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"Fui claro y preciso. Advertí a ambas partes que observen escrupulosamente las indicaciones que ofrecimos porque de otra forma habrá riesgos de amenaza nuclear". La frase es contundente y sale de boca de Rafael Grossi, el argentino que está a cargo de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), que depende de Naciones Unidas y que esta semana se reunió en Turquía con los cancilleres de Rusia y Ucrania para advertirles a ambos un mensaje contundente: cualquier otro ataque a las plantas nucleares en medio de la guerra pueden poner en peligro a la humanidad.

Son las 22.30 en Viena y Grossi acaba de regresar de Turquía de unas reuniones complejas de negociaciones como mediador de la OIEA en la guerra para evitar un desastre nuclear. Pero este argentino experto en temas nucleares se hizo un tiempo para explicar a El Cronista. Durante las reuniones que Grossi mantuvo por separado con el canciller ruso, Serguei Lavrov, y el de Ucrania, Dmytro Kuleba, impuso una serie de exigencias tendientes a evitar que haya un escape de radiación nuclear.

El mensaje de Grossi llegó a menos de una semana de que las tropas rusas atacaron las centrales ucranianas de Chernobyl y Zaporizhzhya con el riesgo de severos peligros de generar un desastre ambiental a escala mundial.

Grossi contempla viajar a Ucrania en lo inmediato para revisar in situ las centrales atacadas por Rusia. Pero durante las reuniones que mantuvo en Turquía con Lavrov y Kuleba enfatizó "la necesidad de evitar cualquier acción que pudiese poner en riesgo la seguridad de las plantas nucleares".

A la vez, el titular de la OIEA dijo a El Cronista que indicó detalladamente a modo de advertencia a Lavrov que que que "lo sucedido en Zaporhizya no puede repetirse y que en Chernobyl debe estabilizarse la situación".

Para dar cumplimiento a este mandato de la OIEA en nombre de Naciones Unidas, Grossi propuso un acuerdo marco con acciones específicas en el plano de la seguridad. En las próximas horas ambas partes junto con Grossi volverán a hacer consultas para ver la posibilidad de firmar este acuerdo a la mayor brevedad posible.

LA PROPUESTA

Grossi junto con su equipo de la OIEA propuso a Ucrania y a Rusia el siguiente plan para la seguridad de las centrales nucleares en la zona de guerra:

1-Proteger la integridad física de las plantas nucleares que se encuentran en Ucrania en medio del conflicto bélico.

2-Mantener los sistemas de seguridad en funcionamiento de las centrales.

3-Asegurar la provisión de corriente eléctrica exterior a las plantas.

4-Mantener el personal técnico en buenas condiciones de trabajo respetando las cadenas jerárquicas sin interferencias.

5-Asegurar el contacto permanente con los funcionarios de la OIEA ante eventuales inconvenientes.

6-Mantener activos los sistemas de monitoreo ambiental de radiactividad.

Según explicó Grossi al regreso de la reunión de mediación entre Ucrania y Rusia que se estableció estrictamente como titular de la OIEA y limitado al tema nuclear, Lavrov indicó que las propuestas ofrecidas son "útiles". En tanto que Kuleba manifestó su disposición a trabajar sobre ellas. Todo esto forma parte de la negociación que seguirá bajo el monitoreo permanente de la OIEA.

Grossi tiene 61 años, es argentino, dirige el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y se ofreció como mediador en temas de riesgos de ataques nucleares entre Ucrania y Rusia para establecer un acuerdo básico de seguridad entre ambos países. Y al final de la charla con El Cronista reiteró:" mi llamamiento es urgente y es que debemos impedir un incidente nuclear en Ucrania. No nos escondamos detrás de las decisiones del todo o nada en absoluto".

A la vez, alertó que "los episodios que estamos viviendo en Ucrania son de una enorme peligrosidad y deben cesar. No es posible asegurar la seguridad de las instalaciones en estas circunstancias".