

Pausado, en un tono casi monocorde, Ricardo Echegaray, estuvo casi dos horas explicando cómo viajó, por qué viajó. Habló de persecución y negó, en principio, cualquier acto de violencia del que él haya sido partícipe o haya estado presente. Cuando terminó de hablar, dio paso a las preguntas. El momento de mayor tensión se vivió cuando le tocó el turno a Julio Bazán, el periodista de Canal 13.
Bazán acusó lisa y llanamente a Echegaray de “pedirle explicaciones a las víctimas”, y allí comenzó el peloteo entre uno y otro.
Después del ida y vuelta, llegó el turno de la periodista de Clarín María Eugenia Duffard, quien también golpeó fuerte y con certeza al preguntarle al funcionario por su vínculo con el empresario Jorge Lambiris.
Sin perder la calma, y aclarando varias veces que su nivel de tolerancia es más alto que la media, Echegaray evadió la respuesta y sólo se limitó a decir que él "es un contribuyente más".













