CRONISTA POR UN D A

Más que bono, foto de fin de año para la industria, software y las pymes

Los datos económicos difundidos la última semana volvieron a encender los sensores de alerta en el sector privado. Aunque con panoramas heterogéneos, la recesión se siente en la mayoría de las empresas y no existe consenso en torno al momento exacto en que la situación se revertirá. Para el ministro Nicolás Dujovne, lo peor ya pasó y hay que llegar a fin de año para vislumbrar la salida. Es un pronóstico que, como mínimo despierta dudas, teniendo en cuenta que sus anteriores proyecciones no se pudieron cumplir. Incluso, el FMI ve un horizonte diferente: cree que el final de la recesión será recién en el segundo trimestre de 2019.

Con mirada local, la economista Marina Dal Poggeto pronosticó para el primer trimestre el final de la crisis, aunque ya advirtió que será lenta y siempre y cuando el horizonte financiero y cambiario se mantenga sin sobresaltos.

Por ahora, reina la calma que logró el bono de fin de año, al menos hasta la finalización de la cumbre del G20. Sin embargo, los conflictos que complican la reactivación siguen latentes. Hay un doble movimiento en la economía en este fin de 2018. Por un lado la macroeconomía que parece más encaminada; por otro, la microeconomía no para de reflejar índices que midieron lo peor de la crisis. Por ejemplo, la caída del 7,7% en el nivel de actividad que midió la Unión Industrial y del 11% que reflejó el INDEC. En la central fabril insisten en que el panorama es muy heterogéneo, aunque el denominador común entre los dueños de la fábricas sigue siendo la queja por las altas tasas de interés, la caída del mercado interno y el reacomodamiento de jugadores debido al cierre de empresas tristemente, más que a la llegada de nuevos jugadores. "En el futuro cercano no veo más inversiones; más bien veo una posición defensiva más que otra cosa y un panorama en igual sentido aunque más pronunciado en el interior, en las economías regionales", admitió Miguel Acevedo, presidente de la UIA ante la consulta de El Cronista sobre su foto de fin de año. Y remató: "Mientras sigamos con esta política monetarista y contractiva no veo cambios en el sector productivo o industrial".

La sintonía compone otra canción en otros sectores como por ejemplo la exportación de servicios. Con una legislación que los favorece en materia de contratación, en Accenture por ejemplo esperan que el sector incremente unos 1000 puestos de trabajo el año próximo. Están actualmente en 9000 empleados. "Venimos siendo el primer exportador y creemos que vamos a aumentar con 100% valor agregado argentino y estamos creciendo en el mercado interno muy fuerte y en exportaciones el contexto nos ayuda mucho" reconoció Sergio Kaufmann, CEO de esa compañía. Sin duda estos sectores como el agropecuario aunque se empiezan a oír muchas quejas por el aumento de la presión tributaria que vendrá; llegarían algunas buenas noticias en los próximos meses. En especial las capitalizaría el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que acaba de absorber ambas funciones en una misma poltrona. Fuentes oficiales confiaron que sería una estrategia para convertir las próximas paritarias en acuerdos tripartitos semejantes a los que ya rigen en Vaca Muerta o Toyota, ya que el mismo funcionario tiene bajo su órbita la mirada productiva y la gremial. No suena extraño. Sin embargo, el objetivo de Sica en el mediano plazo sería una reorganización ministerial de fondo que contemple una visión productiva integral. Deberán acompañarlo los sindicatos en ese camino. Allí, por ahora, miran esa meta con reservas pero ninguna de las artes quiere patear el tablero de la paz transitoria alcanzada por el bono de fin de año.

Donde de verdad está muy complicado el horizonte y no se ve, al menos por ahora, luz al final del camino es entre las pequeñas y medianas empresas. La última medición del Observatorio Pyme, coordinada por Vicente Donato, reveló que en el tercer trimestre de este año "hubo una fuerte caída de ventas en términos reales e interanuales en las pymes manufactureras de todo el país siendo las de software y servicios informáticos de CABA las púnicas que resistieron". El informe también mostró que en igual período las empresas con menos de 50 empleados "redujeron fuertemente su personal" mientras que las de más de 50 y hasta 200 "pudieron sostener el nivel de empleo".

"Las pymes estamos cerrando un año muy intenso, sufrimos dos grandes sacudones que afectaron planes y se suma ahora este bono de fin de año que compromete flujos y proyecciones para el año que viene", reconoció Sebastián Martínez directivo de IDEA Pyme. "Siempre bancamos los trapos desde este sector pero necesitamos reglas claras e indicios por parte del Estado de que quiere reducir el gasto en serio", agregó el directivo de la entidad donde se pone el acento en que es el sector privado el que está, hasta ahora, "financiando" el déficit cero.

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