Sr. Guillermo Kohan:

En su artículo del día de ayer en el diario El Cronista me achaca modales impiadosos, dice que le cuesta creer que los aplique quien fuera víctima de arbitrariedades de otro funcionarios en el pasado, se sorprende ante una supuesta fuerte multa por un reclamo que los privados dicen no estar obligados a cumplir, asegura que me corren por izquierda y que sobreactúo contra sectores empresarios.

Le pregunto Sr. Kohan: ¿Cuál es el modal impiadoso que apliqué? ¿Permitir que un subsecretario del ministerio cumpla con su deber? ¿Haber sido personalmente víctima de arbitrariedades le impide a mi equipo hacer lo que es correcto? Que los privados digan (asumo que habrá sido el damnificado quien lo afirma) que no están obligados a cumplir algo, ¿ya es razón suficiente para que no lo hagan? ¿A qué ya llama usted sobreactuar? ¿El cumplir con los procedimientos administrativos vigentes? ¿Quién me corre por izquierda? ¿Habrá algún otro que intente hacerlo por derecha?

Estimado, durante mi vida profesional en el sector privado me acostumbré a aplicar un principio: el de privilegiar lo correcto por sobre lo conveniente. Ahora, en el sector público desde diciembre de 2015 intento hacer lo mismo. No cambié, sigo siendo el mismo, defendiendo los intereses que me corresponden defender, cumpliendo las obligaciones que la función me requieren y ejerciendo los derechos que la Constitución nos ampara.

Lamento que usted no lo sepa valorar, pero más lamento no haber tenido la oportunidad de hacerle escuchar la otra campana, principio que creía básico de aquel que quiere informar e informarse de manera ecuánime.

Le envío mis atentos saludos.