La inflación es responsabilidad de Cristina, pero no bajarla es de Macri

Hace unos años, durante el gobierno de Cristina Kirchner, se oficializó una frase cuando los precios subían, que varios funcionarios y el público en general repitieron: "La emisión no genera inflación". Raro que tal afirmación resista una lógica económica, teniendo en cuenta el contexto en el que se había generado. De hecho, era un país que mantenía parte de su estrategia en un elevado consumo, por lo tanto, si al fuego se lo alimenta con nafta, es difícil que se apague. El kirchnerismo terminó con una inflación superior al 30% en términos reales, aunque el Indec se ocupó de mostrar, por esos tiempos, una película de ciencia ficción.

El gobierno de Mauricio Macri apagó un poco las llamas, pero hasta ahora reemplazó emisión por deuda. Y el problema es que, a mitad de mandato, sigue peleando contra el mismo enemigo: la inflación, que lejos de comenzar la retirada final, amenaza con convertirse en diciembre en una de las mayores del año.

En la Argentina, el costo de vida sube porque todo sube menos el dólar (en realidad, el que se aprecia es el peso). Durante el fin de semana, los combustibles subieron un 6%. A esto se agrega el incremento de las tarifas. En electricidad, un 19% para este mes (un 12% en febrero) y 45% de aumento para el gas, en promedio, aunque este porcentaje difiere según la categoría de usuario que se trate.

También en diciembre se computará la última suba de 2017 para las prepagas, de un 6%, y para el personal de casas particulares, de un 12%.

Los aumentos anunciados para tarifas, sumados al combustible, prepagas y personal de casas particulares pondrán un piso de 2,1% en los precios durante el último mes.

La alta inflación, la emisión y las tarifas retrasadas fueron responsabilidad de Cristina, pero no encontrar las herramientas para frenar la suba de precios ya empieza a ser responsabilidad de Macri.

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