Liderazgo consciente: el lado 'mindful' del management
En un contexto donde se empiezan a cuestionar los estilos de conducción, un liderazgo orientado hacia los vínculos humanos puede beneficiar a la cultura de las empresas.
En medio de profundas transformaciones globales, el mundo de la conducción de personas, empresas y organizaciones de todo tipo (incluyendo los países) debate la necesidad urgente de un nuevo estilo de liderazgo. El liderazgo consciente es una de estas vertientes que, desde hace un par de décadas se enfoca en privilegiar por sobre todas las cosas el liderazgo interpersonal, los vínculos y la calidad humana. Expresado así, parecería ser la base natural de todo el proceso de liderazgo; sin embargo, asistimos a organizaciones que están muy lejos de este modelo, donde el verticalismo de los jefes opaca a los que tienen buenas iniciativas, y donde la innovación es mirada –aún hoy– como algo raro y difícil de llevar a la práctica.
El origen del liderazgo conscienteDesde siempre los humanos se han organizado en jerarquías, donde alguien encabezaba y los demás aceptaban cómo hacerlo, qué y cuándo. En el mundo empresarial y de todo tipo de organizaciones, fue planteado en 1957 por Selnick, quien comenzó a hablar sobre la función directiva acercando el concepto de que era necesario un liderazgo que defienda la integridad de la institución. Esto llevó que, casi tres décadas más adelante, el enfoque se vuelque en una evolución llamada Liderazgo Resonante (Mckee, Boyaztis, 2006), o más recientemente, el liderazgo consciente (o “Mindful , conciencia plena, de Goleman, el mismo de la inteligencia emocional.
El liderazgo consciente se enfoca en el desarrollo de un estilo de conducción donde el líder observa y acciona en la organización pensando siempre en satisfacer tres tipos de necesidades de quienes la integran y a quienes beneficia: materiales, cognitivas y afectivas. Esto significa que, más allá de su rol de conducción de una institución de cualquier tipo, lo que hace el líder consciente es articular ciertas culturas organizacionales que promuevan las buenas prácticas de la comunicación permanente, desestresar a los colaboradores, generar espacios de intercambio e innovación, e implementar políticas donde lo material –por ejemplo, generar beneficios para los accionistas– no es el único eje sobre el que se actúa. Así surge un nuevo tipo de líderes, más conscientes de sus aptitudes y actitudes permanentes para conducir a las personas en pos de objetivos comunes.
A la vez, incentiva que cada persona se sienta protagonista, y no actúe siendo víctima de la situación. Y, por cierto, esto trasciende su participación en la empresa, ya que es radical para que asuma la responsabilidad total por quien es, lo que hace y sus decisiones, pequeñas o grandes. El líder consciente hace foco en lo relevante y sabe seleccionar la información apropiada para tomar mejores decisiones. Parte de la base de multiplicar recursos para hallar las soluciones.También tiene destrezas en gestión emocional avanzada, tanto sobre sí mismo como para conducir a otros. La flexibilidad y la adaptabilidad son dos ejes de su gestión, tanto en la vida como en el trabajo. Todo, acompañado de una buena dosis de paciencia y de moderación respecto a las expectativas, ya que el cambio cultural hacia un liderazgo consciente lleva tiempo y necesita que el proceso madure en cada miembro.
7 claves para empezar a ser un líder conscienteAlgunas de las mejores prácticas y herramientas concretas para desarrollar el liderazgo consciente son el coaching, los procesos sistémicos organizacionales, experiencias outdoor (al estilo TeamBuilding, aunque debe cuidarse que no se quede sólo en la experiencia de destreza física), espacios de mentoring, participación, gestión apropiada del talento humano y basados en innovación permanente.
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