

La recta final de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) provocó el desvelo del ministro de Economía, Martín Guzmán. Para graficar la tenacidad e intransigencia de la negociación, un funcionario contó que el titular del Palacio de Hacienda estuvo hasta las 2 de la madrugada del miércoles discutiendo el porcentaje de actualización de las tarifas.
Con el tiempo contrarreloj, el Gobierno y el FMI todavía no lograron coincidir en los cambios que se vendrán en la política macroeconómica argentina para cumplir con el sendero de ajuste fiscal comprometido. Por ello, entre los despachos oficiales comienzan a descreerse que el memorando técnico de entendimiento que debe ratificar el Congreso ingrese al recinto al final de la semana.
Cuando no se halla recibiendo a funcionarios de la Casa Rosada que piden informes, Guzmán discute con el Fondo ya que el organismo multilateral de crédito desconfía de la proyección de crecimiento esperado para 2022, que es el principal argumento que bate la Argentina para asegurar que no es necesario apretar las clavijas en tantos frentes como pide Washington para dar con el desahorro de 2,5% del PBI para este año.
Uno de los puntos más álgidos, con idas y vueltas entre el equipo económico y el staff técnico del Fondo a cargo de Julie Kozack y Luis Cubbedu, tiene que ver con los subsidios a las tarifas. El principal acreedor del país pide una recomposición del cuadro tarifario en torno al 60%, peor el Gobierno descarta de plano tal cosa.
Al respecto, el Ejecutivo quiso marcar postura saliendo a comunicar con vehemencia el incremento en promedio de 20% para los usuarios residenciales de gas.
"La discusión, hoy por hoy, está en el sendero fiscal y el tema de las tarifas", reconoció una alta fuente de la Casa Rosada. "Hay una discusión, también, por la redacción del memorándum: el análisis es párrafo a párrafo", detalló la misma voz.
A sabiendas de que la demora haría llegar el acuerdo recién en los tres días hábiles de la primera semana de marzo, luego de carnaval, en el Gobierno descartaron por la premura de los tiempos acoplarse o tomar en consideración el proyecto de la Coalición Cívica que propone liberar al Ejecutivo de la necesaria ratificación parlamentaria.












