

Se te cayó el papel que te envuelve, bombón". Tal vez los piropos callejeros como este tienen sus días contados. Los principales responsables son las aplicaciones para conquistar personas con el celular. Tinder, la app de conquistas más famosa y usada, fue creada a fines de 2012 por Sean Rad y Justin Mateen para, a diferencia de redes como Facebook, contactar a gente que no se conoce. Tuvo un éxito rotundo. Elegida una de las mejores aplicaciones del año pasado, ya tiene más de 60 millones de usuarios activos.
Pero en el mundo de la tecnología, las herramientas se sofistican a gran velocidad. Ya existen otros desarrollos similares a Tinder pero más de nicho. Jswipe junta a miembros judíos y High There! contacta a fumadores de marihuana. La red social Second Love va un poco más lejos: enlaza a personas en pareja que buscan ser infieles. Fue fundada en 2008 por el holandés Erik Drost y para salir de trampa por la web hay que pagar. En nuestro pías funciona muy bien (170 mil usuarios) y atención machistas: la mitad de los usuarios registrados son mujeres.
A mediados del año pasado nació Happn, una aplicación de citas similar a Tinder pero para contactar a personas que cruzamos en la calle, shopping, subte, bar, en un recital, etc. Personas que también tengan la app instalada, claro. El software guarda el registro de todos los cruces hasta un radio de 200 metros. El interesado envía un saludo y, si es correspondido, ambos pasan a un chat privado.
Al igual que Tinder, el login se hace mediante una cuenta de Facebook y es secreto. Pero la diferencia está en el modelo de negocios, que es el modo Fremium. Las mujeres lo usan gratis pero los hombres tienen unos pocos créditos, que sirven para poder saludar a las personas. Si quieren más saludos, tienen que pagar paquetes que van de 9 a 30 euros. Billetera mata galán.
Happn fue desarrollada en Francia por Fabian Cohen, Didier Rappaport (fundador de Daylimotion) y Antony Cohen. Ya funciona con éxito en Europa con dos millones de usuarios y en enero se lanzó en Latinoamérica, con fuerte foco en México, Brasil, Chile y la Argentina. Acá ya acumula más de 70 mil usuarios.
Definida como "una aplicación que te da una segunda oportunidad" por Rappaport, con quien hablé por Skype. "En los sitios de citas, la experiencia de usuario es lenta", explica. "Transcurre mucho tiempo entre contactar a alguien y conocerse. En cambio el proceso con Happn es mucho más rápido y muy simple, con un chat en tiempo real. Las oportunidades son constantes porque siempre estamos rodeados de gente. Es una especie de fantasía generacional: conocer a alguien en la vida real que te hayas cruzado en subte o en un shopping".
¿Cuál es la principal diferencia con Tinder?
Tinder localiza pero no tanto como nosotros. El fuerte de Happn es el tiempo real alrededor tuyo. Es inmediato, funciona con el ahora. Si ves a una persona que te gusta, y esa persona accede a tu saludo, estás charlando en un par de horas desde el momento en que se cruzaron. Con Tinder no hay más opción que darle like (o no) a una persona.
La privacidad es uno de los puntos más sensibles ya que la app sabe todos los movimientos de sus usuarios. Rappaport jura que solo tienen registro de los puntos de cruce, pero no siguen a las personas. "Usamos parte de esa data solo para proveer un mejor servicio. No usamos, ni compartimos ni le vendemos esos datos a nadie", dice.
Los nuevos galanes usan smartphone y la conquista puede resultar un negocio millonario para empresas de tecnología con una buena idea detrás. Los tiempos cambian, pero siempre buscamos lo mismo.













