Opinión

Un fin de año soñado, perturbado por el dólar

Parecía un fin de año soñado para el mundo económico. De la experiencia Guzmán Batakis, al Sergio Massa abrazado a la ortodoxia fiscal, Washington y al FMI. Se llegó a fin de diciembre sin que haya estallado la híper, la inflación aún en niveles delirantemente altos para cumplir el ajuste se estabilizó; la selección ganó finalmente la Copa del Mundo y, lo más importante, Cristina anunció ya dos veces que no será candidata a nada el año que viene.

Una vez más el dólar vino a complicar los festejos. Nada nuevo, emisión y déficit que no se terminan de contener y luego el ajuste del mercado: el modelo de la inflación y la devaluación eternas que viene azotando a los argentinos hace décadas y que se profundizó fuerte en la administración Fernández Fernández. Lo sacó a Macri del poder cuando se le escapó el billete de 17 a 45 pesos, y va camino a terminar con las ilusiones de la reelección de Alberto. El Presidente recibió el dólar libre en 70 pesos, ya lo tiene multiplicado por 5 en 350. El modelo del déficit, la inflación el cepo y la devaluación con el cual el Gobierno perdió lastimosamente las elecciones en 2021. La pesadilla con la que el oficialismo deberá enfrentar el año electoral. Nadie hasta ahora ganó las elecciones en la Argentina con 50%, 70% 100% o 150% de inflación anual. Nunca ocurrió de 1983 a la fecha. Al contrario, con el modelo inflacionario, todos perdieron.

En el palacio de Hacienda se resisten a que la corridita contra el peso les arruine el brindis de fin de año. Los asesores financieros de Sergio Massa lo tienen convencido de que la escapada del blue no se verifica en los dólares financieros blancos, tanto el CCL como el MEP, y que la trepada a casi 360 pesos obedece a dos factores estacionales: la presión de turistas argentinos que gastan en el exterior y prefieren llevarse billetes físicos antes que mostrar en la AFIP su nivel de vida pagando con tarjeta; y el efecto del acuerdo impositivo con que habría llevado a muchos argentinos con cuentas chicas en el exterior a directamente cerrarlas y traer los billetes al país para guardarlos en caja de seguridad. Este fenómeno, que efectivamente se está verificando y que parece más verosímil que el cuento de los turistas, aumenta la demanda de billetes físicos y esto termina sobre elevando la cotización del blue por encima de los financieros.

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A propósito de acuerdo acotado de información impositiva entre Argentina y ; una vez más la información está imprecisa respecto de su alcance y entrada en vigencia. En el Palacio de Hacienda aseguran que todo está listo y vigente, y que la información sobre las cuentas comienza ya desde septiembre de este año 2022, dado que como el acuerdo rige desde 2023 se toma el año fiscal septiembre 2022-septiembre 2023. De allí que fuentes de la AFIP explican que no tiene sentido ahora apurarse a cerrar cuentas, ya que la foto se comienza a tomar desde septiembre pasado. Y que la información tarde o temprano llegará, tanto si los activos están a nombre de personas o a nombre de empresas. Aseguran en Economía que ya en enero saldrán unas 20 mil intimaciones de la AFIP a contribuyentes que el Estado considera integrantes de los llamados "grupos de riesgo", por verificarse inconsistencias entre sus declaraciones juradas y su nivel de vida, sospechosos de tener activos sin declarar.

Opinan distinto la mayoría de los asesores impositivos y financieros que no dan abasto estas semanas con las consultas de inversores y familias. Hasta ayer, por lo pronto, en la página web del Tesoro de los el acuerdo no aparecía como vigente. Explican que si el convenio comienza a regir en 2023 como dice el Palacio de Hacienda, la información llegará en 2024 con la foto desde el 1ro de enero de 2023. En todos los casos, estarían más expuestos quienes tengan cuentas o inmuebles no declarados a nombre de personas, y más protegidos los activos a nombre de sociedades insisten en el sector privado.

Como quiera que sea, hay que decir que las condiciones del blanqueo que ahora propone el gobierno al Congreso en el marco de acuerdo son bastante atractivas. El costo de regularizar se reduce a la mitad por la brecha cambiaria. Y existe un verdadero incentivo para que ingrese la clase media, al permitir un régimen simplificado hasta 50.000 dólares con un costo real de 0,75% o 1,5% si se mantiene el ahorro fuera del país. En este régimen no sería obligatorio dar ningún detalle de dónde está el dinero.

Trascendió en las últimas horas otro dato significativo: habrá un premio para los cumplidores que saldrá de un porcentaje de lo que se recaude. Con el argumento de que resulta en beneficio de todos, se alentará a los cumplidores a colaborar y denunciar a los que evaden.

