremos de qué manera se termina plasmando. Las preferencias arancelarias entre países tiene dos efectos: creación de comercio y desvío de comercio, hay que mirar con atención qué prevalece entre una u otra”, indicó.
Pese a reconocer que detrás de estos acuerdos “también vienen las inversiones”, el economista expresó inquietudes sectoriales. “Cuando uno lee lo que se informó hasta el momento del acuerdo, empieza a tener ciertos temores, sobre todo en sectores industriales, como el automotriz”, admitió.
Para el consultor, la clave está en la gradualidad. “Como todo, va a ser sumas y restas, veremos al final del camino el resultado. Lo más importante es que haya una transición, los procesos de apertura económica tienen que tener una transición para, por ejemplo, brindar tiempo para reentrenar personas que se desempeñan en sectores y tienen que cambiar su tarea laboral”, concluyó.














