Para tributaristas, el blanqueo que propicia Alberto tendrá éxito sólo con una agresiva baja de impuestos

Coincidieron en que la iniciativa debe ser complementada por una reforma tributaria que reduzca considerablemente las alícuotas de Bienes Personales y Ganancias. Además, consideran condición que el oficialismo abandone las iniciativas del impuesto a las grandes fortunas y del exit tax.

El Gobierno evalúa lanzar un blanqueo de capitales en busca de agrandar la base imponible con el dinero que está fuera del sistema financiero y poder captar un mayor caudal de ingresos ante el creciente déficit fiscal primario y el colapso de la recaudación tributaria durante la cuarentena.

No obstante, tributaristas coincidieron en que la única forma con la que el blanqueo tenga éxito y se declaren al menos u$s 10.000 millones es que sea acompañado por una reforma impositiva que baje considerablemente las alícuotas de Bienes Personales y Ganancias.

Además, enfatizaron que el oficialismo debe abandonar el proyecto del gravamen extraordinario a las grandes fortunas y la iniciativa del llamado exit tax, un impuesto de salida para los que dejen de tributar en el país y pasen su residencia fiscal al extranjero, que impulsaban el ala cristinista de la coalición de gobierno.

César Litvin, de Lisicki, Litvin & Asociados, señaló que la medida puede contribuir a potenciar algunas actividades a través de la inyección de dinero que está fuera del sistema actualmente, pero que no alcanzará si no es acompañada por una reformulación del sistema tributario que incentive la inversión y el ahorro.

"Una medida así no alcanza por sí misma, tiene que venir acompañada por una reforma tributaria que ayude e incentive las inversiones al bajar la exorbitante carga de Bienes Personales y Ganancias, además de dejar de lado proyectos que van en contra del blanqueo, como el del impuesto a las grandes fortunas, incompatible con el blanqueo. Hay que tender a bajar la carga fiscal y reforzar la seguridad jurídica", señaló Litvin, en diálogo con El Cronista.

 

Sebastián Domínguez, de SDC Asesores Tributarios, afirmó que la iniciativa es esperable para cuando la actividad se normalice, pero que su anuncio en medio de la crisis "es sorpresivo". Además, coincidió en la necesidad de una rebaja en las alícuotas de Bienes Personales, que son mayores para activos en el exterior, y de dejar de lado la propuesta del gravamen extraordinario a los grandes patrimonios.

"Hay situaciones por las que se puede esperar que hubiera un blanqueo en el futuro, pero es una sorpresa que se anuncie ahora, en medio de la crisis. Al igual que la moratoria, cuando se anuncia un blanqueo algunos dejan de presentar sus declaraciones juradas para después entrar en el blanqueo. La pregunta es si el blanqueo va a tener éxito, si persiste el contexto actual de presión tributaria extraordinaria", sostuvó en diálogo con El Cronista.

Agregó: "Si se prolonga el contexto actual, en el que Argentina sigue en default; con cepo cambiario; con las restricicones a la distribución de utilidades y compra de dólares financieros para quienes ingresen al ATP o a la próxima moratoria; con las elevadísimas alícuotas en Bienes Personales y con la iniciativa del nuevo impuesto extraordinario a los grandes patrimonios, ¿quién va a querer tener un patrimonio blanqueado mayor y pagar más impuestos?"

 

 

Iván Sasovsky, de Sasovsky & Asociados, sostuvo que el eventual blanqueo deberá tener incentivos "muy importantes" para atraer a potenciales contribuyentes a que ingresen, dado que ante las iniciativas del impuesto adicional a las grandes fortunas, tasas crecientes de tributos ya existentes, el exit tax y los temores por expropiación hacen que "el Estado tenga que ofrecer mucho para obtener una adhesión al menos razonable".

Y añadió: "El momento actual respecto al intercambio internacional de información fiscal, principalmente de Estados Unidos, no genera la percepción de que ésta será la última oportunidad, por lo que este factor no es menor."

Domínguez también remarcó la intención de hace unos meses de algunos legisladores y funcionarios de sumar un impuesto a aquellos contribuyentes que ingresaron al blanqueo de capitales que impulsó el gobierno de Mauricio Macri entre 2016 y 2017, donde se declararon, se estima, más de u$s 100.000 millones y constituyó uno de los mayores blanqueos de la historia.

"Tiene que haber una reforma tributaria y se tiene que generar un ambiente propicio para los negocios, con reglas de juego claras y estables. Sino, difícilmente el blanqueo sea exitoso. Además, hay integrantes de la coalición de gobierno que pretenden gravar a los que blanquearon en 2016 y 2017, algo que vulnera la Constitución", señaló.

Por otro lado, Sasovsky marcó un paralelismo del contexto actual con el existente en los blanqueos de los gobiernos de Cristina Kirchner. "Especialmente hay similitudes con el del blanqueo 'CEDIN', que permitía cambiar dólares en efectivo por su equivalente blanqueo, algo cuestionable desde la perspectiva se lavado de dinero", indicó.

"El nuevo blanqueo de capitales parecería que va a estar calzado con un proyecto de inversión en inmuebles nuevos, algo que se ha propuesto desde sectores vinculados a la construcción. En este momento, estamos en una situación muy parecida a la del 2013 cuando surge el blanqueo 'CEDIN' dado que estamos en default, con control de cambios y con un gobierno del mismo signo político", comentó Sasovsky.

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