Argentina al diván: vivir con los problemas por no enfrentar el costo de las soluciones
En la Argentina la discusión no viene por las causas de fondo, sino por las coyunturales: el costo que les genera al Estado y a las empresas mantener una fórmula en la que a varios de los actores les importa más defender el statu quo que anticiparse a los problemas del futuro, cuya gravedad está garantizada.
El Gobierno y la CGT no se sienten en condiciones políticas de poner en la misma oración las palabras "proyecto de ley de reforma laboral" (aclaremos que el primero lo hace a pedido de los segundos), porque creen que solo cosechará críticas y no contará con los apoyos necesarios en el Congreso.
La Nación y las provincias, en tanto, abordan el tema jubilatorio como una pulseada por los fondos pasados y presentes (con la picardía incluida de varios distritos que no quieren mostrarle a la ANSeS cuánto pagan y a quiénes), sin asumir que la falta de estímulos al ingreso de nuevos aportantes al sistema, o la extensión de la edad durante la que aportan, solo refuerza la certeza de una crisis.
Está comprobado que uno de los resabios del populismo es el rechazo de la dirigencia política a discutir decisiones que la sociedad recibirá como "malas noticias". Cuanto más se postergan estos debates, peor es la perspectiva que adquieren dichas reformas. Es lo que pasa hoy en materia laboral y previsional. No es un gesto muy maduro soportar los problemas por asumir a priori que todas las soluciones son peores. Un tema más para el diván en el que alguna vez deberá recostarse la Argentina.