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Son horas decisivas para la suerte del precandidato y ministro de Economía, Sergio Massa. Se define en Washington qué puede arrancarle al Fondo Monetario Internacional, qué sapo tendrá que tragar en materia de devaluación y ajuste fiscal y cómo lo presentará en la gestión-campaña que lo tiene al frente de la boleta de Unión por la Patria.
Justamente si habrá algún dólar para reforzar las reservas y cómo será el impacto del resultado de las PASO en los mercados al día siguiente son las dos principales incógnitas en un año electoral que de golpe tiene mucha menos incertidumbre respecto de la mirada de largo plazo de lo que viene.
Es como si la dirigencia del país de distintos colores ya hubiese decidido que la economía va hacia un giro pro mercado y que en todo caso la carrera electoral consiste en una competencia entre distintas formas de presentarlo frente a cada segmento del electorado.
Si lo que viene más o menos es reconocer que no tenemos moneda y que nadie nos presta, que hay que ir saliendo de las restricciones al dólar y los distintos tipos de cambio, que hay que buscar el equilibrio fiscal y que hay que darle mucho aire a la explotación de los recursos naturales de la mano de la inversión nacional y extranjera, la discusión entonces estará puesta en términos de modos, velocidades y -en definitiva- envoltorios.

A algunos les dirán que se trata de combatir la casta y viva la libertad carajo, a otros que es hora de cambiar de régimen a todo o nada o que hay que hacerlo buscando consensos duraderos y a otros les contarán que se trata de volver a la macroeconomía de Néstor Kirchner para que no vuelva la derecha aunque se plantee una misma agenda en muchos sentidos.
Si hasta Juan Grabois, el ala más a la izquierda de UxP, plantea en videos junto al economista Itaí Hagman una serie de ideas más rupturistas pero con dos objetivos similares: estabilizar la economía e ir al superávit de las cuentas públicas.
Con un horizonte así de increíblemente incierto y previsible a la vez, se entiende que en el corazón del oficialismo haya sectores del kirchnerismo más duro que le dediquen más tiempo a librar batallas, por menores que parezcan, para consolidar poder territorial de cara al día después, tal vez para una resistencia frente a Juntos por el Cambio o el propio líder del Frente Renovador.
Y esto no tiene que ver sólo con la apuesta por la reelección del gobernador bonaerense Axel Kicillof, que hasta podría ser posible en un eventual escenario de derrota en la presidencial, dado que al no haber balotaje en la provincia de Buenos Aires podría ganar por un punto en octubre y seguir en el cargo si a Massa le fuera mal en la segunda vuelta.
También hay en marcha un operativo desde La Cámpora y con la coordinación directa de su fundador Máximo Kirchner para tratar de sumar intendencias del Conurbano, con un caso testigo que explica muchas cosas: Hurlingham, en el oeste del Gran Buenos Aires.
La interna de Hurlingham
Allí hay desatada una interna sin cuartel entre el intendente actual Juan Horacio "Juanchi" Zabaleta, que cuando se fue al Ministerio de Desarrollo Social casi pierde su silla, y su segundo, el camporista Damián Selci, que lo reemplazó 14 meses y ahora le quiere disputar el cargo en unas primarias que en algún punto muestran también por qué manejar algunas oficinas públicas aún en un gobierno que siempre criticaste cobra sentido para construir en política.

El PAMI que conduce Luana Volnovich y donde talla Martín Rodríguez, referente de La Cámpora en el distrito, tiene un rol clave en este tipo de armados, y no sólo por el impacto que tiene en bolsillo la masificación de la cobertura al 100% de casi todos los medicamentos que consume un jubilado. Se trata de una organización con 5 millones de afiliados que se volvió superavitaria y cuenta, según dicen en el sector de la salud, con una caja de más de $100 mil millones líquidos.
Aún con los problemas de demoras en los turnos y la falta de insumos que sufren siempre los afiliados, hubo dos cambios que le reconocen otras obras sociales y prepagas: modificó la forma de contratación de los sanatorios y elevó los honorarios de los especialistas a niveles iguales o superiores de los que paga OSDE, hoy unos 3 mil a 3500 pesos por consulta. Por eso, volvieron a estar disponibles clínicas de renombre, como la Favaloro, por traer un nombre que hace cosquillas en estos días al hablar del PAMI.
Entonces, el cálculo fue obvio: Hurlingham tiene 172 mil habitantes según el último censo y se calcula que el padrón de votantes es de 100 mil personas. La obra social de los jubilados tiene 40 mil afiliados en el lugar. De hecho en William Morris, uno de los barrios más pobres del municipio, el PAMI abrió una oficina. También la Anses puso una delegación y el Banco Provincia, un cajero automático.
Como el karma local siempre había sido la deficiente atención médica que ofrecía la Clínica Sagrado Corazón que además colapsó durante la pandemia, el proyecto de hacer un hospital de PAMI fue la carta de presentación de Selci y un punto de discordia fuerte con Zabaleta. De hecho, en breve quedará en funcionamiento el área de consultorios externos y diagnósticos por imágenes, quizás sin inauguración oficial por esas mismas diferencias. Argentina, no lo entenderías.
A todo esto, Zabaleta resiste con la caja municipal en una localidad con poco movimiento comercial propio de los lugares que como no tienen red de agua y cloacas no han visto crecer edificios, tienen menos densidad poblacional y por ende, menos negocios que pagan menos ingresos brutos y toman menos gente. "Juanchi" apela también a una red de contactos en medios con periodistas conocidos en un raid de entrevistas que Máximo lee y revisa al minuto.

Selci, por su parte, mostró hace dos semanas el apoyo del kirchnerismo más duro con un acto de 10 mil personas y ostenta tener 9 de 12 concejales y la banca de los gremios de empleados públicos. Además, en las últimas horas posteó el backstage de una futura foto oficial que se viene con Massa. Las encuestas muestran un final cabeza a cabeza que entretiene a los que andan con tiempo para la rosca.
En el entorno de Máximo le agregan a Hurlingham el intento por dar el zarpazo en Lanús con Julián Álvarez, el plan para retener Quilmes con Mayra Mendoza y la apuesta de la otra funcionaria con oficina propia, Fernanda Raverta, de la Anses, en la revancha por pelear Mar del Plata. Además, consideran que retendrán Mercedes, con Juan Ustarroz al frente, la tierra de Eduardo "Wado" de Pedro. ¿Te acordás de Wado?














