
Mientras espera el inicio, el 27 de septiembre, de la octava edición de Rock in Rio, su fundador, el brasileño, Roberto Medina, acaba de confirmar que está planificando una edición en Chile para 2021. La versión para Santiago sería la primera expansión que hace el festival Rio en la región latinoamericana, y Medina estima que la inversión para el nuevo evento rondaría los u$s 150 millones.

En una entrevista concedida al suplemento Culto del diario local La Tercera, el empresario reveló que hace un mes recibió un mail del productor chileno Felipe Araya quien le presentó el proyecto de exportar el festival hacia la capital trasandina.
Así, se reunieron en Brasil semanas después, analizaron el negocio, conversaron sobre las cualidades del mercado chileno y comenzaron a trazar las coordenadas del inminente arribo del mítico encuentro, estableciendo una fecha para su debut en octubre de 2021.

En los próximos días, Medina ya tendrá acercamientos con algunos sponsors y de esta forma que quedaría sellado el proyecto de forma definitiva.
Sobre los motivos de porqué eligió Santiago, Medina le explicó al medio que "es un país tranquilo, con una economía estable, una comida buena, me pareció lógico (...)".
"La proximidad con Brasil también me parece que puede ser un complemento. Acá (por Brasil) las entradas se venden en horas y tienes casi 200 mil personas que no pueden ir, y para Santiago tienes cuatro horas de vuelo, está muy próximo. Entonces, la potencia económica que hay en Brasil creo que puede ser un 'gana-gana' para Chile, para los empresarios, para los músicos y para los sueños. Tiene que ser un placer para ambas partes. Tiene que ser un placer combinado con elevar a Chile en un proyecto económico importante, que le pueda dar visibilidad en toda América" aseguró.
Por otra parte, y en lo que tiene que ver de porqué no se inclinó por la Argentina, siendo que es una importante plaza para el negocio de los shows internacionales que recibe por ejemplo al Lollapalooza, el directivo fue muy claro: "(...) Argentina es un gran mercado, el principal que envía personas para Río desde la primera versión, pero sufre una inestabilidad política y económica muy grande, no sería una opción. Nosotros debemos tener tranquilidad en esos aspectos para trabajar. Y si hacemos una proporción, por ejemplo Lisboa, que este año está completando 15 años desde que llegó Rock in Rio, es una ciudad con 800 mil personas, mientras Santiago tiene cinco millones, es un país con una economía mucho mayor a la de Portugal".

Por otro lado, Medina adelantó que la entrega santiaguina iría una semana después de su matriz carioca -por lo general, culmina los primeros días de octubre- y prácticamente con el mismo line up de artistas.
De hecho, desde hace años que parte de las figuras de Rock in Rio siempre terminan desembarcando en conciertos en solitario en Santiago (y en Buenos Aires también).
Esta temporada es el caso de Iron Maiden, Muse, Scorpions y Weezer. Aunque tendría una duración más abreviada: mientras en la ciudad carioca se extiende por siete jornadas, repartidas en dos fines de semana, en Santiago se haría en cuatro días.















