Procrastinación financiera

La procrastinación es la tendencia que tenemos los seres humanos a postergar o retrasar una tarea, posponiendo las decisiones y acciones concretas que conducen a su realización. Concretamente, procrastinar es dejar para mañana o para luego lo que debo hacer hoy.

Para ser prácticos, imagine que tiene que entregar un trabajo, un documento de cinco páginas para su jefe o un trabajo para la universidad. El carácter que inviste esta acción es obligatorio, es decir no puede eludir su acción. Usted cuenta con un plazo, sabe exactamente en qué fecha vence esa tarea y cuáles son los esfuerzos que tendrá que hacer para completar dignamente ese documento.

En su mente sabe que usted necesita concentrarse en una sola tarea de manera sostenida durante algún tiempo determinado. Que ello implicará restarle atención a otras actividades que incluso pueden entregarle mayor cantidad de placer inmediato, como puede ser navegar sus redes sociales y saltar de imagen a imagen sin pestañear. Deberá entonces tomar la decisión de postergar su dosis inmediata de placer, y realizar una actividad que a corto plazo no le es tan placentera para poder cumplir con su compromiso y beneficio a largo plazo.

En la vida académica, en el trabajo, el costo que tiene cumplir a último momento con la actividad obligatoria puede considerarse un "costo psicológico", la presión del último momento, la ansiedad, la gratificación inmediata desplazada, los sentimientos de culpa que pueden emerger luego de la postergación. Las mencionadas son consecuencias de tipo emocionales, que por supuesto tendrán su correlato físico ya que somos una unidad indivisible. Sin embargo, cuando hablamos de los costos procrastinación, también podemos hacer referencia a aquellos que surgen de la postergación de nuestra administración financiera. Y estos costos que son económicos, se materializan en pérdida de dinero.

Retrasar las decisiones financieras importantes y las tareas necesarias para mantener una administración financiera ordenada complica gravemente nuestra salud financiera. Entre las principales consecuencias se encuentran los pagos de intereses o penalidades por abonar facturas demoradas, o vencidas. Las eventuales consecuencias relacionadas con nuestro scoring crediticio, y por ende las posibilidades de acceder a créditos. Dejar "para después" la planificación financiera también atenta contra nuestras ganancias: la falta de organización puede arruinar nuestras oportunidades de ahorro o inversión que podrían beneficiar su situación financiera a largo plazo.

Consecuencias psicológicas de la procrastinación

Procrastinar no es una conducta exclusiva de este tiempo: está presente en nosotros desde que existimos. Sin embargo, algunos autores ubican a la connotación negativa del término a partir de la revolución industrial. Diversos autores del campo de la psicología identifican la procrastinación como el resultado de carencias en la regulación de las emociones frente a la administración y gestión del tiempo, dejar para mañana lo que se debe hacer hoy implica significativas dosis de malestar subjetivo. Actualmente la postergación de una tarea implica sentimientos de culpa y auto reproche, hoy el acto de procastinar no es gratis ni mucho menos placentero.

Para superar los obstáculos de la procrastinación en general, y la financiera en particular resulta necesario incorporar a nuestra vida una estrategia multidisciplinaria para garantizarnos una mejor administración del tiempo, sin caer en sobreplanificaciones que estresen y compliquen nuestra salud mental.

Superar la procrastinación financiera

En primer lugar, para diseñar esta estrategia se requiere aceptar que la conducta de postergación es un inconveniente en la efectividad de nuestra vida, la cual perjudica nuestra capacidad para enfrentar nuestras tareas. Aceptar nos conduce en el cambio. En segundo lugar necesitamos identificar cuáles son los pensamientos que se asocian con la postergación de tareas, para así reducir los niveles de angustia que intervienen en el proceso de sentimientos de culpa y ansiedad.

La administración efectiva de nuestras finanzas personales se basa en el registro, seguimiento y control de nuestras metas financieras a través de un presupuesto, tanto para darle visibilidad a los ingresos de dinero como a los gastos.

Este proceso de administración puede excluir la procrastinación, con las siguientes recomendaciones:

Dividí la administración: si te cuestan las tareas relacionadas al presupuesto financiero, engaña a tu mente segmentando la tarea en microacciones más pequeñas y secuenciales. Esto te ayudará a darle cumplimiento ya que mantendrá el enfoque y la motivación al ser acciones cortas que requieren menos energía y tiempo. Ver el fin de una tarea, motiva.

Destina tiempo: programar mensual o quincenalmente un tiempo específico, repetitivo, cerca de la fecha de cobro o de pagos, te ayudará a crear momentos regulares para la gestión de tus finanzas, y con el tiempo podrás incorporarlo como un hábito más dentro de tu agenda. Se recomienda programar recordatorios de pagos, vencimientos e inversiones para poder destinar energía para estas actividades.

Automatiza: utiliza el poder de la tecnología para facilitarte las tareas repetitivas, agenda, pagos de facturas, configura pagos automáticos, y transferencias periódicas que te permitan mantener tus finanzas bajo control. Busca aplicaciones gratuitas de gestión financiera para ayudarte en el registro, elige aquellas que tengan notificaciones de seguimiento para facilitarte el calendario de recordatorios.

Aprovecha las técnicas de gestión del tiempo: Trabaja en intervalos de tiempo específicos y luego tomas breves descansos. La técnica Pomodoro por ejemplo puede ayudarte a mejorar la concentración y animarte a concluir la tarea.

Elimina las distracciones: Identifica las distracciones que te alejan de tus responsabilidades y busca formas de eliminarlas o minimizar su impacto. Prestá especial atención al "scroll" compulsivo del celular, muchas veces revisar el "feed" de las redes sociales es el primer motivo que nos saca de la tarea, y nos pierde en los numerosos estímulos que refleja la pantalla. Apaga las notificaciones del teléfono, cerrá las pestañas del navegador y crea un entorno de trabajo libre de distracciones.

En muchos casos la procrastinación viene del hecho de postergar una tarea que produce ansiedad, la cual puede estar relacionada con el desconocimiento y el temor que me produce un eventual error en la toma de decisiones. 

En finanzas personales es común que la tecnología e innovación financiera nos lleven a sentirnos inseguros frente al desconocimiento, para ello la mejor recomendación es potenciar los espacios de educación financiera para mejorar las capacidades y habilidades que necesitamos para garantizar nuestra salud financiera. 

Mejorar nuestras competencias nos permitirá hacer frente de una mejor manera a nuestros desafíos financieros y reducirá el estrés que se produce por postergar una acción que en realidad no sabíamos cómo concluir.

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