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Minutos antes de la hora pautada, el flamante embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, visitó por primera vez la Casa Rosada para entregar las cartas que lo acreditan como el representante de Joe Biden en la Argentina y mantener un encuentro cara a cara con el presidente Alberto Fernández.

Fernández recibió junto al jefe de gabinete, Juan Manzur, y el canciller Santiago Cafiero, en su despacho, al abogado oriundo de Dallas, militante en el Partido Demócrata desde hace tres décadas, y figura muy activa en la comunidad judía estadounidense. Lo que habitualmente es una ceremonia breve se convirtió en una reunión que se prolongó más de una hora.

Sin embargo, la Casa Rosada y la legación diplomática que funciona en el Palacio Bosch dejaron en reserva los temas tratados y el tenor en que fueron abordados. Stanley apenas dejó entrever que el encuentro fue "excelente", y que es para él "un honor" representar a su país en la Argentina.

Fernández, Manzur, Cafiero y Stanley discutieron el estado de las relaciones bilaterales, que el Gobierno evalúa en forma positiva y de allí que apostara, la semana pasada, a lograr un golpe de suerte con el viaje del ministro de Relaciones Exteriores, a Washington, para insistir con una "salida política" al principal escollo: la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Sin embargo, a Washington le hace ruido el inminente viaje del Presidente a Rusia y China, en momentos de tensión creciente con esos países. Respecto del primero, por su voluntad de invadir Ucrania, que ya ha motivado el despliegue de tropas y armamento militar en Europa del Este. Respecto del gigante asiático, por el boicot norteamericano a los Juegos Olímpicos de Invierno, como una forma de exponer las presuntas violaciones de los derechos humanos.

Más aún, la reciente polémica suscitada a partir de la participación del embajador argentino en Nicaragua, Mateo Capitanich, en la jura de un nuevo mandato de Daniel Ortega, en presencia del vicepresidente de Irán, Mohsen Rezai, investigado por el atentado a la AMIA, también despertó molestia en los Estados Unidos, y no resultó de la simpatía del actual embajador norteamericano, que indudablemente hará pesar su ascendencia para construir lazos con la comunidad judía local.

El nuevo embajador, sin experiencia alguna en el campo diplomático, participó la semana pasada de la reunión bilateral que Cafiero sostuvo con el secretario del Departamento de Estado, Antony Blinken, y previamente almorzó con el representante acreditado del Gobierno argentino, JorgeArgüello, antes de arribar al país.

Hasta la fecha, el exrecaudador de fondos para campañas presidenciales eligió el silencio luego de declaraciones públicas que, en octubre pasado, le valieron críticas furibundas del propio oficialismo, que cuestionó la falta de un plan consistente para devolver el préstamo con el FMI.

Desembolso previsto

Al respecto, en la Casa Rosada confiaron a El Cronista que el Gobierno afrontará el próximo viernes el pago de algo más de u$s 730 millones, el primero de los abultados vencimientos que se acumulan durante 2022, si acaso no se logra llegar a buen puerto con las negociaciones que se tienen con el Fondo.

En el ministerio de Economía cunde por estas horas el silencio, como es habitual ante la inminencia de un desembolso que pone nuevamente en tela de juicio los niveles de reserva netos del Banco Central, en días de alta volatilidad cambiaria, con el dólar blue llegando a cotizaciones récord.

"La plata está, y vamos a pagar", calificó un funcionario con despacho en la Casa Rosada, buscando además dar una señal de tranquilidad a los operadores económicos, y consciente del efecto contrario que la dilación de un acuerdo está generando en las finanzas públicas y la gestión presidencial.