#CASHTAG

Carta a los inversores en tiempos de "trade electoral"

Estimados inversores internacionales:

Entiendo que son momentos donde muchos bancos y fondos de inversión otra vez vuelven a mirar con interés los activos financieros de la Argentina.

Esos bonos y acciones que tantas veces estuvieron ultra baratos como reflejo de nuestros quilombos estructurales e irresolubles vuelven a tentarlos con la promesa de un recorrido al alza aunque sea de corto plazo en principio atado a las ilusiones electorales y chan, los empiezan a comprar.

Es más conocido que "Muchaaaachos" que justamente ese fenómeno se llama "trade electoral": compran con el rumor de un posible horizonte "pro-mercado" tras unos comicios y se hacen de ganancias al menos hasta que venden un tiempo más tarde, ya sea porque era todo humo o porque terminó la aventura y así es el capital. Lo hemos visto mil veces.

Pero, esta vez, déjenme plantearles una alternativa.

Miren el mundo por un segundo y la región en particular. ¿Qué ven? Inflación, puja distributiva y más sindicalización en Estados Unidos y Europa. ¿Qué más ven? Polarización extrema, inestabilidad política con gobiernos que tambalean o caen y además un surgimiento de nuevas derechas peligrosas que canaliza el enojo de ricos y la bronca de muchos pobres. ¿Y qué más? Y una demanda creciente de energía y alimentos que arranca en China y puede terminar acá al lado.

Señoras y señores, déjenme que les diga entonces que este país maltrecho y con muchos indicadores que muestran una decadencia preocupante, quizás esté a las puertas de ser algo más que una aventura financiera en tiempos de votaciones.

Tal vez pueda llegar a ofrecer de golpe algo así como una nueva ventaja comparativa, diría un economista con términos del pensador David Ricardo para hablar de que tenés que dedicarte a producir eso que mejor sabés hacer.

Bueno, están ante un país con mucha experiencia en los problemas que ahora el mundo está redescubriendo. El nuevo activo intangible de la Argentina es la capacidad para administrar quilombos sin que todo explote. Es cierto, también, sin que eso nos haya llevado a ningún lado por ahora en términos de desarrollo, pero algo es algo.

¿Hay inflación? Tenemos miles de empresarios, jefes y jefas de hogar y sindicalistas lidiando con demandas, porcentajes y remarcaciones, en un contexto que no les ha impedido hacer plata, mejorar los salarios, estar felices, aún cuando no se puedan comprar una casa a crédito.

¿Puja distributiva? Mientras la academia recién debate posteos al respecto del ex FMI Olivier Blanchard, acá llevamos años de negociaciones colectivas, de movimientos conocidos de te pido tanto, te hago un paro, dicto conciliación obligatoria y laudo un poco más para acá o un poco más para allá.

¿Tensiones sociales? Hemos armado flor de red de ayuda estatal con organizaciones sociales que han evitado cualquier estallido aún cuando los alimentos aumentan 100% en un año.

¿Grieta? Puff. Un montón, sí. Pero ojo, con un club de llamémosles moderados, rosqueros, punteros, tiende-puentes y vasos comunicantes que comparten códigos o negocios que vienen mostrando que todo se puede tensar pero que no se rompe.

De hecho, hay dos grandes alianzas que son un cocoliche de soberbios miradores de paja en el ojo ajeno pero, hay que decirlo, que se estiran como un chicle y contienen y discuten y hasta a veces pareciera que en ambos casos, con un montón de cosas como para que me lo discutas, quieren el bien del país. Y una regla muy relevante: cuanto más joven el dirigente, menos mambeado está por el nosotros vs. ellos.

Ah, y todo con un consenso gigante: la democracia no se toca y los milicos, o presos o en sus cuarteles.

Ya sé, Juan Investment, no me mirés raro.

Yo sé que esto puede ser presentado así, de manera muy optimista como "mirá qué bien estos tipos cómo se las rebuscan para convivir en la inestabilidad permanente y hasta se abrazan en un fin de año de locos porque ganaron un Mundial", pero que también puede presentarse de la peor forma.

Es decir, como que todo lo que construye esta convivencia es lo que te condena a no poder salir de la inercia inflacionaria y del empobrecimiento sostenido sin estallido.

O peor aún, podés resumir que todo esto es el resultado de una red de corporaciones habituadas a repartirse una torta cada vez más chica lubricada con prebendas, favores, cometas, negocios protegidos y pedazos del Estado que se potencian sólo con el statu quo. Obvio que lo sé. Basta con mirar estos días las playas de Punta del Este para ver el descanso de muchos ganadores sin grieta.

Pero lo que te quiero decir mi querido John Risk es que todo este recorrido con el que llegamos a nuestros 40 años de democracia quizás se esté revalorizando cada vez más, por efecto de lo que pasa en el exterior pero también por lo que se empieza a olfatear fronteras adentro. Sería casi como un espejo inverso de lo que se viene devaluando nuestra moneda.

En un mundo con guerras y conflictos étnicos y raciales, acá hay paz, educación gratuita y salud pública que atrae inmigrantes desde todos lados.Y en un planeta de escasez y bienes básicos caros, aún con todos nuestros problemas seguimos teniendo los recursos naturales de siempre en abundancia y ahora también los del futuro, sin contar el talento invalorable que se ve en los comerciantes que se las rebuscan al infinito, el nivel de los industriales capaces de exportar una autoparte al otro lado del mundo o en los nerds que con una computadora te hacen una empresa multimillonaria o la canción más escuchada sobre la Tierra.

O sea, si consiguiéramos ponernos de acuerdo para resolver nuestros bardos macroeconómicos, sin perder la magia de este sistema de convivencia, tongo y democracia que te vengo contando, tal vez entonces descubras sentado ahí frente a tu pantalla que estés ante otra cosa diferente más allá de la oportunidad de un "trade electoral". Tal vez podría ser el comienzo de algo más grande para nuestra historia.

¿No te convence? Ah, ¿te importa un pito en realidad nuestra situación de fondo?

Ah, ¿vos únicamente tenés que ver cómo rendimos en tu portafolio de "emergentes" y sólo pedís no pegarte un palo que te obligue a explicarle a tus jefes por qué volviste a invertir acá?

Ah, ¿te basta con saber si esa foto del 30 de marzo del hoy ministro de Economía, Sergio Massa, y su amigo, el actual jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, sonriendo cómplices en la Asociación Conciencia es un anticipo de un eventual balotaje de este año?

No lo sé. Fijate. Si lo fueran podrían ser una expresión de eso mismo que te estoy contando. Pero quién sabe.

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