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Es cierto que el blanqueo si se aprueba tendría un costo de entrada muy bajo, mucho más barato que el último de la era Macri. También está claro que el acuerdo con existe y va avanzando, aun sabiendo que el Gobierno exagera en su alcance. Pero no hay duda que cada vez es más complicado mantener ahorros no declarados en el sistema financiero internacional. Todo elementos que alentarían a declarar los bienes escondidos.

El drama pasa por la desconfianza que genera la Argentina y su dirigencia a lo largo de años y décadas. Y que la gente sabe por experiencia que una vez que declara sus activos, sobre todo si están en el exterior, allí comienza un infierno de aumentos permanentes en los impuestos sobre los bienes declarados. La ley del blanqueo de Macri decía que aquellos que declararan su patrimonio, terminarían pagando en el futuro apenas 0,25% de impuesto a la riqueza. Hoy es 2,25%. Hay profesionales que blanquearon en la administración Macri sus ahorros de toda la vida, luego compraron bonos del Estado porque estaban exentos de impuestos y terminaron perdiendo prácticamente todo.

¿Cuán es el motivo, por ejemplo, para que se imponga pagar el doble de impuestos por tener el dinero en la sucursal Montevideo del HSBC en lugar de tenerlo en la sucursal Buenos Aires? Si se trata de dinero ganado honestamente, en blanco, que ya pagó IVA, Ganancias e Ingresos Brutos antes de guardarse para ahorro.

Entre los dólares que espera el Gobierno van a entrar por el sinceramiento, las proyecciones de los productores que finalmente anotaron casi 15 millones de toneladas de trigo para vender, las lluvias que se esperan en fin de año y la primera semana de enero que podrían salvar en parte la soja de abril; el palacio de Hacienda aspira a pasar el verano. Con tasas siempre positivas por encima de la inflación que garanticen, aunque sea de corto plaza, la gigantesca bicicleta financiera de la deuda en pesos. Rienda corta para contener la devaluación. Para más datos, véanse las millonarias ofertas del tsunami de pesos que recibió ayer el Gobierno para la última bola del año, en la ruleta financiera de los bonos ajustados por CER. Sobran y se crean cada vez más pesos con la deuda indexada del Tesoro y el BCRA; mientras al precio ficticio del mercado oficial no aparece un dólar ni en figurita.

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Volviendo a la política, que Cristina se corra no es un dato menor para el mundo económico. De hecho algo retrocedió al callar frente al ajuste de Massa con el FMI y el consenso de Washington. El índice Merval en dólares por encima de 550 puntos está en récord para la era Alberto. YPF valía 2,91 en Nueva York durante la breve gestión Batakis, ayer cerraba al triple, arriba de 9. El riesgo país cayó de 2500 a 2100.

Si Cristina defaultea a sus seguidores y no se presenta porque dice que la proscriben; o como opinan muchos observadores porque no le dan ni de cerca las encuestas, es un tema que al mundo económico le importa poco. Si no pudo ser candidata en 2019 y tuvo que buscar la máscara de Alberto entonces, menos podría lanzarse ahora a esa aventura tras el fracaso económico en la gestión. Podría ir con candidatos propios, caso Wado de Pedro o Axel Kicillof; pero si Cristina no se presenta por temor a no llegar, menos podrían lograrlo sus ya no tan jóvenes apóstoles

En el establishment reaparece la expresión de deseos de un peronismo en el futuro menos intervenido por los sectores de izquierda que se referencian en Cristina, y suponen que cualquiera que fuera el candidato de unidad del PJ para 2023 resultaría mejor que la experiencia actual. Apuestan fuerte por Sergio Massa, aunque miran siempre a Juan Schiaretti. Y los anotados en la lista por el PJ no K tampoco alarman a los hombres de negocios, caso Sergio Uñac o Juan Manzur.

En verdad, entre los empresarios aparece hoy más inquietud e incertidumbre mirando a la oposición que al oficialismo. La realidad de un frente opositor dividido es inexorable por el fenómeno Milei, aún si Juntos por el Cambio no se quiebra entre halcones y palomas. En este punto, todas las encuestas coinciden en que hoy la oposición no podría ganar en primera vuelta, aún enfrentando a lo que muchos consideran la peor gestión desde el retorno de la democracia en 1983. La realidad de un ballotage puede significar un futuro Gobierno más débil y sin mayorías significativas en el Congreso. Y las disputas internas cada vez más severas entre macristas, larretistas y radicales no obedecen solamente a cuestiones de ego y de cartel. Suponen visiones muy distintas sobre las políticas que el futuro Gobierno debería llevar adelante.

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