Sin dudas, a partir del 20M la actividad económica se frenó como consecuencia del aislamiento sanitario decretado en el país. En España, dicen que lo que hoy más esperan es que baje la curva de contagios, las muertes. Luego, tratar de empezar a trabajar para que mejore la economía, pero despacio y mirando que por eso no vuelva a subir la curva. En Argentina, por suerte, salvo lo que sucedió con el error de la concurrencia masiva de los jubilados a los bancos, se trabajó para que no suba la curva de contagiados y, de a poco, intentar que no se empantane la economía.

Si hubiéramos elegido el otro camino, el de España o el de Italia entre otros, más temprano que tarde tendríamos que enfriar la economía, pero sin evitar contar con muchas muertes encima. Transitar por este camino necesita de mantener un complicado equilibrio: defender la salud pero sin alterar la economía, porque si no hay plata para comer, también se termina perjudicando la vida.

Y esto que parece un traba lengua es lo que hoy sucede en el mundo, no todos tomaron la misma decisión y al final del camino se verá quién tuvo la razón. No solo la gente queda afectada en su economía, el Estado nacional y las provincias también recaudan menos.

Por ese motivo se empezaron a sentir voces en favor de que regresen las cuasimonedas, como ocurrió en el 2001, en donde para no alterar la equivalencia que exigía la convertibilidad de los pesos con los dólares, se tuvieron que emitir títulos que funcionaron como moneda y lo hicieron bien.

Ahora, en ese aspecto, no se necesita cumplir con una ley de convertibilidad, pero la emisión sin límite tampoco es conveniente porque generará mayor inflación en el futuro. Lógicamente, el Estado debe auxiliar a las empresas y a los contribuyentes individuales, con diferimientos tributarios o ayuda en el pago de los sueldos, pero tiene un límite: la recaudación necesaria para atender los servicios que presta y, ahora más que nunca, el cuidado de la salud.

Entonces, quizás, no sería mala idea pensar en que cada provincia, de acuerdo con la necesidad que tenga, pueda emitir sus propios títulos y la nación otro. De esta manera la ayuda a las empresas podría ser mayor, porque los “pesos quedarían a salvo y protegidos por la inflación, y los que circularían para pagar sueldos, etc., serían esos títulos, que además tendrían traslado económico. Después, como ocurrió en el 2002, para que los Estados puedan recuperarlos podrían aceptarlos para que los contribuyentes cancelen sus tributos locales y nacionales al valor nominal.

Medidas laborales

Sin dudas, las relaciones laborales cambiaron a partir del 20M. Se incrementó notablemente el teletrabajo, liberando a las empresas de algunos costos, y generando dudas relacionadas por ejemplo con qué sucede con los accidentes laborales producidos en las propias casas de los empleados. Desde un punto de vista psicológico, a pesar de que los empleados se encuentren ocupados desarrollando sus tareas en forma remota, se encuentran aislados presencialmente, nace una nueva forma de soledad social. Materialmente, se corrigió el tratamiento que iban a tener los empleados que trabajan a distancia y los que están en su casa sin trabajar; que iban a cobrar más sueldos netos que los primeros al percibir un rubro no remunerativo. Con la modificación realizada, todos los empleados, trabajen o no, perciben en marzo el mismo sueldo, debido a que la ausencia tiene que ver con una causa sanitaria de fuerza mayor.

Existen tareas definidas como esenciales y otras no. Luego de los hechos de estos días, con la acumulación de la gente que casualmente es la que se quiere cuidar, habría que preguntarse por qué el trabajo de un cajero de supermercado se trata como menos peligroso que el de un cajero bancario. Una manera de destrabar la economía sería abriendo al público los bancos, agudizando los cuidados sanitarios y planificando los ingresos de los clientes.

Las empresas como empleadores tienen que pagar los sueldos y las cargas sociales, salió un programa de diferimiento y de reducción de una parte de las contribuciones patronales; sumado al aporte que haría el Estado en el pago de los sueldos de las empresas de hasta 100 empleados y otro para las de mayor cantidad. Sin embargo, son medidas de difícil y lenta implementación. Salió un decreto que prohíbe por dos meses los despidos, que se suma (como una llave doble “Nelson ) a la indemnización doble por despidos que ya viene rigiendo.

Medidas impositivas

Hasta ahora, lo único que se publicó fueron ferias fiscales, que únicamente suspenden los plazos de procedimiento, pero en las que no existen prórrogas de vencimientos de presentaciones y de pagos tributarios.

Se postergan vencimientos de cuestiones formales, pero salvo algunos casos puntuales como sucedió en la Provincia de Buenos Aires en donde se postergó el pago de Ingresos Brutos, todo sigue igual: la semana que viene vencen las cargas sociales y autónomos, más tarde los anticipos (Ganancias y Bienes Personales), Ingresos Brutos, luego el IVA y la cuota del Monotributo, etc. En mayo se suma el pago del Impuesto a las Ganancias de la mayoría de las empresas, que cerraron su ejercicio comercial el pasado 31 de diciembre, con la escasez de fondos y el poco tiempo material que hubo para poder confeccionar los balances (que tienen los dos ajustes por inflación: contable e impositivo).

Eso sí, se postergó la adhesión a la moratoria al 30 de junio, pero las deudas que se pueden incluir quedaron muy lejanas, son al 30 de noviembre del año pasado. Bajo las circunstancias actuales, ¿se le podría aplicar a algún contribuyente alguna sanción o multa de las que prevé la ley de procedimiento, por no pagar o presentar alguna declaración impositiva? También, se postergó la repatriación del 5% de los bienes del exterior para pagar las tasas reducidas de Bienes Personales y el anticipo que deben pagar los que no ingresan ese importe. ¿Alguien tiene la cabeza tranquila para estar pensando hoy en eso?

Medidas bancarias

Después de adelantada la fecha de suspensión del clearing bancario, todo lo demás funciona parcialmente, salvo la atención de los trámites en las sucursales que no es un tema menor. Al no abrir los bancos, puede haber casos de empresas que tienen dólares que ahorraron y los necesitan vender para poder pagar sueldos o a sus proveedores. Pero, al no funcionar los bancos, pero sí los supermercados, no pueden hacerse de ese dinero para cancelar las deudas.

Otras medidas

Existen otras medidas, pago de subsidios a favor de determinados beneficiarios, pero que se dificultó por el cierre de los bancos. El Estado tiene que hacerse de dinero para cumplir con todos y los pesos no alcanzan.

Estuvo circulando un borrador de proyecto de ley que proponía reducciones en los sueldos de las autoridades de los tres poderes del Estado. Pero es solo eso, un borrador, acá no existe un decreto de necesidad y urgencia, amparado en las emergencias declaradas para aplicar rápidamente la medida. Hace falta una ley.

Sin dudas, lo que estamos viviendo es un brusco cambio de hábitos y de costumbres, que seguramente estará escrito en los libros de historia que se lean en el futuro, esperemos estar todos a la altura de las circunstancias.